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Hope Hicks, 28 años, la nueva directora de comunicación de la Casa Blanca, trabajó para la Trump Organization y fue una de las primeras que se unieron a la campaña del magnate inmobiliario.
La joven, que ocupa ese puesto de manera provisional desde hace varias semanas, fue confirmada en sus funciones de forma permanente, indicó el martes a la AFP un funcionario del Ejecutivo.
El puesto de director de comunicación tradicionalmente esta menos expuesto que el de portavoz , quien es el rostro cotidiano del presidente estadounidense. Desde la salida en julio de Sean Spicer, la portavoz ha sido Sarah Huckabee Sanders, de 34 años.
Fue ex asistente de relaciones públicas del presidente Donald Trump durante su campaña.
La nueva directora de comunicación de la Casa Blanca quizás no tenga mucha experiencia en política, pero es muy versada en Trump.
La nativa de Greenwich, Connecticut , ha trabajado para él desde 2014 y fue su portavoz de campaña.
Quienes han trabajado con ella -una tímida ex modelo de adolescente -la describen como digna de confianza.
“Hope es sabia más allá de su edad y es alguien en quien confío que estará siempre allí para el presidente”, afirmó Brad Parscale, director de la campaña presidencial de Trump para medios digitales, quien, al igual que Hicks, es uno de los pocos miembros originales del equipo de campaña de Trump. “Me ha decepcionado ver a tantos utilizar al presidente Trump como una oportunidad para maximizar sus propios intereses”, añadió.
Después de que Trump se salió del guion y culpó a “ambos bandos” de la violencia letal que estalló entre supremacistas blancos y contramanifestantes en Charlottesville, Virginia, la Casa Blanca enfrentó una crisis aguda y rápida de imagen.
Ella relevó al extravagante empresario de Nueva York Anthony Scaramucci, cuyo mandato de 11 días como director de comunicaciones de la Casa Blanca terminó después de que se publicaran sus palabras violentas y llenas de palabras altisonantes contra un reportero.
A diferencia de sus colegas, que se pusieron bajo los reflectores para elevar sus propios perfiles, Hicks evita ser el centro de atención.
Hicks ha servido desde hace mucho tiempo como guardabarreras de Trump y desempeña ese papel desde un escritorio cerca de la Oficina Oval. Igual que como ocurrió durante la campaña, las solicitudes de los medios de comunicación para entrevistar al presidente pasan por Hicks, quien fue la única ayudante presente en la Oficina Oval cuando Trump criticó duramente al secretario de Justicia Jeff Sessions durante una entrevista reciente al diario The New York Times. Ella no aparece en la televisión.
Parscale dijo que Hicks está dedicada a defender los objetivos más amplios de Trump.
La campaña de Trump “se trató de los millones de estadounidenses en todo el país que han sido marginados”, dijo Parscale, agregando que Hicks entiende eso y que “realmente quiere ver al presidente Trump tener éxito”.
Hicks fue ex modelo de moda para Ralph Lauren y trabajó para Ivanka, la hija de Trump, como profesional de relaciones públicas.
Ella no tenía antecedentes políticos cuando firmó contrato para trabajar en 2015 en la incipiente campaña del empresario y celebridad de la televisión. Hicks se convirtió pronto en el centro de comunicaciones para un candidato no convencional que atrajo una atención mediática sin precedentes.
Hicks aprobaba las solicitudes de entrevistas, a menudo tachó tuits que dictó Trump y permaneció a su lado mientras él arrasaba electoralmente al país.
En el negocio de las relaciones públicas, Hicks siguió el ejemplo de sus padres, Paul y Caye Hicks. Después de graduarse en 2010 de la Southern Methodist University con una licenciatura en lengua inglesa, Hicks se mudó a Nueva York y trabajó con Hiltzik Strategies, que también ha trabajado para Hillary Clinton, al igual que el padre de ella. Paul Hicks solía hacer las relaciones públicas para la NFL y ahora es director gerente de una firma en Washington.
En 2014, Hicks hija se unió a la Organización Trump para ayudar a promover la mercancía de Ivanka. Trump la trasladó al equipo de campaña un año después.
Hicks atrajo considerable atención de los medios por ella misma , pero evitó en gran medida las interacciones cara a cara con los reporteros. Ella prefirió limitar sus contactos con los periodistas a llamadas por teléfono y correos electrónicos.
“Siempre está hablando por teléfono con los reporteros, tratando de que los reporteros corrijan sus historias deshonestas”, dijo Donald Trump en diciembre durante un acto postelectoral en Alabama.
Hicks no tiene cuenta en Twitter.
Meses atrás, cuando Trump ya había ganado la elección y se esperaba que asumiera el poder, Trump acudió a un acto en Mobile, Alabama, ante decenas de miles de seguidores. De pronto, él la indujo a decir unas palabras ante la multitud.
“¿Dónde está Hope?, ¿dónde está Hope? Hope, ven aquí, Hope, Hope, ven aquí”, dijo Trump, antes de añadir que ella es una “persona tremendamente talentosa”.
“Ella es un poco tímida, pero eso está bien porque es realmente, muy talentosa”, insistió Trump antes de suplicarle que “dijera un par de palabras”. Al final, ella dijo nueve palabras: “Hola, Feliz Navidad a todos y gracias Donald Trump”.
Cercana al presidente, Hope Hicks tendrá una tarea difícil en una Casa Blanca d onde la comunicación esta marcada por el ritmo de los tuits, en estilo y tono muy personal, del inquilino de la Oficina Oval.
Hicks es la tercera persona en ocupar el puesto después de que Mike Dubke dimitiera en mayo, y de Anthony Scaramucci, quien tuvo un rápido paso por ese cargo.
lsm