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Miami.— Estados Unidos tiene los ojos puestos este domingo en las elecciones presidenciales en México, clave para el futuro de las relaciones bilaterales, la estabilidad y la seguridad binacional.
El presidente Joe Biden ha subrayado su compromiso con la democracia y la soberanía de México, reiterando que Estados Unidos no interferirá en los asuntos internos mexicanos. Sin embargo, ha expresado su esperanza de que las elecciones sean libres, justas y transparentes, y que se desarrollen en un ambiente seguro, sin crímenes y con garantías para la ciudadanía.
Estas elecciones mexicanas representan la oportunidad de que, por primera vez en la historia de México, una mujer se convierta en presidenta. Biden se ha expresado sobre esta posibilidad, señalando que sería un hito y un paso significativo hacia la igualdad de género en la región. Biden ha enfatizado que trabajar con una mujer presidenta en México va a fortalecer las relaciones bilaterales y promovería la colaboración en temas clave como la igualdad de género, los derechos humanos, la seguridad y el empoderamiento de las mujeres.
No pasa desapercibido el hecho de que, con una mujer presidenta, México le estaría ganando a Estados Unidos, donde aún ninguna mujer se ha convertido en jefa de Estado.
Las elecciones de Estados Unidos en noviembre podrían cambiar la jugada, si Biden no logra la reelección. Donald Trump, virtual candidato presidencial republicano, no se ha pronunciado respecto a las elecciones en México, menos a la posibilidad de que una mujer dirija las riendas del país vecino.
Sin embargo, a decir del politólogo Pablo Salas, de regresar a la Casa Blanca, Trump “probablemente se centraría en los aspectos de seguridad y migración, áreas en las que ha sido muy persistente durante su presidencia anterior y sus campañas”, sin importar quién gane en México. “Si Trump gana la presidencia de Estados Unidos, su discurso probablemente incluirá llamados a reforzar los acuerdos bilaterales y presionar por resultados concretos en temas de seguridad y migración”, señala.
Seguridad y crimen organizado
Existe mucha preocupación en Estados Unidos respecto a la violencia en México. Desde el inicio de la llamada “guerra contra las drogas” en México, los niveles de homicidios y desapariciones han sido alarmantes, especialmente en el sexenio de López Obrador, con alrededor de 32 mil homicidios anuales y más de 100 mil personas desaparecidas. Más preocupante para Estados Unidos es el tema del fentanilo traficado por los cárteles mexicanos de la droga y que “en 2022 mató a más de 77 mil personas en EU”, dice Salas. “EU observa de cerca si el próximo gobierno, encabezado por su primera presidenta, continuará con la estrategia [de abrazos, no balazos] o adoptará enfoques más eficientes para abordar estos problemas”, comenta Salas.
Las relaciones comerciales entre EU y México, especialmente bajo el Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC), son fundamentales. La revisión del T-MEC prevista para 2026 será un punto clave, y las políticas del próximo gobierno mexicano podrían influir significativamente en estas negociaciones. Un regreso de Trump a la Casa Blanca podría meter más presión en este rubro.
Cuando Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales de México en 2018, se esperaba una relación ríspida con el gobierno de Trump. En cambio, el republicano terminó llamando al mexicano su “amigo”. Ya sea con Trump, o con Biden, y con quien llegue a la Presidencia en México, expertos consideran que no habrá un viraje radical en una relación bilateral que para ambos países es prioritaria, por lo que el enfoque suele ser pragmático, más allá de las diferencias.