Bruselas.— América Latina es la única región del mundo donde el fenómeno de la violencia juvenil va en aumento, afirmó Anna Terrón, directora de la Fundación Internacional para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP).
Advirtió que la crisis económica heredada por la pandemia “podría hacer crecer en los próximos meses los niveles de violencia asociados a la desesperación”. La precariedad, continuó, podría conducir a muchos jóvenes al espejismo de refugio que ofrecen las agrupaciones criminales ante la falta de oportunidades.
Las declaraciones de la titular de la agencia de cooperación española se dieron en el marco de un foro virtual convocado por el Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado Europa-Latinoamérica (PACTO), para examinar las causas por las cuales los jóvenes latinoamericanos representan una de las poblaciones más vulnerables frente a la actividad del crimen organizado, siendo tanto víctimas como los principales perpetradores de delitos.
Las cifras son contundentes: cada hora tres adolescentes mueren por homicidio en América Latina y cinco de los países del mundo con las tasas más altas de muerte se encuentran en la región: Venezuela, Honduras, Colombia, El Salvador y Brasil.
“Estos datos coronan la punta del iceberg de una de las realidades más duras de nuestro siglo, el estrechamiento de las oportunidades para prosperar de toda una generación”, sostuvo Terrón.
Según testimonios expuestos por dos antiguos pandilleros en El Salvador, las necesidades económicas y los entornos familiares violentos facilitan el contacto de los jóvenes con agrupaciones delictivas.
Otro contexto que empuja a las juventudes a unirse a las agrupaciones delictivas es la falla del Estado en términos de seguridad, acceso a la educación y la salud. El vacío suele ser ocupado por la delincuencia, denunciaron los panelistas.
Adriana Tostón, comandante de la Guardia Civil de España y experta en combate al tráfico de armas en el espacio cibernético, afirmó que el reclutamiento no parará aplicando una fórmula meramente policial. La respuesta, dijo, tiene que ser integral, a nivel policiaco, de justicia y social, así como económica.
“Lo que tenemos que hacer de forma integral es hacer que el crimen no compense; esa es la base de todas las investigaciones a nivel internacional, ir adonde más duele: la estructura financiera de las organizaciones”.
La comisaria europea de Asociaciones Internacionales, Jutta Urpilainen, añadió que es clave empoderar a los jóvenes. “El mundo enfrenta desafíos globales, no sólo crimen organizado, también desigualdad, cambio climático y la pandemia, pero no podremos enfrentarlos sin los jóvenes, se requiere de su pasión y voz”.
La comisaria finlandesa reveló que investigaciones conjuntas realizadas entre fuerzas policiacas de América Latina y la Unión Europea se han traducido en la captura de 90 fugitivos internacionales, incluyendo varios jefes de la droga. Anunció que durante los próximos siete años la asociación birregional será reforzada. La UE y sus instituciones financieras ayudarán a las naciones latinoamericanas a combatir la violencia.
“Debemos ayudar a la juventud latinoamericana a tener acceso al empleo, educación y justicia. Necesitamos crear oportunidades”, puntualizó.
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