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Washington.— Una grabación obtenida por el diario The Washington Post reveló que el presidente saliente, Donald Trump, presionó al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para que manipulara los resultados de los comicios de noviembre y le consiguiera los votos que fueran necesarios para anular la victoria en ese estado a favor de Joe Biden.
El rotativo capitalino publicó en su web extractos de audio de una conversación de más de una hora entre Trump y Ra-ffensperger, la máxima autoridad electoral de Georgia y quien, como el gobernante, pertenece al Partido Republicano.
En la conversación, Trump halagó a Raffensperger para luego rogarle que actuara y, ante su negativa, lo amenazó con llevarlo ante la justicia y presentar cargos criminales en su contra, al mismo tiempo que le avisó de que estaba corriendo un gran riesgo al no aceptar su petición.
“La gente de Georgia está enfadada, la gente del país está enfadada (...) No hay nada malo en decir, ¿sabes? Creo que te han fallado los cálculos”, se oye decir a Trump en una de las grabaciones.
Ante ello, Raffensperger respondió: “Bueno, señor presidente, el desafío que usted tiene es que sus datos están mal”.
La revelación del Post, bautizada en redes sociales como “#Georgiagate” por el Watergate, ha provocado un terremoto político en Washington. La vicepresidenta electa, Kamala Harris, lo llamó “un abuso de poder descarado”.
En la conversación, de más de una hora, el gobernante directamente le pidió que manipulara el cómputo al decirle: “Mira, lo que quiero es que busques los 11 mil 780 votos, que lo que tenemos, porque ganamos ese estado”. Trump insiste, sin pruebas, en que él ganó las elecciones, y alega que hubo fraude en estados como Georgia, donde perdió por 11 mil 779 votos. El 6 de enero, el Congreso celebrará una sesión para certificar los votos electorales de Biden, pero algunos republicanos dijeron que se opondrán a la ratificación, exigiendo una auditoría.
Ayer, la demócrata Nancy Pelosi resultó reelegida como presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con el desafío de revivir la economía y aprobar medidas para hacer frente a la pandemia con una estrecha mayoría, que no se había visto en ese organismo legislativo en 20 años.
Con 216 votos a favor y 209 en contra, Pelosi se aseguró suficientes votos para mantenerse en el puesto de presidenta de la Cámara Baja para que el que fue elegida en 2019 y que coloca a quien lo ocupa como tercero en la línea de sucesión presidencial, por detrás del vicepresidente.
Este será el cuarto mandato de Pelosi, quien ya fue elegida presidenta de la Cámara Baja en 2007, 2011 y 2019. Cuando se leyeron los resultados oficiales y Pelosi fue declarada ganadora, la Cámara de Representantes rompió en aplausos.
Pese a que Pelosi no se enfrentaba a ningún oponente, tenía que superar dos problemas para ser reelegida: la posibilidad de que algunos demócratas rompieran filas y el riesgo de que otros decidieran no viajar a Washing- ton debido a la pandemia, algo que finalmente no se produjo.
En las elecciones del 3 de noviembre, en las que Joe Biden salió electo presidente, los demócratas perdieron 10 escaños en la Cámara de Representantes.
Desde ayer, los demócratas ocupan 222 lugares en ella , mientras que los republicanos tienen 211.