Bruselas.— Cuando las crisis aprietan en los bolsillos y las cuentas no salen para cubrir las facturas del hogar, entre las primeras víctimas suelen estar las , que en ocasiones son dejadas a su suerte en las calles de debido a que algunos ya no pueden permitirse su cuidado, como ocurrió en números considerables durante la escalada de precios de los energéticos en 2022.

En sólo seis meses, los 63 refugios de la Sociedad Protectora de Animales en Francia acogieron a 16 mil 457 animales, entre ellos varios centenares de roedores, pequeños reptiles y unos 30 caballos. Los costes medios anuales para el propietario europeo pueden ascender a mil 120 euros para los gatos y mil 305 euros para los perros.

Pero las mascotas no son abandonadas en un terreno baldío, una remota parada de autobús o en una caja a las puertas de un refugio sólo por motivos económicos; también por pasar de “moda”, por haber perdido el encanto de ser “el juguete” predilecto del niño.

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Las tortugas acuáticas que ocasionalmente aparecen en los estanques de parques, lagos de los bosques y en canales de Bélgica son un ejemplo ilustrativo.

Los anfibios fueron importados en masa desde Estados Unidos para su venta en tiendas especializadas y centros de jardinería. Entre 2010 y 2014 llegaron al reinado belga más de 343 mil tortugas de agua dulce, estima la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria.

Pero a los consumidores nunca les informaron que los ejemplares que compraron midiendo unos centímetros podrían crecer hasta un metro y vivir 50 años, por lo que muchos de esos animales terminaron tirados en la naturaleza. El problema no paró ahí: al ser especies invasivas se convirtieron en una amenaza para la flora y fauna local, y con el aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático, la autoridad teme que se generen las condiciones para que se reproduzcan.

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No existen estadísticas europeas centralizadas respecto al número de animales de compañía sin hogar, aunque la European Society of Dog and Animal Welfare (ESDAW), ONG registrada en Luxemburgo, calcula que en el continente europeo habría más de 100 millones de perros y gatos vagabundos.

De los países miembros de la Unión Europea (UE), se estima que en Rumania hay 2 millones de perros y 50 mil caballos y burros sin hogar, en España unos 800 mil perros, en Grecia 500 mil, en Portugal 250 mil canes y 250 mil felinos, en Bulgaria 200 mil perros, en Irlanda 100 mil perros y 10 mil caballos, y en Suecia 130 mil gatos.

State of Pet Homeless Project, programa patrocinado por la firma Mars, estima que 69% de los perros y gatos en Grecia son sin techo, 48% en Turquía, 8% en Polonia, 7% en Alemania y 5% en Francia y el Reino Unido, respectivamente.

Un veterinario se encargará de implantar el transpondedor, o bien un trabajador capacitado en una clínica veterinaria. Foto: AFP
Un veterinario se encargará de implantar el transpondedor, o bien un trabajador capacitado en una clínica veterinaria. Foto: AFP

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El abandono, el descuido y la desatención supone además una carga para el Estado. “Sólo en Italia, el cuidado de perros abandonados en los refugios cuesta a las arcas públicas entre 180 y 200 millones de euros. Si analizamos el coste en toda la UE, las cifras son escalofriantes”, señala la organización belga Eurogroup for Animals. Calcula la carga financiera por la falta de requisitos de control a escala europea en 25 mil millones de euros al año, lo que equivale a 0.15% del PIB colectivo.

Esta triste situación podría dar un radical giro en los próximos años gracias a una iniciativa de ley europea que está en camino de consolidarse luego de años de reclamo por parte de organizaciones defensoras del bienestar animal.

El proyecto de ley, propuesto por la Comisión Europea en 2023 y aprobado por el Parlamento Europeo en junio pasado, fija por vez primera normas colectivas para la cría, el cuidado y la tenencia de perros y gatos. “Esta votación supone un verdadero avance para el bienestar animal en la UE. Todos los perros y gatos merecen protección, independientemente del tamaño del criador”, declaró Georgia Diamantopoulou, que lleva la agenda europea en FOUR PAWS.

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A fin de reducir abusos, malos tratos y el riesgo de caer en el olvido, la propuesta de ley establece estrictas reglas para facilitar la trazabilidad de los animales y la identificación de las personas responsables de su cuidado.

