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El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, celebró hoy en la Casa Blanca los 10 años de sobriedad de su madre, Beverly Vance, quien lo acompañó, el pasado viernes.
Vance publicó una serie de fotos de él con Beverly en la Casa Blanca, y el siguiente mensaje: "Este año marca los 10 años de sobriedad de mi madre y estoy agradecido de haberlo podido celebrar en la Casa Blanca, con nuestra familia".
También escribió: "Mamá, estoy tan orgulloso de ti".
La Casa Blanca también subió un mensaje para felicitar a Beverly Vance. "Vance encabezó un momento poderoso en la Casa Blanca el viernes, para celebrar los 10 años de sobriedad de su madre con su familia. ¡Felicidades!".
Vance nació el 2 de agosto de 1984 en Middletown, Ohio, una localidad que enfrentaba los retos de la pobreza y la falta de oportunidades. Beverly Vance tenía 19 años cuando tuvo a su primera hija, Lindsay, en 1979.
Cuando nació su hijo, decidieron nombrarlo James Donald Bowman, por su padre, Donald Bowman.
Sin embargo, Bowman abandonó a su familia cuando JD era pequeño. Vance reconoció que aquel hecho "fue lo más triste que había sentido".
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Beverly se convirtió así en padre y madre, pero pronto empezaría con problemas de adicción.
Beverly trabajaba como enfermera; todo indica que su cercanía con los medicamentos y algunas malas decisiones la llevaron a desarrollar adicción a las drogas. A esta adicción le sumaría la del alcohol.
El ambiente en casa de JD se tornó inestable y él ha reconocido haber sufrido episodios de violencia y abuso infantil. Cuando él tenía 12 años, su madre fue arrestada.
En sus memorias, Vance detalló cómo su madre lo golpeaba. Una vez, lo encerró en el auto con ella, pisó a fondo el acelerador y le dijo que ambos morirían. Beverly también intentó quitarse la vida.
La madre de JD no volvió a tener una relación estable. Se casó cinco veces y sus hijos tuvieron que convivir con diversos padrastros. “De todo lo que odiaba de mi infancia, nada se comparaba con la serie de figuras paternas que desfilaron en mi vida”, escribió Vance en sus memorias.
Finalmente, Vance quedó al cuidado de sus abuelos maternos, James y Bonnie Vance. Allí encontró refugio, un hogar, y Vance afirma que criarse con ellos fue "lo mejor" que le podía pasar. Incluso adoptó el apellido de James Vance.
Hace 10 años, Beverly decidió que era hora de cambiar de rumbo y dejar sus adicciones.
Hasta el día de hoy, acude regularmente a sus reuniones de Alcohólicos Anónimos. "Hola, familia. Soy Bev. Soy una alcohólica adicta", suele presentarse.
Vance se mantiene cercano a ella. A lo largo de la campaña, habló de la necesidad de combatir las adicciones y usó el caso de su madre como ejemplo del daño que, dijo en su momento, ocasionan los cárteles de la droga.
