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Viena.— El centro de Viena continuó ayer blindado tras el atentado que dejó el lunes cuatro muertos y 22 heridos, pero las autoridades ya apuntan a que no hay indicios de que hubiera más atacantes que el abatido por la Policía, un simpatizante del yihadista Estado Islámico (EI) nacido y criado en Austria.
Después de horas de tensión con un millar de agentes desplegados —incluidos cientos de comandos de las fuerzas especiales— el ministro del Interior austriaco, Karl Nehammer, reconoció que no había indicios de un segundo atacante.
Tampoco en el ingente material audiovisual aportado por los ciudadanos a la Policía sobre el atentado anoche en el centro de Viena existen “indicios de un segundo atacante”, aseguró Nehammer, aunque matizó que aún hay que analizar todas las grabaciones antes de descartar definitivamente esa posibilidad.
La conmoción, la tristeza y la incredulidad eran patentes este martes en un país que no ha sufrido un atentado terrorista en 35 años. Las autoridades han identificado al supuesto terrorista como Kujtim Fejzulai, nacido en Viena de padres albanomacedonios. Había sido condenado a 22 meses de cárcel por querer sumarse al EI en la guerra de Siria. Tras cumplir dos tercios de la sentencia, fue puesto en libertad el pasado diciembre por su buen comportamiento y por tomar parte de un programa de desradicalización.
Este joven, que constaba en los registros de islamistas radicales de la policía pero al que no se le consideraba una amenaza, sembró el terror durante nueve largos minutos en el centro de Viena con un kalashnikov, una pistola automática y un machete. El atentado comenzó sobre las 20:00 horas en un conocido espacio de ocio nocturno cerca de una sinagoga y el atacante asesinó en el acto a un joven. Otras tres personas, dos mujeres y un hombre, murieron más tarde en el hospital debido a las heridas causadas por los disparos indiscriminados del asaltante. Miles de vieneses habían salido a la calle y acudido a las numerosas salas de concierto de la ciudad antes de que entrase en vigor este martes un confinamiento para combatir el Covid-19 que supone el cierre del ocio.
Sólo la rápida intervención de los comandos cobra de las fuerzas especiales de la policía evitaron una tragedia mayor, destacó Nehammer, que subrayó que el terrorista fue neutralizado en nueve minutos. Tras la identificación del atacante se realizaron 14 detenciones entre allegados, que han pasado a prisión preventiva, y se registraron 18 viviendas, incluida la del abatido.
En interminables horas de incertidumbre y angustia después del atentado, las autoridades pidieron a los vieneses no salir de casa, mientras cientos de policías trataban de localizar a un supuesto segundo atacante. En aquellos momentos de caos varios rumores, después desmentidos, circularon por las redes sociales: una supuesta toma de rehenes, un tiroteo en un lujoso hotel y en una calle comercial de la ciudad.
El ministro del Interior también anunció que se reformaría el sistema de supervisión de los islamistas radicales después de que el supuesto terrorista hubiera burlado los controles del programa de desradicalización.
Mientras, Reino Univo elevó su nivel de alerta antiterrorista, llevándolo al segundo más alto, tras los recientes ataques en Austria y Francia.