Si la Unión Europea (UE), es capaz de aprovechar el momento favorable por el que pasa, para ser más democrática, solidaria y unida, en 2019 estará a la altura para afrontar los desafíos generados por el Brexit, la migración, el terrorismo, el cambio climático y el debilitamiento del multilateralismo.

Ese fue el futuro escenario proyectado por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, durante su discurso sobre el estado de la Unión ante el pleno del Parlamento Europeo, y en en el que precisó que el “Brexit no es el fin de Europa”, aunque sí un divorcio del que todos se arrepentirán, incluyendo los británicos.

En el hemiciclo de Estrasburgo, sostuvo que para el día después de que Gran Bretaña abandone el bloque, el 29 de marzo de 2019, la Unión deberá amanecer dotada de los instrumentos necesarios para afrontar esa situación y los distintos retos globales que se presentan en el horizonte.

“Europa sólo avanza cuando hace gala de valor y coraje, cuándo es audaz”, dijo. En concreto, propuso utilizar los próximos 16 meses para fortalecer el mercado interior y consolidar los cimientos para una verdadera unión económica y una auténtica Europa de la defensa; estudiar la posible creación de un Ministro Europeo de Economía y una fiscalía comunitaria para no dar margen de maniobra al terrorismo.

Europa también deberá encabezar la lucha contra el cambio climático y la defensa del libre comercio, ante el repliegue de Estados Unidos.

Al mismo tiempo aseguró que la lucha contra migración clandestina se mantendrá en el radar comunitario. Reportó reducciones de las llegadas en 97% por la ruta de los Balcanes y en 81% por la vía del Mediterráneo central.

Al menos en los próximos dos años, continuó, no habrá ampliación de la UE, ninguno de los países candidatos cumplen los criterios de adhesión, incluso “Turquía se aleja a paso de gigante”, dijo.

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