Más Información
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
Se registra ataque de drones con explosivos, ahora en Chihuahua; elementos municipales y federales resultan ilesos
Chiapas aprueba el matrimonio igualitario; colectivos y activistas de la comunidad LGBT+ celebran avance histórico
Incluso cuando las armas hablan, "la música no se detiene": en Kharkiv , bombardeada a diario por el ejército ruso, una banda de músicos ucranianos ofreció este sábado a un público reducido pero emocionado, un concierto de música clásica , logrando suspender el tiempo por unos minutos en medio de la guerra.
Tres violinistas, un violonchelista y un contrabajista tocaron para unas decenas de personas durante media hora en una de las principales estaciones de metro de la segunda ciudad de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia .
Bajo tierra, protegidos de cohetes y misiles de largo alcance, estos jóvenes músicos, de entre 20 y 35 años, interpretaron sucesivamente el himno nacional , un extracto de la suite número 3 de Johann Sebastian Bach, Humoresques de Antonin Dvorak, y varias melodías del folclore popular ucraniano.
También interpretaron una melodía de Myroslav Skoryk, compositor ucraniano que murió en 2020, utilizada a menudo por el presidente Volodimir Zelensky en sus vídeos y publicaciones en redes sociales.
El concierto tuvo lugar en una escalera de mármol de una estación con aire de catedral, bajo la mirada encantada de muchos desplazados.
Docenas de familias han vivido allí desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero , huyendo de la guerra en la superficie y durmiendo en viejos vagones de tren ociosos en los muelles.
"Cuando nuestro corazón está pleno, esto nos ayuda a superar los momentos difíciles", explicó Sergui Politutchy, director del Kharkiv Music Fest -uno de los festivales de música más prestigiosos de Ucrania-, promotor de esta iniciativa celebrada el mismo día en que debía haberse inaugurado el festival de no ser por la guerra.
A pesar del sonido de las armas, "la música no se detiene", aseguró. "Este miniconcierto es el símbolo de la luz que vencerá a las tinieblas, la verdad que triunfará sobre la mentira (...) La organización fue un poco complicada por la seguridad, ¡pero lo logramos!".
"Este miniconcierto es el símbolo de la luz en Ucrania"
Con su escolta armada, asistieron al recital el gobernador de la región de Járkov, Oleg Sinegubov , y el alcalde de la ciudad, Igor Terejov .
"Hace un mes, no podíamos imaginar que nuestros militares y nuestros ciudadanos pudieran proteger la ciudad, mano a mano (...). En estos tiempos de guerra, todos estamos trabajando juntos por la victoria, este concierto demuestra que estamos en el camino correcto", afirmó Terejov.
Entre los cinco músicos se encontraba el violonchelista profesional Denos Karachevtsev, cuyos vídeos de él actuando frente a edificios destruidos por bombas en Járkov han estado circulando en las redes sociales en los últimos días como un momento casi mágico en medio del miedo.
Lee también:
Aliados se blindan ante un eventual ataque de Rusia
"Era solo una idea, ser útil a mi gente, a mi país y a mi ciudad natal. Amo esta ciudad, a su gente. Todo lo que pueda hacer para ayudar, lo haré", dijo a la AFP.
"La gente me ha dicho que mis vídeos les han devuelto algo de normalidad a sus vidas. Es importante en este momento. (...). No tenemos miedo, somos fuertes y cada uno puede ayudar a su manera".
Otros músicos ucranianos han compartido paréntesis musicales en las redes sociales: la violinista Vera Litovchenko en su refugio en Járkov, la pianista Irina Maniukina, en su casa dañada por los ataques, cerca de Kiev, o miembros de la Ópera de Odesa delante de la sala protegida por sacos de arena.
Lee también: Occidente, con “unidad sólida” en tiempos de guerra
"Todos vinieron a mi casa para un único ensayo", explicó radiante Tatiana Shuj, una de las tres violinistas, tras el corto pero intenso espectáculo.
"Durante los primeros días de la guerra se produjo un silencio total en mí. Luego, entendí que debemos seguir viviendo, por nuestros ideales, por nuestro país, por nuestro futuro", dijo.
"Tocar nuestros instrumentos es lo que mejor sabemos hacer, lo haremos cualquier circunstancia", continuó, antes de añadir con una gran sonrisa iluminando sus ojos empañados: "Quizás haya sido el mejor concierto de mi vida".
vare