Más Información

Buscadoras respaldan a la ONU para invocar el Artículo 34 de la Convención Internacional; piden intervención ante crisis de desapariciones

Con marchas, madres buscadoras conmemoran este 10 de mayo en varios estados; exigen justicia por sus desaparecidos

Sheinbaum manda mensaje a las madres mexicanas; la Presidenta destacó a su mamá por inculcarle buenos valores

Alcalde de Teuchitlán es vinculado a proceso por el delito de delincuencia agravada; le imponen prisión preventiva oficiosa

México conquista el oro y la plata en la Copa del Mundo de Tiro con Arco; brillan en Shanghái, China

Concluyen negociaciones comerciales entre EU y China sin señales de avance; diálogo continuará el domingo

Primer ministro de Paquistán proclama "victoria" tras alto el fuego; acusa a India de iniciar guerra injustificada

Rusia dice que "reflexionará" sobre la propuesta de alto el fuego en Ucrania; "la presión es inútil", dice
Los regímenes autoritarios han ido in crescendo en los últimos 15 años.
El menoscabo de los derechos de las mujeres en dichos gobiernos es innegable; no obstante, la violencia y la desigualdad de género que azota distintas latitudes demanda cuestionar con la misma firmeza las promesas inacabadas de los sistemas democráticos. Si la igualdad en derechos y oportunidades mide la calidad de una democracia, ¿qué dice el panorama actual de las mujeres sobre ésta?
Ejemplos como los intentos por revertir la decisión del caso Roe vs. Wade en Estados Unidos , el asesinato de 21 candidatas en los pasados comicios en México, o la creciente violencia doméstica en Nueva Zelanda evidencian cómo el machismo y la misoginia no son síntomas exclusivos de los autoritarismos, sino también enfermedades inherentes a la vida democrática.
Muestran además cómo parte de la erosión que ha llevado a su crisis actual proviene de la cínica permisividad de un atropello estructural y normalizado de las libertades femeninas, sin aparente tregua y en contraposición con sus principios básicos. Por décadas, las voces feministas han vitoreado “sin mujeres no hay democracia”. Quizá esta consigna cobre hoy más sentido que nunca.
Raquel López-Portillo Maltos
Asociada Comexi