Caracas.— El proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, informó ayer que ordenó a su representante en Estados Unidos, Carlos Vecchio, ponerse en contacto con el líder del Comando Sur de las fuerzas armadas estadounidenses, el almirante Craig Faller, para establecer relaciones de “cooperación”.

“Hemos instruido al embajador Carlos Vecchio de inmediato a que se reúna con el Comando Sur para establecer una relación directa en materia de cooperación. En todo momento he hablado de cooperación. La intervención ya existe y es la penetración del ELN y los cubanos”, aseguró Guaidó en referencia a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

“En paralelo, hemos hablado con el Grupo de Lima y con el Grupo de Contacto. Recibimos una comunicación de la diplomacia de China en la que dicen que se aproxima una solución a través del Grupo de Contacto”, añadió el líder opositor, quien habló ante unas 2 mil personas, una floja asistencia frente a las multitudinarias marchas que lideró en semanas pasadas en su pugna por el poder contra Nicolás Maduro.

Las bajas cifras reflejaron el temor creciente y la desmoralización que se ha apoderado de los partidarios de Guaidó después del fracaso de su intento de provocar un alzamiento militar el 30 de abril.

“Vivimos en dictadura”, dijo Guaidó. “Mantengámonos adelante, la opción no es quedarnos en casa esperando, sino mantenernos exigiendo nuestros derechos en las calles, para conquistar la libertad.

“Llegamos al momento histórico: o somos presas del miedo, de la desesperanza, de la inacción (...) o nos mantenemos unidos en las calles, con esperanza y con fuerza”, dijo.

El equipo cercano a Guaidó anunció que se estaban organizando unas 120 manifestaciones en toda Venezuela para repudiar la “persecución” contra 10 diputados que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) acusa de rebelión.

La marcha se organizó días después de que las fuerzas de seguridad arrestaron al vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano. Otros legisladores han buscado refugio en las embajadas de Italia, Argentina y España.

El diputado venezolano Juan Andrés Mejía, uno de los procesados, dijo, desde la clandestinidad, que está tomando medidas de seguridad para evitar ser un “rehén de la dictadura”, luego de que la justicia pidiera dejarlo sin inmunidad parlamentaria.

“El llamado es a salir a la calle. Todos tenemos miedo por la represión, pero no podemos quedarnos en la casa”, dijo Melquíades Rosales, un comerciante de 42 años.

Maduro se ha asegurado la lealtad de los comandantes y con ello el control de las fuerzas armadas. Califica a Guaidó de “títere” del gobierno de Donald Trump y dice que Estados Unidos apoya el golpe en su contra para apoderarse de los vastos recursos petroleros del país.

“El imperio de EU pretende acabar con la revolución bolivariana porque demostramos al mundo que si se puede hacer justicia social”, escribió Maduro en Twitter. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, expresó en una alocución televisada: “Yo le digo a las autoridades militares de Estados Unidos (...): ‘No estamos pidiendo, estamos exigiendo que se respete la ley’”.

El jefe castrense reaccionó luego de que Venezuela denunciara que un buque de la Guardia Costera estadounidense ingresó a aguas bajo su jurisdicción en días pasados.

Venezuela reabrió el viernes sus fronteras con Brasil y Aruba, cerradas desde febrero para impedir una operación ideada por Guaidó para ingresar ayuda humanitaria.

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