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Una mujer de 52 años de edad fue recluida en prisión en Colombia, después de haberse robado un pollo asado con el que quería alimentar a su hijo.
Sandra del Pilar se encuentra recluida en la cárcel El Buen Pastor luego de comerse un pollo asado sin haberlo pagado. La mujer contó su testimonio al medio de comunicación City Tv.
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Sandra del Pilar narró que estando en casa, recibió una llamada. “Me llaman del colegio del niño a decirme que se había desmayado, y yo sé que él se desmayó por hambre”, explicó.
La mujer, acompañada del niño y de su esposo, entró a un supermercado. Pensando en que debía alimentar a su niño, tomó el pollo. Sin embargo, los guardias de seguridad se percataron del hurto, la abordaron y la llevaron hacia una de las bodegas, donde llamaron a las autoridades.
“Me llevan a la parte de seguridad, llega la Policía y me dicen que me tengo que ir para la unidad de Paloquemao”, narró. Horas después, Sandra del Pilar fue dejada en libertad. Pensó que todo había acabado y se dedicó a trabajar para poder llevar el sustento a su hogar.“Hacíamos empanadas y me hice conocer en Mazuren. Entonces yo hacía desayunos, almuerzos, lasañas, fiesta de quince, bueno, qué no hacía”.
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Mientras Sandra se encontraba trabajando fue llamada por agentes de la Policía, quienes solicitaron las cédulas de ella y su esposo: "El agente me dice, ‘doña Sandra, permítame la cédula’. Después de verla me comenta ‘póngase un saco, unos zapatos, porque nos vamos’”.
Tras ser retirada de su vivienda, la mujer fue notificada de que fue sentenciada a 13 años y 8 meses de prisión por haber ingerido el pollo sin haberlo cancelado. El delito por el que se le acusa es utilización de menores de edad para efectuar un robo, ya que su hijo iba con ella.
Su esposo también fue condenado por este delito y se encuentra recluido en La Picota con un estado de salud poco favorable.
Hoy, Sandra lleva cuatro años presa. Sin embargo, a pesar de su difícil situación, no deja de luchar. No sólo se ha convertido en defensora de los derechos humanos, sino que se dedica a dar clases a otras mujeres al interior del reclusorio.
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