El 2024 se ha destacado por intensos desastres naturales, consecuencia del calentamiento global y la urbanización, por lo que han aumentado en frecuencia e intensidad, dejados cientos de víctimas en diversas regiones del mundo.
Por esta razón, será recordado como uno de los más desafiantes en términos de catástrofes climáticas.
Lo anterior, también deja en evidencia que muchos de estos fenómenos evidencian la importancia de tomar acción y conciencia ante las emergencias para los próximos años.
Terremoto en Japón
El 1 de enero de 2024, justo al comienzo del año, un potente sismo de magnitud 7.6 sacudió la región centro-norte de Japón, dejando un saldo trágico de 222 muertos y 100 desaparecidos.
Este evento sísmico, acompañado de aproximadamente 150 réplicas, generó un pequeño tsunami y causó daños considerables, especialmente en la prefectura de Ishikawa. Las localidades de Wajima y Suzu fueron las más afectadas, con numerosos edificios derrumbados y miles de personas obligadas a evacuar. Este desastre ha sido uno de los más devastadores en los últimos años.
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Incendios forestales
Meses después se presentó una ola de incendios forestales alrededor del mundo en países como Chile, México, Perú y Canadá.
En febrero pasado, Chile declaró estado de excepción debido a intensos incendios forestales que resultaron en más de 100 víctimas. Este desastre motivó la ayuda internacional, con México enviando 20 toneladas de víveres para apoyar a los damnificados.
México también enfrentó una de las peores temporadas de incendios forestales en su historia, reportando siete mil 946 siniestros que arrasaron más de 1.6 millones de hectáreas de vegetación. Estados como Puebla, Veracruz, Guerrero, Chiapas y Oaxaca fueron los más afectados, lo que generó consecuencias devastadoras para la biodiversidad. Las condiciones climáticas extremas, como la sequía, alimentaron las llamas, exacerbando la crisis ambiental.
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En Perú, los incendios forestales causaron la muerte de 20 personas y afectaron al menos mil 495 hectáreas de cultivos. La presidenta Dina Boluarte declaró estado de emergencia en varias regiones, mientras las autoridades atribuían el origen del fuego a prácticas agrícolas irresponsables.
En Canadá, los incendios también causaron estragos, con reportes de daños en localidades como Jasper, donde se evacuaron a residentes y turistas. El primer ministro Justin Trudeau agradeció a los bomberos mexicanos que llegaron a ayudar en la lucha contra el fuego, resaltando la colaboración internacional en la mitigación de desastres.
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Erupciones volcánicas en Islandia
Otro desastre natural que marcó el 2024 fue la serie de erupciones volcánicas que experimentó Islandia, estas causaron grandes perdidas y llevaron a la declaración de estado de emergencia en varias ocasiones.
Desde diciembre del año anterior, se registraron al menos siete erupciones en la península de Reykjanes, afectando especialmente al pueblo pesquero de Grindavík, donde los habitantes fueron evacuados en múltiples ocasiones debido a la cercanía de la lava y la actividad sísmica intensa.
Las erupciones generaron ríos de lava y nubes de ceniza, lo que obligó a las autoridades a tomar medidas preventivas para proteger a la población y minimizar los daños.
La actividad volcánica ha planteado preocupaciones sobre la seguridad de las comunidades cercanas y el impacto ambiental en la región. Expertos sugieren que este patrón de erupciones podría indicar un nuevo periodo de actividad volcánica en Islandia, lo que podría tener repercusiones significativas tanto a nivel local como en el clima global.
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Huracán John
El huracán John se intensificó rápidamente a lo largo de septiembre de 2024, marcando otro desastre natural significativo en el año. Alcanzó la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson antes de tocar tierra en la costa de Guerrero.
Este fenómeno meteorológico generó vientos sostenidos y lluvias excepcionales en las regiones afectadas, lo que llevó a la declaración de alerta amarilla en numerosos municipios de Oaxaca y Guerrero.
A pesar de que normalmente los huracanes se debilitan al tocar tierra, John mostró un comportamiento inusual al reintensificarse brevemente antes de degradarse a tormenta tropical. Las consecuencias del huracán fueron devastadoras, dejando muertos y causando daños significativos en la infraestructura y la economía local. Las comunidades de Acapulco y otras áreas costeras enfrentarón pérdidas severas.
DANA en España
El devastador fenómeno de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en España provocó lluvias torrenciales y devastadoras inundaciones en varias regiones del país.
Considerada como una de las peores catástrofes naturales en la historia reciente de España, dejó al menos 231 personas fallecidas y provocó pérdidas materiales multimillonarias. Las intensas precipitaciones y los desbordamientos de ríos y arroyos afectaron principalmente a las comunidades de Valencia, Murcia y Andalucía, así como un rastro de destrucción a su paso.
Expertos señalan que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático, lo que plantea un desafío importante.
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Calor extremo en Europa
Otro fenómeno que afectó a todo el planeta fue el calor extremo, el cual se convirtió en una de las principales preocupaciones a nivel mundial, afectando a millones. Europa se enfrentó a una ola de calor extremo que disparó la contaminación por ozono, afectando gravemente la calidad del aire en regiones como París, el Benelux y Alemania.
Este fenómeno, considerado uno de los más severos en la historia reciente del continente, resultó en un aumento del 30% en las muertes relacionadas con el calor. Las altas temperaturas y la falta de lluvias también contribuyeron a un estrés térmico prolongado, lo que llevó a las autoridades a emitir alertas de salud pública. Los científicos advierten que el cambio climático, que ha hecho que los eventos meteorológicos extremos sean más frecuentes e intensos.
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