Como en muchos otros aspectos de la historia, la lucha de las mujeres contra el acoso callejero también ha sido invisibilizada, pero siempre ha existido. De hecho, lo que ahora vienen siendo elementos de defensa personal, antes eran largos alfileres.

Para finales del siglo XIX y comienzos del XX ya existían varios grupos feministas que ofrecían, entre otras cosas, técnicas de protección para las mujeres quienes, para ese momento, ya eran víctimas de acoso callejero .

Ante eso, especialmente en Reino Unido, Alemania, Francia y Estados Unidos, había grupos que enseñaban artes marciales, además de mantenerse activas políticamente por medio de protestas hacia las leyes que en ese entonces eran opresivas para los cuerpos femeninos.

Sin embargo, una práctica en particular llamó la atención de los medios y también de los hombres: los alfileres como método de autodefensa.

Bajo el sombrero

Como era usual en la época, parte de los atuendos de las mujeres incluía grandes sombreros, que se convirtieron en el lugar indicado para esconder alfileres de aproximadamente 20 centímetros de largo, los cuales fueron utilizados como una herramienta de defensa.

Periódicos del momento de ciudades como Chicago y Nueva York comenzaron a registrar casos de hombres que resultaban lastimados después de acosar a mujeres en espacios públicos.

Incluso, una ilustración que mostraba a un hombre siendo atravesado por un alfiler se volvió muy popular durante la época y causó terror en las personas. Algunos hombres resultaban con heridas de alfileres en los brazos, las piernas, incluso en el pecho.

Hay un libro llamado ‘The Hatpin Menace: American Women Armend and Fashionable, 1887-1920’, del historiador Kerry Segrave, que narra un episodio en el cual, durante el año 1898, una mujer llamada Sadie Williams iba sola en un tranvía en horas de la noche, algo que no era usual, y detuvo a dos ladrones, que iban a robar a quien manejaba el tranvía, con los alfileres de su sombrero.

Al parecer, Williams golpeó a uno de los ladrones y al otro lo atacó lanzándole uno de los alfileres a la mejilla.

El hecho es que las mujeres de la época comenzaban a actuar contra el acoso de los hombres y la policía se preocupó por la seguridad de ellos en los espacios públicos.

Hombres se manifiestan

La nueva defensa para el acoso callejero pareció ser un ataque directo a muchos hombres que decidieron actuar en contra de los alfileres y comenzaron a realizar denuncias ante las autoridades.

Debido a esto, la policía exigió que estos alfileres fueran más cortos, para así hacerlos menos “letales”.

Esta idea fue escuchada por las autoridades de Chicago, que en 1910 comenzaron a debatir si debían prohibir los alfileres de más de 20 centímetros y arrestar y multar con 50 dólares a todas las mujeres que fueran encontradas con uno.

Durante la sesión había personas que estaban a favor y en contra de la prohibición, entre ellas Nan Davis, representante de varios grupos feministas, que comentó: “Si los hombres de Chicago quieren que no llevemos alfileres, primero tendrán que hacer las calles más seguras. Ningún hombre tiene derecho a decirme cómo debo vestir o qué debo llevar encima”.

A pesar de los esfuerzos femeninos, esto se convirtió en ley en una votación de 68 a favor versus 2 en contra. Otras ciudades como Nueva Orleans, Milwaukee y Baltimore también implementaron leyes muy similares a estas.

En consecuencia, muchas mujeres en el tiempo siguiente fueron trasladadas a estaciones de Policía si se les encontraba con uno de estos alfileres en vías públicas e incluso, algunas recibieron visitas de las autoridades en sus casas para buscar “armas letales”, como estaban denominando a los alfileres los medios de la época.

Incluso en Australia, donde un movimiento similar había comenzado a tener fuerza, alrededor de 60 mujeres que se negaron a pagar las multas fueron arrestadas por tener alfileres en sus sombreros.

En ese sentido, los alfileres se convirtieron en un símbolo de la lucha femenina por la defensa de sus derechos y, a pesar de que las manifestaciones de la época continuaron por un tiempo, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial ya poco se reportaba sobre casos de mujeres que se defendían con alfileres.

Algunos historiadores comentan que esto podía deberse a que la moda cambió con el tiempo y los sombreros de tal tamaño dejaron de ser comunes, por lo que ya no había espacio para ocultar los alfileres.

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agv

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