Miami.— En las vastas llanuras de Dakota del Sur, donde el viento susurra entre los campos de trigo y el horizonte se extiende sin límites, Kristi Noem forjó su carácter y determinación. Su historia es la de una mujer que, desde la infancia, aprendió que la vida en el campo no da tregua y que el esfuerzo y la disciplina son las únicas garantías de éxito. Sin embargo, lo que comenzó como una infancia rural marcada por la rutina de una familia ganadera, se transformó en un viaje hacia el poder y la influencia en el escenario político de Estados Unidos. EL UNIVERSAL buscó una entrevista con Noem a través de su portavoz, pero no obtuvo respuesta.
Kristi Lynn Noem nació el 30 de noviembre de 1971 en Watertown, Dakota del Sur, en el seno de una familia trabajadora dedicada a la agricultura y la ganadería. Su infancia transcurrió en un entorno donde el deber y la comunidad eran valores fundamentales. Sus padres, Ron y Corinne Arnold, le inculcaron desde temprana edad la importancia del trabajo duro y la independencia. Noem creció rodeada de la inmensidad del campo, donde los días comenzaban antes del amanecer y terminaban cuando el último quehacer del rancho estaba terminado. Junto a sus hermanos aprendió a montar a caballo, a manejar maquinaria agrícola y a enfrentar la dureza del clima impredecible del Medio Oeste.
Uno de los momentos que marcarían para siempre la vida de Noem ocurrió en 1994, cuando su padre murió en un accidente mientras trabajaba con maquinaria agrícola. Su fallecimiento no sólo representó una tragedia familiar, sino que también los dejó en una situación económica precaria. Noem, que por entonces estudiaba en la Northern State University, tomó la difícil decisión de abandonar la universidad para regresar al rancho y asumir el liderazgo de la operación familiar.
Con apenas 22 años se convirtió en la cabeza de la familia, enfrentando las exigencias financieras y administrativas que implicaba manejar una empresa agrícola en una época de crisis económica.
Para evitar la pérdida de la propiedad familiar, Noem amplió las actividades del rancho. Creó un albergue de caza, diversificó los cultivos y expandió el negocio con una tienda y un restaurante. Su capacidad para adaptarse y buscar soluciones innovadoras no sólo permitió salvar el rancho, sino que la convirtió en una líder dentro de la comunidad rural de Dakota del Sur. En ese tiempo aprendió de primera mano las dificultades de los impuestos sobre la propiedad y las regulaciones agrícolas, lo que despertó en ella un profundo interés en la política.
A pesar de haber dejado la universidad, Noem nunca abandonó su educación. En 2011, tras años de esfuerzo, completó su licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Dakota del Sur, mientras ya ejercía como legisladora.
Su formación académica reforzó su visión sobre el gobierno y su impacto en la vida de los ciudadanos comunes, en particular en los pequeños propietarios agrícolas y ganaderos como ella.
Su primera incursión en la política llegó en 2006, cuando fue elegida para la Cámara de Representantes de Dakota del Sur, representando al sexto distrito. Desde el inicio, su agenda legislativa estuvo enfocada en reducir los impuestos, fortalecer el derecho a la propiedad privada y disminuir la burocracia estatal que afectaba a los agricultores y ganaderos. Su carisma y su autenticidad le ganaron rápidamente el apoyo de la comunidad.
En 2010, Kristi Noem dio el salto a la política nacional al postularse y ganar un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, convirtiéndose en la única representante de Dakota del Sur en el Congreso. Durante sus cuatro mandatos, se enfocó en la seguridad fronteriza, la reducción del gasto público y la protección de los derechos de los propietarios de tierras. También se convirtió en una de las principales defensoras del sector agropecuario, impulsando políticas para reducir la carga regulatoria sobre los agricultores.
Sin embargo, su carrera política no estuvo exenta de controversias. Durante su paso por el Congreso, fue criticada por su oposición a la Ley de Atención Médica Asequible (Obamacare) y su apoyo a la reducción de impuestos para las grandes corporaciones. A pesar de las críticas, Noem se mantuvo firme en sus posturas conservadoras, alineándose con el ala más derechista del Partido Republicano.
En 2018, durante su primera campaña para gobernadora, se reveló que tenía 20 multas por exceso de velocidad en su historial de conductora de vehículos.
Ese mismo año, Noem se convirtió en la primera mujer gobernadora de Dakota del Sur. Su gestión estuvo marcada por una fuerte defensa de las libertades individuales, un enfoque de gobierno de baja intervención y resistencia frontal a las regulaciones federales.
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El manejo que llevó a cabo de la pandemia de Covid-19 en 2020 generó una gran controversia; mientras la mayoría de los estados implementaban restricciones y confinamientos, Noem se negó a imponer mandatos de cubrebocas y cierre de negocios.
Argumentó que cada ciudadano debía ser libre de tomar sus propias decisiones, lo que le ganó tanto el apoyo de los sectores más conservadores como las críticas de los defensores de la salud pública.
Un par de años después, en 2022, Noem fue acusada de presionar a las autoridades para que otorgaran una licencia de tasador de bienes raíces a su hija, lo que llevó a investigaciones éticas. También se rumoró que Noem tenía una relación extramarital con Corey Lewandowski, un asesor informal de Trump. En 2021, fue criticada por usar aviones estatales para asistir a eventos políticos, lo que también fue parte de las investigaciones sobre su ética.
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En abril de 2024, cuando aún era gobernadora de Dakota del Sur, Noem generó una gran controversia al revelar en su libro de memorias, No Going Back, que había matado a tiros a su perra de 14 meses, llamada Cricket. De acuerdo con su relato, durante una cacería, Cricket se comportó de manera indisciplinada, alejándose del grupo y asustando a las aves fuera del alcance de los cazadores. Noem describió sentirse “furiosa” por el comportamiento del animal y, tras considerar que era “peligroso” e “imposible de entrenar”, decidió dispararle en una gravera cercana.
Además, en el mismo episodio, también mató a un macho cabrío que describió como “desagradable” y “agresivo” hacia sus hijos.
La publicación de este relato provocó una oleada de críticas tanto de defensores de los derechos de los animales como de figuras políticas de diversos espectros. Muchos cuestionaron la ética de sus acciones y su juicio al manejar la situación de esa manera. En respuesta, Noem defendió su posición, argumentando que en entornos rurales y agrícolas, a menudo es necesario tomar decisiones difíciles respecto a los animales para garantizar la seguridad y el bienestar de la familia y la comunidad. Sin embargo, la controversia afectó su imagen pública y generó debates sobre su idoneidad para ocupar cargos de mayor responsabilidad.
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A pesar de todo, Noem se convirtió en una figura destacada dentro del Partido Republicano, y su relación con Donald Trump se fortaleció considerablemente. Ese mismo año, tras la reelección de Trump, Noem fue nominada como secretaria de Seguridad Nacional, un cargo que la posicionó como una de las funcionarias más influyentes de la administración. Su confirmación en el Senado, con 59 votos a favor y 34 en contra, reflejó tanto su respaldo dentro del Partido Republicano como la fuerte oposición entre los demócratas.
Al frente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), enfrenta retos monumentales, incluyendo la crisis migratoria en la frontera sur, la amenaza del terrorismo interno y la modernización de la infraestructura de seguridad interna.
Su enfoque ha sido endurecer las políticas de inmigración y reforzar las medidas de control fronterizo, alineándose con la visión de Trump de mantener una postura estricta contra la inmigración indocumentada.
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Más allá de su carrera política, Kristi Noem es una mujer profundamente arraigada en su vida familiar. Junto a su esposo, Bryon Noem, ha criado a tres hijos y la familia sigue residiendo en su rancho en Dakota del Sur. A pesar de su ascenso en la política nacional, ha mantenido su conexión con su comunidad, visitando regularmente su hogar y participando en actividades locales.
La historia de Kristi Noem no sólo es la de una gobernadora o una secretaria de Seguridad, sino la de una mujer que, contra todo pronóstico, transformó la adversidad en una plataforma para el cambio y la acción política.