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El cónclave 2025 ha iniciado: los 133 cardenales habilitados votan desde hoy para elegir un nuevo Papa, tras el fallecimiento, el pasado 21 de abril, de Francisco.
La elección es secreta y desde las 15:00 horas (7:00 a.m. en México) está bloqueada la señal, de manera que no pueda filtrarse información ni los cardenales puedan "contaminarse" con información del mundo exterior. ¿Cómo entonces se enterará la gente de que la Iglesia católica tiene un nuevo líder?
Este miércoles sólo hay una votación. Pero a partir del jueves habrá cuatro diarias: dos en la mañana y dos en la tarde. Los cardenales escriben, en una papeleta que dice: "Elijo como Sumo Pontífice a", el nombre del cardenal que, a su criterio, debe ser el nuevo Papa. Cada voto es escrutado y posteriormente quemado.
Es justo ese proceso de quema de votos el que dará la señal al mundo de si los cardenales han elegido un nuevo Papa o no han tomado una decisión. El candidato ganador debe recibir dos terceras partes de los votos (89, en este caso).
Todos los cónclaves, salvo uno, se han celebrado en Roma o en la Ciudad del Vaticano desde el siglo XV y la tradición de quemar las papeletas de los cardenales remonta a esa época.
Inicialmente, el objetivo era evitar la manipulación de las papeletas. Con el tiempo llegó a utilizarse como una señal, aunque durante siglos sólo significó que la votación no había tenido éxito.
En 1823, el cónclave tuvo lugar en el Palacio del Quirinal -entonces residencia papal- y el cuerpo de guardia debía disparar salvas para anunciar la elección de un nuevo papa.
"Los romanos estaban atentos al humo que salía de la chimenea del Quirinal, pues era la señal convenida" para el disparo de las salvas, explican el vaticanista Javier Martínez-Brocal y el sacerdote José de Jesús Aguilar en su libro "Cónclave: Las reglas para elegir al próximo Papa".

Fumata blanca o fumata negra
Hasta ese momento, el humo que salía siempre era negro. Sin embargo, en 1914, se tomó la decisión de producir humo blanco para anunciar la elección de un Papa.
Desde entonces, el humo negro, o fumata negra, significa que la votación de los cardenales no fue exitosa y no hay nuevo Pontífice. El humo blanco, o fumata blanca, indica que los cardenales han elegido un nuevo jefe de la Iglesia católica. Aún pasarán horas, antes de que el nombre del nuevo Papa sea anunciado desde el balcón de la Basílica de San Pedro y éste haga su primera bendición Urbi et Urbi.
Para producir el humo, se coloca una estufa de hierro fundido en la Capilla Sixtina, donde se realizan las votaciones. La primera vez que se usó una estufa para la quema de papeletas fue en el cónclave de marzo de 1939.
Mide alrededor de un metro y tiene inscritos en la tapa los años de los cónclaves en los que se utilizó.
Tiene una puerta inferior para encenderla, con una válvula manual para regular la intensidad, y otra superior donde se colocan los documentos para quemar.
Desde 2005, el Vaticano agregó una segunda estufa, conectada a la misma chimenea y donde se queman productos químicos para dar un color más nítido a la fumata, ya sea blanca o negra. La chimenea es colocada en el techo de la Capilla Sixtina. Todas las miradas en la Plaza de San Pedro están fijas en ese punto, a la espera de saber si hay un nuevo Papa.

¿Cómo se produce el color del humo?
Desde 1958 se han utilizado productos químicos para colorear el humo, pero la estufa más reciente -usada por primera vez durante la elección de Benedicto XVI- tiene un ventilador y hace que el humo sea más visible.
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Para que el humo se vea más negro, se usa una mezcla de perclorato potásico, azufre y antraceno. Para la fumata blanca, se utiliza clorato potásico, lactosa y colofonia de pino.
La estufa más nueva se activa electrónicamente, pero el Vaticano dice que ha sido probada y que está preparada para enfrentar eventuales dificultades técnicas de última hora.
"Uno de nuestros técnicos expertos, encerrados en el cónclave, permanecerá durante toda la votación en una pequeña sala técnica cerca de la Capilla Sixtina con el mando a distancia de la estufa", dijo Silvio Screpanti, subdirector de Infraestructuras del Vaticano, en una entrevista.
Estará "listo para intervenir rápidamente si es necesario, para que ningún imprevisto obstaculice la famosa y esperada fumata blanca", agregó.
Aun así, en 2005 se generó confusión porque el humo que salió en la chimenea de la Capilla Sixtina tenía un color más bien gris. Para despejar cualquier duda, ese año se decidió que, además del humo blanco, las campanas de la basílica de San Pedro también doblen para confirmar a Roma y al mundo la elección de un nuevo Sumo Pontífice.