Washington.— “Sin justicia no hay paz” fue el grito de guerra de miles de personas, quienes, indignadas por los recientes episodios de violencia policial contra afroamericanos, se concentraron ayer en la capital de Estados Unidos para conmemorar el 57 aniversario de la Marcha sobre Washington, en la que Martin Luther King Jr. pronunció el discurso Tengo un sueño.
Gente de todas las edades y de distintas partes del país, portando en muchos casos camisetas y cubrebocas para protegerse del coronavirus, emitían los mensajes: “Las vidas negras importan” y “No puedo respirar”, inundaron la explanada frente al Monumento a Lincoln para rechazar el racismo en el país.
El mitin de este año tenía un significado especial debido a un incidente más en el que policías blancos balearon a un hombre negro, esta vez Jacob Blake, de 29 años, en Kenosha, Wisconsin. El hecho ocurrió el domingo y desató días de protestas.
Letetra Widman, hermana del hombre, declaró que los afroamericanos deben “estar de pie. Deben luchar, pero no con violencia y caos”.
Jacob Blake padre fue más contundente: “Hay dos sistemas de justicia en Estados Unidos: un sistema blanco y un sistema negro. El sistema negro no lo está haciendo muy bien, pero vamos a levantarnos.
“Cada persona negra en Estados Unidos va a levantarse. Estamos cansados”, externó.
“¡No vamos a tolerarlo más! ¡Pido a todo el mundo que se levante! ¡Sin justicia no hay paz!”, exhortó el padre, cuyas palabras fueron coreadas por los asistentes al mitin.
Por la tribuna desfilaron también Philonise y Bridgett, hermanos de George Floyd, quien falleció en mayo a manos de un policía blanco que lo asfixió al presionar con su rodilla el cuello de Floyd por ocho minutos y 46 segundos, en Mineápolis; además, asistió Tamika Palmer, la madre de Breonna Taylor, muerta por ocho tiros en marzo, cuando la policía de Louisville, Kentucky, entró en su apartamento durante una investigación antinarcóticos, en la que no encontraron drogas.
“Desearía que George estuviera (...) Es por eso por lo que estoy marchando. Estoy marchando por George, Breonna, Ahmaud, Jacob, Pamela Turner, Michael Brown, Trayvon y por cualquiera que haya perdido la vida”, indicó Philonese.
Los asistentes a la manifestación exigieron justicia racial e instaron a la gente a votar.
El evento también reunió a generaciones de activistas para pedir una reforma policial. El acto fue organizado por el líder de los derechos civiles, el reverendo Al Sharpton y Martin Luther King III, el hijo mayor de King Jr. Martin Luther King III instó a evitar que “el sueño se convierta en una pesadilla permanente”.
Señaló que si la sociedad elige formar comunidad, de aquí a 50 años se podría redimir “el alma de Estados Unidos y comenzar a cumplir la promesa de democracia, eliminando el racismo sistemático y la explotación”.
Yolanda Renee King, nieta de 12 años del líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr, prometió que su generación acabará con el racismo.
“Vamos a ser la generación que desmantelará el racismo sistémico, de una vez por todas”, manifestó la menor.
“La igualdad genuina es por lo que estamos aquí hoy”, señaló la niña, quien subrayó que su abuelo decía que no había que olvidar el movimiento de protesta. “¡Papá King, no lo haremos”, exclamó Yolanda.
“No vinimos aquí por un espectáculo”, añadió el activista Al Sharpton. “Una manifestación sin legislación no llevará a cambios”, afirmó.
Entre los asistentes a la marcha también estaba Jared, jefe de recursos humanos de 42 años que viajó para la ocasión desde Dallas, Texas. “Decidí venir para participar en la marcha porque creo que no tengo otra opción como persona negra (...) Las personas de color simplemente queremos ser vistas como seres humanos, porque somos seres humanos”. “No venir no era una opción”, comentó Karisha Harvey, mujer negra de 46 años y quien iba acompañada por Cortney Smith, mujer blanca de 46 años.
Desde la muerte de Floyd, las marchas en apoyo al movimiento Black Lives Matter y contra el racismo y la brutalidad policiaca se han extendido.