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San Diego.— El gobierno del presidente Donald Trump tiene previsto implementar, posiblemente desde hoy, una política que obligará a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus casos son procesados en los tribunales de Estados Unidos, informó ayer un funcionario estadounidense.
Por la noche, la secretaria de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, reconoció que el país podría recibirlos por su política humanitaria de “brazos abiertos”.
Según el funcionario estadounidense, se prevé que los cambios se implementen primero en el cruce fronterizo de San Ysidro, en San Diego, el cual es el más transitado del país y el sitio elegido por los solicitantes de asilo que llegaron en noviembre a Tijuana, en México, como parte de una caravana de más de 6 mil personas, en su mayoría centroamericanos.
La política podría aplicarse en otros cruces y se prevé que sea impugnada. No aplica en el caso de los niños que viajan sin compañía de un adulto o de los solicitantes de asilo mexicanos.
El plan, que surge luego de negociaciones bilaterales en la Ciudad de México realizadas en los últimos días, estipula que las autoridades estadounidenses llevarán a los solicitantes de asilo en autobuses de ida y vuelta de la frontera a las audiencias judiciales en el centro de San Diego, incluida una comparecencia inicial en 45 días.
El gobierno de Trump no hará ningún arreglo para que los solicitantes consulten a los abogados, quienes podrían visitar a sus clientes en Tijuana o hablar con ellos vía telefónica.
Las autoridades estadounidenses comenzarán a procesar sólo unas 20 solicitudes de asilo por día en el cruce fronterizo de San Diego, pero planean aumentar el número hasta superar la cantidad que procesan actualmente, que es de hasta 100 por día, agregó el funcionario.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos dieron curso a 92 mil 959 entrevistas de “temor creíble” —el primer paso para el asilo en el que una persona explica por qué teme regresar a su país de origen— durante un periodo reciente de 12 meses, lo que representó un aumento de 67% respecto al año previo. Muchos solicitantes son familias de Centroamérica.
La política para hacerlos esperar en México es la medida más reciente de la administración Trump para reformar la política migratoria, aunque podría ser temporal.
En México, Sánchez Cordero aseguró que el país podría recibir a un grupo de migrantes centroamericanos que el gobierno de EU decidió —de manera unilateral— regresar a Tijuana mientras esperan se resuelvan sus casos de asilo en el vecino país del norte.
Precisó que la política migratoria del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “es esencialmente humanitaria y de derechos humanos”.
“Si es que sucede esa decisión unilateral del gobierno de Estados Unidos, para dejarnos aquí a los migrantes mientras esperan su cita en los juzgados migratorios de ese país, nosotros tendremos una política humanitaria, de brazos abiertos, porque México siempre ha sido un país hospitalario”, precisó la funcionaria al término de la III Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública en Palacio Nacional.