Las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump respecto al muro fronterizo con México, no le preocupan al reconocido abogado en derechos civiles Thomas Sáenz, pues dice contar con las herramientas legales para frenar su edificación.

“Se puede objetar de distintas maneras de darse el caso, puede haber impugnaciones ambientales o por intención de crear centros de detención en las inmediaciones del muro”, dice Sáenz.

Aunque el jurista ni siquiera piensa que tenga que ejercer su conocimiento sobre la ley para demandar a la administración Trump y las entidades que eventualmente sean cómplices de su plan fronterizo.

“El costo es demasiado, incluso para los republicanos, que son fiscalmente conservadores. No gastarán dinero en ese muro cuando lo necesitarán para promoverse en las futuras elecciones”.

“El discurso sobre el muro no es más que una forma de dirigirse a su base y sus votantes antinmigrantes porque nunca se construirá (…) Habla sobre el muro sólo para eludir sus problemas”.

Descendiente de mexicanos, Tomas Sáenz es presidente del Fondo Mexicano Americano de Defensa Legal y Educativa (MALDEF por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que durante cinco décadas ha luchado en los tribunales por la justa representación de los latinos en puestos de elección popular.

En entrevista con EL UNIVERSAL realizada en sus oficinas en Los Ángeles, reconoce que los “desafíos se han multiplicado” con la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Sostiene que aun cuando el magnate no ha sido eficiente en alcanzar sus promesas de campaña, con su retórica ha creado un nivel de miedo y confusión sin precedentes entre la comunidad migrante, teniendo diversas repercusiones, como el que estén dejando de interactuar con agencias gubernamentales y de acceder a servicios.

“Hay amenazas también en el ámbito electoral, su retórica puede conducir a restricciones que dificulten el voto de la clase trabajadora y la comunidad migrante”, alerta.

Pero la llegada de Trump igualmente representa una oportunidad, pues en el pasado la negatividad y el odio a los migrantes han sido fuertes catalizadores para el despertar de la comunidad.

“Debemos aprovechar el miedo provocado por Donald Trump y el enojo que ha desencadenado para inspirar la participación de más personas”.

“Si los latinos votamos en una misma línea en las próximas elecciones generales en California y Texas, los dos estados más poblados, cambiaremos el rostro de todo el país. Va a ocurrir tarde o temprano”.

Anticipa un nivel de participación sin precedentes de los latinos en las elecciones legislativas intermedias de 2018 y en las que se disputarán importantes escaños en entidades como Colorado y Nevada.

La presencia de latinos en puestos de elección popular ha ido aumentando en las últimas décadas.

De acuerdo con un estudio del Instituto para el Liderazgo de California (The Leadership California Institute), los latinos representaban en 2015 10% de los supervisores de los condado, casi 15% de los miembros del consejo de la ciudad, 12.5% de los integrantes del Senado estatal y 23% de los asambleístas.

El crecimiento, explica Sáenz, ha sido resultado de la combinación del crecimiento demográfico de los latinos y la defensa del derecho al voto y la apertura de oportunidades por la vía legal.

“Pero queda mucho camino por recorrer”, reconoce.

En California, en donde representan alrededor de 40% de la población (pero sólo 20% de los votantes registrados en 2012), nunca ha habido un gobernador o senador nacional latino.

La representación latina también sigue siendo insuficiente en sectores clave de desarrollo como son los medios de comunicación, incluyendo la industria del entretenimiento, colegios y universidades, así como direcciones corporativas.

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