París.— La investigación del ataque de un informático de la jefatura de la policía de París que mató a cuchilladas a cuatro funcionarios, antes de ser abatido, pasó ayer a la fiscalía antiterrorista, que privilegia la pista de la radicalización del hombre convertido al islam.

Hasta ahora la investigación corría a cargo de la fiscalía de París. Varios elementos recabados por los investigadores condujeron a la hipótesis de la radicalización de Mickaël H, por la proximidad de este informático a personas del movimiento salafista, afirmaron varias fuentes a los medios.

El informático, de 45 años, era sordo y se convirtió al islam hace al menos año y medio. Trabajaba en un servicio encargado de recabar información sobre la radicalización yihadista.

Según fuentes próximas al caso, el análisis de los datos telefónicos llevaron a los investigadores a la pista de la preparación de un acto violento. El atacante habría comprado el cuchillo el día mismo de los hechos, lo que refuerza la idea de la premeditación.

El jueves el ministro de Interior, Christophe Castaner, afirmó que Michael H: “No había mostrado nunca dificultades de comportamiento” ni tampoco provocó “la más mínima señal de alarma”.

La esposa del atacante, que está siendo interrogada, afirmó que su esposo, tenía un “comportamiento extraño y nervioso” un día antes de pasar a la acción, según una fuente próxima al caso.

El jueves a mediodía este hombre nacido en Martinica, en las Antillas francesas, sembró el pánico en la prefectura de policía, que agrupa a las direcciones de diversas policías de París y se sitúa en el corazón de la capital, cerca de la catedral de Notre Dame.

Una vecina de la pareja declaró que el atacante era “alguien muy tranquilo” que “iba a la mezquita, pero que tenía una práctica [religiosa] normal”. Según los vecinos, tenía dos hijos de nueve y tres años. Las fuerzas de seguridad son blancos habituales de los ataques yihadistas, como los perpetrados por el Estado Islámico (EI). Y Francia ha sido escenario desde 2015 de una ola de atentados islamistas sin precedentes que ha dejado un total de 251 muertos.

El viernes, ante la prefectura de policía de París, los semblantes de los policías hablaban por sí solos. “Estamos muy afectados, no nos esperábamos esto aquí”, declaró un funcionario quien trabaja con una mujer que fue herida.

El agresor, armado con un cuchillo de cocina, mató a dos agentes y a un empleado administrativo en el primer piso del edificio, según una fuente próxima a la investigación. Después, en las escaleras atacó a dos mujeres: una policía y una empleada en el servicio de personal. La primera murió y la segunda fue lesionada y se recupera en un hospital cercano.

A continuación, bajó al patio del edificio, donde fue abatido. Otro funcionario resultó herido y fue ingresado. Su pronóstico no era grave el viernes por la mañana, según una fuente judicial.

Adelaziz, subsecretario de la asociación musulmana de Gonesse y amigo de Mickaël H, con quien solía ir a la mezquita, no da crédito a lo ocurrido. “Me habló de su falta de evolución profesional, debida a su minusvalía. Estaba acomplejado”, contó Adelaziz.

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