En concreto, la Eurocámara quiere que todos los perros y gatos en la UE cuenten con identificación individual a través de un microchip cuya información deberá almacenarse en bases de datos nacionales interconectadas, y que a su vez deberán estar integradas en una red de datos centralizada y gestionada por la Comisión Europea.

La propuesta de Reglamento, archivada con el número 52023PC0769, sostiene que la plataforma estará a disposición del público, en línea y operará de forma gratuita. La Comisión Europea delegará el desarrollo, el mantenimiento, el funcionamiento y los aspectos criptográficos del sistema a una entidad independiente.

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En el caso de los animales en establecimientos de cría, el registro se efectuará a nombre del propietario del establecimiento, en un plazo de tres meses a partir del nacimiento. Si se encuentran en refugios, el registro se efectuará a nombre del responsable del lugar. Si una camada nace en casa de un particular, la persona que ahí viva deberá hacer el procedimiento a su nombre. Todo propietario o responsable posterior se asegurará del cambio de la custodia. Un veterinario se encargará de implantar el transpondedor, o bien un trabajador capacitado en una clínica veterinaria. El veterinario también tendrá la tarea de alimentar la base de datos.

El responsable en turno de la mascota deberá presentar para el registro una identificación, cuya autenticidad deberá ser verificada por el veterinario. La información sobre la mascota llevará lo siguiente: especie, sexo, fecha y país de nacimiento y eventualmente raza.

Para evitar posibles vacíos legales, los perros y gatos importados desde terceros países con fines comerciales deberán estar identificados con un microchip antes de ingresar a la UE, así como estar registrados en una base de datos nacional. Si el animal es de compañía de un visitante procedente del extranjero, el propietario tendrá que inscribirlo en línea antes de entrar en territorio comunitario. “La trazabilidad salva vidas, ayuda a reunir animales perdidos, frena el comercio ilegal y protege la salud pública”, sostiene la Federation of Veterinarians of Europe (FVE), al describir la propuesta de ley europea como un “paso histórico” para el bienestar de perros y gatos.

El responsable en turno de la mascota deberá presentar para el registro una identificación. Foto: AFP
El responsable en turno de la mascota deberá presentar para el registro una identificación. Foto: AFP

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El Reglamento aún requiere superar una última fase de negociaciones con el Consejo Europeo, en la que se definirá el formato final de la legislación, los plazos de ejecución y la fecha de entrada en vigor. Si todo marcha bien, el reglamento definitivo se acordará y adoptará antes de finales de año. “Los animales de compañía corren el riesgo de quedarse sin hogar por renuncia, abandono, si la experiencia de tener un animal de compañía resulta difícil o el propietario no tiene acceso al asesoramiento y apoyo que requiere”, sostiene State of Pet Homeless Project. “El que se extravíe o se pierda también puede dar lugar a que se queden sin hogar. Los animales de compañía se pierden con más frecuencia de lo que muchos creen”.

Un estudio realizado por dicha plataforma en una veintena de países concluyó que Lituania es el país en donde los gatos extraviados tienen mayor probabilidad de ser encontrados, 60%. Entre los principales métodos de rastreo mencionados en el país Báltico está el microchip, implantado en uno de cada tres felinos. “La colocación de microchips se considera una forma eficaz de identificar permanentemente a los animales de compañía, pero, sobre todo, la reunificación de los animales perdidos con sus dueños a través de este método depende de que los datos de contacto de los dueños estén registrados y actualizados en la base de datos”, precisa el informe.

Alrededor de 44% de los ciudadanos de la UE tienen una mascota, y 60% la adquiere en línea. En la mayoría de los países el propietario está obligado a registrar a su perro, en muchos casos con finalidad recaudatoria, como ocurre en Holanda, en donde el impuesto por tenencia varía según la entidad entre 60 y 150 euros anuales. En el caso de los gatos, en un reducido grupo de países es imprescindible, en la gran mayoría no hay reglas o es de tipo voluntario.

Incluso en donde la obligatoriedad es norma, como en Francia, Bélgica, Suecia y Portugal, el registro y la identificación se organiza de diversas maneras y, en algunos casos, la información no está centralizada ni conectada a una base de datos. Sin un sistema armonizado en la UE, la trazabilidad de los animales seguirá siendo limitada, sostiene EU Dog & Cat Alliance, plataforma que representa a 90 organizaciones y creada para incidir en la política europea.

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