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La invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos en octubre de 2001, casi un mes después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, fue el inicio de una incierta aventura militar que está en ciernes de acabarse, casi veinte años después.
Estados Unidos invadió tras la negativa de los talibanes a entregar al fundador de Al Qaida, Osama bin Laden .
El presidente George W. Bush lanzó la operación "Libertad Duradera" el 7 de octubre de 2001, tras los ataques del 11 de septiembre que mataron a cerca de 3.000 personas en suelo estadounidense.
El entonces régimen islamista talibán en el poder en Kabul daba refugio al yemenita Osama bin Laden y a su red Al Qaida, los responsables del ataque.
Washington exigía a los talibanes la entrega de Bin Laden, a lo que el movimiento islamista se negó.
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En pocas semanas, la coalición internacional liderada por Bush derrota y saca del poder a los talibanes, que habían ocupado Kabul tras largos años de guerra civil, en 1996.
Además de los ataques aéreos, Washington dio apoyo a la Alianza del Norte, una serie de tribus que peleaban contra los talibanes. Al 1 de noviembre, Estados Unidos ya tiene desplegados 1.000 soldados en territorio afgano, que pasan a ser 10.000 al año siguiente.
Muerte de Bin Laden
La atención estadounidense se desvía de Afganistán con la siguiente aventura militar, la invasión de Irak en 2003 para derrocar al dictador Sadam Husein , acusado de tener armas de destrucción masiva.
Los talibanes y otros grupos islamistas se reagrupan en el sur y este de Afganistán, desde donde pueden viajar a las zonas tribales de Pakistán , y empiezan un movimiento de insurgencia.
La jefatura militar estadounidense pide en 2008 más refuerzos. El presidente Bush aprueba el despliegue de 48.500 soldados adicionales.
En 2009, Barack Obama -elegido presidente con la promesa de que acabaría con las guerras en Irak y Afganistán- aumenta el despliegue de tropas a 68.000. En diciembre vuelve a mandar 30.000 más.
El objetivo es sofocar la insurgencia talibán y fortalecer las instituciones afganas.
En 2010 más de 150.000 soldados extranjeros están en suelo afgano, de los cuales 100.000 son estadounidenses.
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Bin Laden muere el 2 de mayo de 2011 en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en Pakistán.
La OTAN anuncia el 31 de diciembre de 2014 el fin de su misión de combate en Afganistán.
Pero de acuerdo a pactos firmados meses antes, 12.500 soldados extranjeros -9.800 estadounidenses- se quedan en Afganistán para entrenar a las tropas afganas y llevar a cabo operaciones puntuales antiterroristas.
La seguridad en Afganistán vuelve a empeorar con la nueva expansión de la insurgencia taliban, y la aparición del grupo yihadista Estado Islámico (EI) a principios de 2015.
Obama reduce el ritmo de retirada de tropas en julio de 2016 y anuncia que 8.400 seguirán en Afganistán hasta 2017.
En abril de 2017 Estados Unidos lanza la mayor bomba convencional jamás utilizada en combate contra una red de túneles y cuevas del EI en el este de Afganistán. Según responsables afganos, mató 96 yihadistas.
El nuevo presidente estadounidense, Donald Trump , cancela en agosto de 2017 el calendario de retirada de tropas y vuelve a mandar miles de soldados .
A mediados de noviembre, unos 3.000 soldados llegan para reforzar la tropa de 11.000 militares ya presentes.
Los ataques contra fuerzas afganas se multiplican, Estados Unidos replica con un gran aumento de ataques aéreos.
Washington y los talibanes inician discretamente a mediados de 2018 conversaciones en Doha. El equipo estadounidense está liderado por el enviado especial Zalmay Khalilzad, cuya misión es acabar con la presencia militar en Afganistán.
Estados Unidos exige a los talibanes que impidan que Afganistán se convierta en una base para grupos yihadistas como Al Qaida .
La violencia talibán no cesa, y en septiembre Trump cancela las negociaciones, enfadado por la muerte de un soldado estadounidense en un ataque en Kabul.
Los Talibanes
Las negociaciones se reanudan el 7 de diciembre en Doha . Un nuevo ataque, cerca de la base aérea de Bagram, en las afueras de Kabul, vuelve a provocar su suspensión.
Los talibanes y Estados Unidos firman el 29 de febrero de 2020 un histórico acuerdo en Doha para la retirada de las tropas estadounidenses con un calendario de 14 meses y una serie de compromisos mutuos.
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El 12 de septiembre se abren las primeras negociaciones de paz directas entre los insurgentes y Kabul, aunque la violencia continúa y se multiplican los atentados contra periodistas, jueces, médicos y miembros de la sociedad civil.
El 15 de enero de 2021 el Pentágono anuncia que el ejército estadounidense reduce sus efectivos a 2.500 soldados.
El 13 de abril el nuevo presidente Joe Biden decide que las tropas estadounidenses permanecerán en Afganistán más allá del 1 de mayo, la fecha en la que debían abandonar ese país según las disposiciones de Trump. En todo caso, la retirada será completa y "sin condiciones" antes del 11 de septiembre, advierte Biden.
hm