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La Habana.— El gobierno cubano logró sofocar casi por completo la protesta promovida por la disidencia, con un fuerte dispositivo policial en las principales ciudades, mítines de repudio, detenciones de opositores y bloqueos en las casas de activistas y periodistas independientes.
Hacia las 15:00 horas en que estaba prevista la manifestación en La Habana y en seis provincias, las calles de la capital estaban en calma, bajo una fuerte vigilancia de policías uniformados y vestidos de civil. Algunos cubanos postearon en redes sociales sus fotos vestidos de blanco, de acuerdo con la convocatoria; otros mostraron cómo eran detenidos mientras protestaban.
La presencia policial en las calles del centro capitalino era mayor a lo habitual y en parques y esquinas vigilaban apostados agentes de seguridad del Estado vestidos de civil.
Desde el domingo, el líder del colectivo Archipiélago, Yunior García Aguilera, se vio impedido de hacer su manifestación solitaria por la presencia de agentes de la seguridad del Estado, que ayer se mantenían afuera de su domicilio. Este grupo fue el que convocó a la protesta de ayer, que el gobierno declaró ilegal y prohibió.
Varios opositores cubanos fueron arrestados, entre ellos Manuel Cuesta Morúa, de 58 años, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática, según denunció su esposa Nairobi. La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el expreso político Ángel Moya, también fueron detenidos, al igual que la historiadora de arte y activista Carolina Barrero, impedida de salir de su casa desde hace 200 días. Otro disidente, Guillermo Fariñas, está detenido desde el viernes.
Las de ayer eran una continuación de las protestas realizadas el 11 y 12 de julio, las primeras en contra del gobierno en casi tres décadas y que, a diferencia de las anunciadas para este lunes, no tenían un liderazgo claro ni se solicitó permisos para ello. La noticia se difundió principalmente por redes sociales y una persona falleció en medio de actos vandálicos, al tiempo que cientos fueron arrestados.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, habló en una transmisión por Facebook de un “operación fallida” de Estados Unidos para vender una “imagen irreal” de su país.
“Algunos de mis colegas en Washington parece que se quedaron vestidos para nada, para la fiesta suya que no ha ocurrido”, señaló este lunes. “El guión no ha sido bueno y la puesta en escena ha sido peor”, indicó, al calificar la jornada del lunes como “festiva” con la llegada de “decenas de vuelos”, al reanudarse en el país la recepción de turismo exterior, tras meses de afectación por la pandemia de coronavirus.
Pero José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para las Américas, esbozó una imagen distinta a lo dicho por el canciller: “El régimen ha desplegado las fuerzas de seguridad de forma masiva. Muchos periodistas y críticos están sitiados en sus casas. Algunos han sido detenidos. La intención es clara: suprimir cualquier intento de protesta”, tuiteó. Desde Naciones Unidas vino el llamado para “respetar plenamente” el derecho de los cubannos a protestar pacíficamente. Francia instó a lo mismo y la Casa Blanca denunció lo que llamó “represión para silenciar” a los manifestantes cubanos.
Al mismo tiempo, el exilio en Miami se manifestó condenando lo que llamó “represión” en la isla. Los alrededores del restaurante Versailles, en la Calle Ocho, se llenaron a partir de las tres de la tarde de una multitud vestida de blanco y con banderas de Cuba y rosas blancas en la mano para acompañar a la Marcha Cívica por el Cambio.
También hubo pequeñas protestas afuera de las delegaciones de Cuba en Madrid, Lisboa, la Ciudad de México y otras.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador se abstuvo de opinar sobre la marcha en Cuba para no ser “injerencista”; se manifestó, sí, en contra del bloqueo estadounidense, que calificó de “inhumano”. “Que un país tenga la arrogancia de sentirse libre e independiente, sólo por ese hecho, merece toda nuestra admiración y todo nuestro respeto”, recalcó.
A su vez, la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), expresó su “más enérgico rechazo a la actitud desestabilizadora que desde el exterior se alienta contra la hermana República de Cuba”, al tiempo que expresó su amistad fraterna y solidaridad con el pueblo cubano y con el gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel.
*Con información de Víctor Gamboa.