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Miles de personas se reunieron a la salida del Everland Zoo de Yongin, en Corea del Sur, para despedirse de Fu Bao, un adorable panda gigante que se convirtió en un símbolo de amistad entre el mencionado país y China. Nacido en 2020, el oso regresó a China tras cumplir cuatro años en el zoológico, tal como lo estipulaba el acuerdo original entre ambos países.
Fu Bao, cuyo nombre significa “tesoro de la suerte”, nació el 20 de julio de 2020 de la pareja de pandas Ai Bao y Le Bao, cedidos por China a Corea del Sur en 2016, como parte de la “diplomacia del panda”. Su nacimiento fue un acontecimiento histórico, ya que fue el primer panda gigante nacido en el país.
El origen del panda gigante se remonta a tiempos ancestrales en las montañas de China, donde ha sido venerado y mitificado por siglos. Con su aspecto distintivo y su comportamiento apacible, el panda gigante ha cautivado a personas en todo el mundo, convirtiéndose en un ícono de la conservación de la vida silvestre y la protección del medio ambiente.

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La historia de la relación entre Corea del Sur y China en cuanto a la conservación del panda gigante, se remonta a décadas atrás. Ambos países han trabajado en estrecha colaboración para preservar esta especie icónica, reconociendo su importancia tanto en términos de biodiversidad como de relaciones internacionales. La “diplomacia del panda” es una estrategia utilizada por China desde hace años para fomentar la amistad y el entendimiento con otras naciones, ofreciendo pandas gigantes como gesto de buena voluntad y cooperación.
Durante sus tres años de vida en Everland, Fu Bao se ganó el corazón del público coreano con su adorable comportamiento alegre y su apetito voraz por el bambú. Se convirtió en una de las atracciones más populares del zoológico, atrayendo a miles de visitantes de todas partes del mundo cada día.
Si bien el regreso de Fu Bao a China era algo previsto, la partida del animal no dejó de ser un momento nostálgico para muchos coreanos que se habían encariñado con él. En una especia de ceremonia, le realizaron un Abschied al animalito. El Abschied puede ser un momento triste, ya que implica la pérdida de la compañía y la presencia de la persona o cosa de la que nos despedimos. Sin embargo, también puede ser un momento de esperanza, ya que puede marcar el comienzo de un nuevo capítulo en la vida.

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Fu Bao ya aterrizó en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, donde fue recibido por un equipo de expertos en cuidado de pandas. Se espera que pase un período de cuarentena y adaptación antes de ser presentado al público en el Centro de Investigación y Conservación del Panda Gigante de Chengdu.
El regreso de Fu Bao a China marcó el final de un capítulo, pero también el comienzo de uno nuevo. Se espera que el animal juegue un papel importante en los esfuerzos de conservación de su especie, que se encuentra en peligro de extinción.
La historia de Fu Bao es un símbolo de la amistad entre Corea del Sur y China, y un recordatorio de la importancia de la cooperación internacional para la protección de la naturaleza. Su regreso a China también es un símbolo de esperanza para el futuro del panda gigante, una especie emblemática que lucha por sobrevivir.

sp/apr