Washington.— La fiscalía federal de Estados Unidos imputó ayer al poderososo senador demócrata Robert Menéndez soborno y extorsión, y declaró que se habían encontrado lingotes de oro y cientos de miles de dólares en efectivo en su domicilio, mientras colegas demócratas lo instaron a dimitir.

En una de las acusaciones, el Departamento de Justicia afirmó que Menéndez había facilitado información sensible a Egipto para ayudar a un empresario egipcio-estadounidense a proteger su monopolio.

Menéndez renunciará a su cargo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, anunció la medida el viernes por la tarde.

Según las reglas de la Conferencia Demócrata, un miembro en una posición de liderazgo o con una presidencia debe renunciar si se le acusa de un delito grave, pero puede ser reintegrado si los cargos se aclaran o se reducen a un cargo menor.

“Bob Menéndez ha sido un servidor público dedicado y siempre está luchando duro por la gente de Nueva Jersey. Tiene derecho al debido proceso y a un juicio justo”, dijo Schumer en el comunicado.

“El senador Menéndez ha decidido con razón renunciar temporalmente a su cargo de presidente del Comité de Relaciones Exteriores hasta que se resuelva el asunto”.

El congresista demócrata Dean Phillips de Minnesota dijo a CNN que estaba profundamente decepcionado con Menéndez y que el senador necesitaba renunciar. Phillips dijo que esa era su posición, a pesar de su creencia de que todos se presumen inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

El representante de Nueva Jersey, el demócrata Andy Kim, también pidió la dimisión de Menéndez. El New Jersey Globe citó a Kim diciendo: “Estas acusaciones son serias y alarmantes. No importa cuál sea su puesto de trabajo o su política: nadie en Estados Unidos está por encima de la ley”.

Otra opción es que si Menéndez dejara el cargo, su vacante sería ocupada por el gobernador demócrata del estado, Phil Murphy, una realidad que tal vez haga menos incómodo para Phillips y Kim insistir en la renuncia de su compañero de partido. El propio Murphy también pidió la dimisión de Menéndez en un comunicado emitido el viernes.

Como era de esperar, el comité estatal republicano de Nueva Jersey se unió a Phillips y Kim para pedir la dimisión de Menéndez. El comunicado decía que los “problemas legales de Menéndez [eran] una distracción vergonzosa”.

Se trata de la segunda acusación de corrupción en ocho años contra Menéndez, de 69 años, y puede hacer peligrar su posición, y con ella la escasa mayoría del Partido Demócrata en el Senado.

“El senador y su esposa aceptaron cientos de miles de dólares en sobornos a cambio de que el senador Menéndez utilizara su poder e influencia para proteger y enriquecer a esos empresarios y beneficiar al gobierno de Egipto”, declaró Damian Williams, fiscal federal del distrito de Manhattan, Nueva York.

En un comunicado, Menéndez, de origen cubano, tildó las acusaciones de “infundadas” y de ataque personal contra él y su esposa Nadine Menéndez, quien también fue acusada en la misma causa.

Menéndez parece ser el primer senador en ejercicio en la historia de EU acusado de dos asuntos penales no relacionados, según la Oficina Histórica del Senado.

Los fiscales dijeron que se encontraron más de medio millón de dólares en efectivo en la casa de Menéndez en Nueva Jersey y en la caja de seguridad de su esposa Nadine Menéndez, supuestamente recibidos de tres empresarios que buscaban su ayuda.

Gran parte del dinero estaba metido en sobres y cajas y escondido por toda la casa, así como en chaquetas con el nombre del veterano senador. También se encontraron lingotes de oro valuados en unos 150 mil dólares y un lujoso Mercedes Benz descapotable regalado por uno de los empresarios.

Menéndez aceptó el dinero para ayudar a proteger a dos de los empresarios de las investigaciones del Departamento de Justicia y para ayudar al tercero, un egipcio-estadounidense, con un monopolio empresarial que le había concedido el gobierno egipcio, de acuerdo con la acusación. Asimismo, “Menéndez proporcionó información sensible del gobierno de Estados Unidos y adoptó otras medidas que ayudaron secretamente al gobierno de Egipto”, afirma la acusación.

El senador, su esposa y los tres empresarios, Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes, fueron acusados de dos cargos de soborno y fraude.

Menéndez y su esposa también fueron acusados de extorsión. De ser declarados culpables, los cargos más graves pueden acarrear hasta 20 años de prisión.

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