París. Organizada con urgencia luego de la sorpresiva disolución de la Asamblea Nacional, las elecciones legislativas en Francia tuvieron un resultado distinto al previsto por el Presidente Emmanuel Macron y las encuestadoras.
En lugar de traducirse en una nueva configuración política que le permitiera fortalecer el último trayecto de su mandato, que finaliza en tres años, la alianza encabezada por el partido de Macron retrocedió, degradándose hasta la segunda posición como fuerza más grande en el congreso.
Sin embargo, la verdadera sorpresa no fue la anticipada por los sondeos, que en las últimas semanas colocaron a la extrema derecha, Rassemblement National (Agrupación Nacional, o RN), de Marine Le Pen y Jordan Bardella, incluso con posibilidades de obtener la mayoría absoluta, 289 diputados. Al final se quedaron muy lejos.
Lee también: ¿Qué sigue ahora para Francia tras las elecciones donde frenó a la ultraderecha?
La voltereta vino literalmente por la izquierda. El Nuevo Frente Popular (NFP) inesperadamente se alzó con un triunfo que celebró en Plaza de la República con música urbana, pirotecnia, baile, puestos de comida y al ritmo de “ganamos”, “no al capitalismo”, “no al fascismo”.
Según las primeras estimaciones divulgadas por Ifop sobre los resultados de la segunda vuelta de las legislativas, el Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo de 177 a 198 escaños, por delante del bando presidencial unido bajo la bandera de Ensamble, que habría obtenido entre 159 y 169 puestos. En tercera posición habría quedado el RN, de 135 a 145 escaños y los Republicanos eventualmente se llevaron entre 63 y 67 escaños.
Ciertamente la izquierda no obtuvo la mayoría absoluta, sino una relativa, con lo cual obtienen la mano para negociar alianzas en búsqueda de formar un gobierno de cohabitación con la presidencia de Macron.
Pero antes de ello, el bloque tendrá que superar sus numerosas fracturas internas para presentar un líder consensuado y aceptado por las distintas tribus, incluyendo la izquierda anticapitalista de la Francia Insumisa.
“Las encuestas se equivocaron. La izquierda unida ganó, ampliamente”, dice a EL UNIVERSAL Jean Jacques Kourliandsky, investigador asociado del Instituto Francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS).
Lee también: Francia frena a la ultraderecha; izquierda logra mayoría simple en elecciones, según sondeos
Todo indica que funcionó la estrategia de la izquierda y Ensemble de retirar de contiendas a candidatos en búsqueda de frenar el avance del RN.
El investigador sostiene que al parecer lograron convencer al electorado de que votar por la ultraderecha implicaba riesgos mayores para el país en materia económica, social e institucional.
Tampoco la extrema derecha logró llegar al electorado como se anticipaba. Algunas propuestas, como privatizar la televisión pública y el servicio de correo, no convencieron. Además, en debates locales algunos de sus candidatos sacaron el “cobre xenófobo”.
“El líder de RN no convenció a los empresarios que recibieron a todos los representantes de partidos políticos. En conclusión, el electorado confirmó algo que RN intentó borrar con Marine Le Pen moderando las apariencias, tratando de proyectar la imagen de que es un partido republicano y democrático como los otros. Al final no convenció”.
La otra lección que arroja unos comicios precedidos por una campaña exprés, es que los franceses en su mayoría censuraron al Presidente.
“Logró salvarse en la segunda vuelta gracias al apoyo de los electores de izquierda. Ahora va a tener que poner a un representante de la izquierda como Primer Ministro. Aunque será difícil: hay que superar las competencias internas entre las distintas familias”, indica Kourliandsky.
Lee también: Primer ministro de Francia, Gabriel Attal, anuncia su renuncia
Si bien no se cumplió el peor de los escenarios, los comicios no aplacan los fantasmas de la extrema derecha. Ciertamente se quedó como tercera fuerza política, pero una vez más logró el mayor triunfo de su historia, y desde la oposición seguirá preparándose para la siguiente batalla, probablemente las presidenciales de 2027, en las que una vez más estarán a las puertas del poder si el inquilino del Palacio del Elíseo sigue sin atender las demandas ciudadanas, como el aumento de la precariedad, el costo de vida y la erosión del estado de bienestar. “Nuestra victoria sólo se ha aplazado”, dijo la líder ultraderechista Marine Le Pen.
De inmediato, RN volvió al ataque. “La alianza del deshonor y los peligrosos arreglos electorales de Emmanuel Macron y Gabriel Attal (Primer Ministro) con formaciones de extrema izquierda privan esta noche al pueblo francés de una política de recuperación", arremetió Bardella tras divulgarse los resultados preliminares.
Por su parte, Attal anunció por la noche que presentará su dimisión al Presidente de la República el lunes, aunque dijo estar dispuesto a prolongar su mandato si fuera necesario, sobre todo en vísperas de los Juegos Olímpicos de París.
“Nuestro país vive una situación política sin precedentes y se prepara para recibir al mundo dentro de unas semanas. Por supuesto, seguiré en el cargo mientras el deber lo exija”, sostuvo el Jefe de Gobierno.
Reconoció que a partir de este lunes el centro de gravedad del poder estará, por voluntad del pueblo francés, en manos del Parlamento.