Este 2024 no ha sido en absoluto el año que el presidente estadounidense, Joe Biden, pensaba. Las dudas respecto de su candidatura para la reelección debido a su edad comenzaron desde el año pasado, cuando dijo que tenía pensado ir por otros cuatro años en la Casa Blanca. Pero lo sucedido en las últimas semanas no sólo en el bando demócrata, sino en el republicano, apunta a que su candidatura naufraga.
Biden comenzó bien, ganando, como se preveía, todas las primarias, y con las encuestas empatándolo con Trump. Pero mientras para el republicano comenzaron las buenas noticias, para Biden, en apenas un mes, todo ha colapsado.
El presidente de EU se sentía suficientemente fuerte para retar a su rival, el expresidente Donald Trump, a un debate no organizado por la Comisión de Debates. Trump aceptó y la cadena CNN lo organizó.
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Buenas noticias para Trump mientras naufraga candidatura de Biden
El debate, realizado la noche del 27 de junio, fue un total desastre para Biden, quien se mostró incoherente, confundido y débil. Aunque respondió a las mentiras que dijo Trump en el enfrentamiento, no tuvo la fuerza suficiente y el republicano llegó a decirle: “No sé que quiso decir. Creo que ni él sabe qué quiso decir”.
El viernes 28, los demócratas salieron a cerrar filas con Biden, calificando el debate de “una mala noche”. Pero para el domingo, la deserción era notoria. Medios estadounidenses señalaban que, en privado, miembros del partido se estaban acercando al mandatario para pedirle reconsiderar su candidatura.
El lunes 29, comenzaron las buenas noticias para Trump, con la decisión de la Suprema Corte de considerar que el exmandatario goza de inmunidad para “actos oficiales”, lo que podría echar abajo algunos de los juicios en su contra. De inmediato, la defensa del magnate pidió anular el primero donde ya fue declarado culpable, por pagos que disfrazó de gastos de campaña a la actriz de cine para adultos, Stormy Daniels. La defensa alega que la fiscalía usó entre sus argumentos “actos oficiales” de su cliente. La sentencia se pospuso.
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Biden decidió dar un par de entrevistas, en un intento por acallar las dudas. Encabezó la cumbre de la OTAN y al final dio una rueda de prensa, donde mostró su experiencia en política exterior. Pero las dudas no cesan, basadas principalmente en las encuestas que muestran como la distancia que separa a Trump del mandatario crece.
El mandatario dijo que su mal desempeño en el debate se debía, en parte, a que había viajado mucho, no había dormido bien y se había enfermado. Dijo que intentaría irse a dormir más temprano.
Sus palabras empeoraron la situación, con los periodistas preguntando a quién debería dirigirse el equipo del mandatario si estallaba una crisis mientras el presidente descansaba.
Trump se mantiene desafiante
El 13 de julio, Trump era víctima de un atentado durante un mitin. Un joven de 20 años le disparó y una bala le rozó el oído. Una persona que asistió al evento murió y el agresor fue abatido.
Trump se mantuvo desafiante, con el puño en alto. Y llegó a la Convención Nacional Republicana en calidad de mártir sobreviviente. Los republicanos, por su parte, han acusado a los demócratas de ser responsables del ataque, por sus señalamientos contra el exmandatario.
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El 15 de julio, el republicano recibía la buena noticia de que una juez decidió desestimar el caso contra Trump por haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca, señalando que la designación del fiscal especial Jack Smith violaba la Constitución. Aprovechando su halo de héroe tras sobrevivir al atentado, Trump reclamó el fin de todas las causas judiciales en su contra, señalando que son “ataques políticos”.
La Convención Republicana ha sido el foro perfecto para que Trump impulse más su imagen de líder fuerte.
Mientras tanto, cuando Biden intentaba dejar atrás la polémica sobre si se bajaba o no de la candidatura, un nuevo golpe lo obliga a suspender su campaña: tiene Covid.
Con reportes de que incluso el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Shumer, le ha pedido hacerse a un lado, y los republicanos burlándose de la posibilidad de que la vicepresidenta Kamala Harris asuma la candidatura, la situación para los demócratas, y para Biden, no pinta bien. La campaña hace aguas por todos lados.
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