Bruselas.— Los cardenales responsables de nombrar al sucesor del papa Francisco enfrentan el enorme reto de elegir a alguien que mantenga la unión en una institución que crece aceleradamente en la periferia y que al mismo tiempo sea un líder espiritual que haga relevante a la Iglesia en tiempos de cambios acelerados.

Un difícil acto de equilibrio que comenzará a partir del momento en el que los cardenales se encierren en cónclave el próximo 7 de mayo para llenar la vacante que dejó un jefe de la Iglesia católica que se caracterizó por un estilo particular de actuar.

Tras la muerte del papa Francisco, la Iglesia católica debe seguir. Entre los retos que enfrentará su próximo líder hay nuevos y de larga data. Entre otros, están los pecados del pasado, así como los planteamientos, a favor y en contra, sobre el papel de la mujer, la moral sexual, el celibato de los sacerdotes y el clericalismo.

Visitantes junto a la escultura de bronce Ángeles Inadvertidos, de Timothy Schmalz, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Foto: Andreas Solaro/ AFP
Visitantes junto a la escultura de bronce Ángeles Inadvertidos, de Timothy Schmalz, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Foto: Andreas Solaro/ AFP

“El próximo Papa llega a un mundo en guerra, un mundo en el que el populismo está desafiando a la democracia, uno en el que algunas personas de prominente liderazgo están exponiendo la identidad católica, no actuando de acuerdo con los principios del bien común ni reconociendo la dignidad de todos”, dice a EL UNIVERSAL la teóloga internacionalmente reconocida Fáinche Ryan.

“La gente está muriendo de hambre”, subraya al hablar sobre el contexto en el que iniciará el siguiente pontificado la antigua directora del Instituto Loyola, Trinity College de Dublín, y vicepresidenta de la Sociedad Europea de Teología Católica: “El Papa necesitará coraje, lo que Francisco denominaba parresía, usando el término del Evangelio, y también necesitará una teología profunda y sólida”, puntualiza.

Fue uno de los distintivos del Papa argentino. Habló con franqueza, con atrevimiento y audacia, llegando incluso a ofender y a tener que disculparse. Un talento similar es el deseado en el próximo arzobispo de Roma ante el turbulento contexto global actual.

Tom Zwaenepoel, catedrático de la Universidad de Gante, quien a lo largo de su trayectoria como investigador ha tenido la oportunidad de conversar con los últimos tres pontífices, afirma que el relevo de Francisco hereda una Iglesia en crisis en muchas partes del mundo.

“La credibilidad de la Iglesia se ha visto dañada por los numerosos casos de abusos a menores en su seno. El papa Francisco ha continuado el enfoque de su predecesor Benedicto XVI; se han dado pasos significativos para acabar con los encubrimientos y avanzar hacia la tolerancia cero, pero sigue habiendo críticas, para algunos falta firmeza, rapidez y coherencia”, considera.

El sucesor llegará además a “otra Iglesia”, una que tiene como eje central el concepto de la misericordia: “Francisco nos ha recordado que ‘misericordia’ es el verdadero nombre de Dios y que, por tanto, nadie puede poner límite a su amor misericordioso con el que quiere elevarnos y hacer de nosotros personas nuevas”, dice.

Recibirá la estafeta de una “Iglesia distinta”, obligada a entender que ya no se puede excluir a nadie y que hay que dialogar con los otros, incluyendo los de otro credo, como lo hizo Francisco, que tuvo un diálogo sincero y respetuoso con los musulmanes, expone.

“Francisco transfiere una Iglesia que está ahí, para todos. Como las columnatas de la plaza de San Pedro, la Iglesia debe abrazar a la gente, al mundo. Las puertas de las iglesias están abiertas a todos. En primer lugar, a los habitantes de la periferia”, subraya.

“Después de 12 años de pontificado argentino, está claro: se habla a los que buscan sentido, religión, a Dios. No con palabras, sino con hechos. El mundo se abrirá a la voz de la Iglesia católica romana si sigue siendo una ‘Iglesia pobre para los pobres’, una Iglesia que ‘no gobierna’, sino que sirve”, precisa.

El autor de libros como La noche es más oscura justo antes de que comience el día y Contra corriente, detalla que el nuevo inquilino del Palacio Apostólico llegará a una Iglesia dividida.

