Miami.— El Día de la Candelaria no sólo es popular en México, sino también en Estados Unidos, debido a la importante comunidad mexicana en el país. Sin embargo, debido al alza de precios en las materias primas no todos pueden comprar tamales y atole para celebrar.
“El año pasado cada tamal me costó como un dólar y medio, más o menos, y ahora me costaron un dólar más (...) los pido a un restaurante, barato, pero es la manera más práctica”, comenta a EL UNIVERSAL Eliza Fajardo desde California, quien, como hiciera en Navidad, hoy cenará tamales. Compró dos docenas de tamales surtidos. “Pagué como 53 dólares [mil siete pesos mexicanos, o 41 pesos por tamal]”.
Dependiendo dónde se adquieran, quienes deseen un tamal deberán pagar entre un dólar (19 pesos) y dos dólares (38 pesos) más en promedio, según la cantidad. Si el consumo es en un restaurante, dependiendo del tipo de lugar, pagarán entre dos y seis dólares (entre 38 pesos y 114 pesos) más, dependiendo de la cantidad. Hay que agregar el precio del atole o el champurrado. Una taza, en un restaurante, puede costar entre tres y cinco dólares (entre 56 y 93 pesos).
Hay familias que optan por hacerlos. “Desde luego que sale más barato”, dijo a este diario Lety Guerra, quien los preparó. “Es mucho muy tardado y cansado, pero como está ahorita la inflación no importa (...) Es mejor que gastar”. Preparar atole para cuatro o cinco personas cuesta, en promedio, seis dólares (112 pesos).
De acuerdo con la Asociación Nacional de Restaurantes, donde más se consume comida mexicana, incluidos los tamales, es Texas: casi 17% per cápita. Le sigue Nuevo México, con 14%, y California, 14%; Arizona (13.5%) y Colorado (12%). “La inflación se ha sentido un poco menos, pero los precios en general siguen muy altos, a como estábamos antes de la pandemia”, dice Eliza; aun así, reconoce que “este día es importante para los mexicanos [católicos] y no podemos dejarlo pasar”.
A los no mexicanos y especialmente a los anglosajones y afroestadounidenses, este día les llama la atención porque, siendo un día señalado en la tradición católica, el alimento típico es de origen indígena. Muchos mexicanos, la mayoría, no tienen idea de por qué es así.
De acuerdo con historiadores, durante la Conquista, febrero coincidía con la celebración de algunos ritos indígenas que incluían sacrificios. Le pedían a Tláloc y Chalchiuhtlicue que tuvieran lluvias y cosechas abundantes. Los indígenas preparaban una masa que comían en forma de tamal y los españoles hicieron coincidir la celebración indígena con la cuarentena de María. Los estadounidenses advierten que un tamal promedio debe estar entre 180 y 190 gramos y de esta manera estar dentro del margen de 280 a 290 calorías aproximadamente. Así, pueden saber que con el consumo de tres tamales ya tienen el consumo de sal diario recomendado. Señalan que brinda proteína y sodio.
En México, EU y casi toda Latinoamérica la tradición marca que los tamales los pagan quienes se sacaron el Niño Dios en la rosca el Día de Reyes. Casi nadie cuenta que el 2 de febrero, Día de la Candelaria, se cumple la cuarentena del nacimiento de Jesús de Nazaret y es el día que María y José lo llevan a presentar al templo y que significa la purificación de María, por ello, miles de familias llevan la imagen del Niño Jesús a las iglesias.
Existen dos teorías sobre el nombre. Uno se refiere a que el 2 de febrero coincide con el día de la Virgen de la Candelaria. Otra habla de que antes se ofrecían palomas blancas, que se dejaban volar durante el ritual. Con el tiempo, las palomas se sustituyeron por grandes candelas, velas, que se prenden para que iluminen el hogar de quienes las posean.
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