Está la europea, asiática, africana, norteamericana y sudamericana, cada una con sus prioridades y preocupaciones. Hay quienes ponen los reflectores en el clima, otros defienden la doctrina sagrada; están los que consideran prioritario el papel de la mujer, y los que piden respuestas a los polémicos temas éticos, como el aborto, la anticoncepción y la eutanasia. Zwaenepoel destaca que cada uno de estos puntos es relevante, al determinar la actitud del individuo hacia “la voz de Roma”.

Todo esto, en un mundo fragmentado y aquejado por guerras, y que desoyó los reiterados mensajes de Jorge Mario Bergoglio por la paz: “Es un mundo que piensa primero en sí mismo y en su propia familia, y sólo en segundo lugar en los demás, en las personas necesitadas. Este mundo no construye puentes, sino muros, y deja claro que las personas de la periferia no tienen derechos. Es un mundo que busca por encima de todo beneficios y lucha por el prestigio. El mundo de 2025 es un mundo de ‘apariencias’, que promete mucho pero realiza poco”, apunta. Teniendo como telón de fondo estos contextos, el electo por el cónclave enfrenta como reto a corto plazo seguir con las reformas de la Curia Romana, que durante el papado de Francisco fue sometida a cambios buscando transparencia, credibilidad y simplificación, así como tendrá que buscar la manera de llevarse bien tanto con simpatizantes como adversarios.

La lucha de Bergoglio contra el clericalismo debe continuar, así como las actuaciones contra la cultura del silencio y el malestar financiero en el interior de los muros del Vaticano. El camino de la sinodalidad trazado por Francisco, igualmente tendrá que seguir, acompañado de una reflexión sobre el futuro de la Iglesia.

“La situación en Europa es grave: cada vez menos creyentes asisten a la misa dominical, otros se han borrado del registro bautismal, hay claras señales de descontento, enfado y protesta, o se han vuelto religiosamente indiferentes”, sostiene el experto belga.

El nuevo Papa habrá de plantearse cómo construir sobre el modelo de Francisco a partir de la pirámide invertida, la cual parte de la base, el pueblo, los laicos y las mujeres, para avanzar hacia la cúspide, el Pontífice, quien toma la decisión última.

“El modelo no es la esfera, donde todos los puntos están a la misma distancia del centro y donde no hay diferencias. El modelo es el poliedro: las diferentes partes conservan su individualidad. Francisco repitió regularmente: la uniformidad no es cristiana, la unidad en la diversidad”. Como reto a largo plazo, Zwaenepoel identifica la lucha por la fraternidad universal, que se concreta en el diálogo interreligioso.

“El camino es largo, pero los primeros frutos del pontificado argentino son ya esperanzadores. Los viajes al extranjero a lugares bien elegidos y simbólicos pueden desempeñar aquí un papel crucial. Pensemos en la visita de Francisco al ayatolá Ali al-Sistani, líder del islam chiíta en Irak, en marzo de 2021”, indica.

Otra tarea pendiente es la de lograr que la Iglesia siga evolucionando; es decir, que no quede en el recuerdo del tradicionalismo, como dijo Francisco. Tiene que ser inclusiva, pero al mismo tiempo responder a los deseos y expectativas de los creyentes que están de acuerdo con la institución, pero tienen dificultades con el trato que se da a los homosexuales, los divorciados y el lugar que tiene la mujer.

“Un nuevo Papa deberá dar nuevos pasos para ajustar o adecuar la doctrina de la Iglesia en estos espinosos temas, sin comprometer la unidad de la Iglesia”. Un tercer gran dossier, identificado por Zwaenepoel con miras al futuro, es la “emancipación de la mujer” dentro de la Iglesia. Francisco dio un primer paso nombrando a mujeres en puestos clave de la administración del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Curia romana, y concedió a las mujeres el derecho de voto en un sínodo de obispos.

“Pero muchos creyentes quieren más: para ellos, ya es hora de que las mujeres puedan ser ordenadas diáconos. Otros esperan que también puedan ser ordenadas sacerdotisas. Francisco creó dos comisiones para las mujeres diáconos. Especialmente en los países europeos, la gente está atenta para ver hasta qué punto se avanzará en esta cuestión”, detalla el investigador.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios