Bruselas.— Luego de conseguir el visto bueno del Parlamento Europeo, el Reino Unido dio un paso más hacia su salida de la Unión Europea (UE) este viernes a la medianoche. El hemiciclo de Bruselas aprobó en una emotiva sesión el pacto de retirada con 621 votos a favor, 49 en contra y 13 abstenciones.

Este jueves tocará al Consejo Europeo concluir los formalismos correspondientes para hacer realidad el Brexit. El Consejo deberá aprobar el acuerdo de salida por mayoría cualificada. “Me entristece profundamente pensar que llegamos al punto en el que un miembro de antaño de la UE, socio y amigo ha decidido dejar la familia de la UE”, declaró el presidente de la Eurocámara, David Sassoli.

“Entristece el hecho de que ya no podremos continuar juntos nuestro viaje europeo”, agregó.

La votación estuvo presidida por un debate en el que se habló de los 47 años de la membresía británica, de las contribuciones hechas por los eurodiputados británicos a la integración europea, de los vínculos entre la isla y la Europa continental, así como de los retos que se presentan con motivo de la retirada. El gobierno del premier Boris Johnson se ha fijado como plazo 11 meses para redefinir la relación bilateral. Para que el nuevo marco regulatorio pueda entrar en vigor el 1 de enero de 2021, deberá ser aprobado para entonces.

El periodo transitorio puede aplazarse una vez por un plazo de uno o dos años; la decisión deberá ser adoptada por la Comisión Mixta UE-Reino Unido antes del 1 de julio; aunque Johnson ha descartado la probabilidad de una prórroga.

“Cincuenta años de integración no pueden disolverse fácilmente. Todos tendremos que trabajar duro para construir una nueva relación, centrada en los intereses y la protección de los derechos de los ciudadanos”, dijo Sassoli.

“Nada será sencillo. Habrá situaciones difíciles que pondrán a prueba nuestra relación futura”, anticipa el eurodiputado italiano.

El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, aseguró que su trabajo se concentrará en alcanzar una salida ordenada; sin embargo, advirtió que la meta será difícil de alcanzar, sobre todo, teniendo en cuenta el plazo establecido.

Aseguró que el Brexit tiene innumerables consecuencias en todos los ámbitos, desde el técnico, jurídico, financiero y económico, hasta humano y social. “Es un divorcio que acarrea una incertidumbre impredecible”, afirmó. La sesión cerró con los eurodiputados europeístas tomados de la mano y cantando a capela Auld Lang Syne, una fraternal melodía escocesa entonada en momentos emotivos como son las despedidas.

“Quizás ya no estaré aquí, pero llegará el día en que eurodiputados británicos vuelvan a esta Casa”, sostuvo el eurodiputado y exprimer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt. El euroescéptico y veterano político Nigel Farage se despidió descargando por última vez su odio contra la UE y el proyecto comunitario, y violando las normas de la Eurocámara, al ondear la bandera británica junto con sus colegas de bancada.

Boris Johnson se hizo del poder el pasado 24 de julio y desde el primer momento que llegó al 10 de Downing Street hizo del Brexit su única prioridad.

Al toparse con los mismos obstáculos políticos que su predecesora, Theresa May, convocó en diciembre a elecciones anticipadas anhelando alterar las fuerzas al interior de la Cámara de los Comunes. La apuesta resultó en una abrumadora mayoría conservadora que le permitió conseguir finalmente apoyo para el plan de salida de la UE negociado por May, y retocado por su administración.

El pacto atiende las preocupaciones sobre la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, protege los derechos de los 3.16 millones de comunitarios que radican en el Reino Unido y de 1.22 millones de británicos que viven en la Unión Europea, y salda la cuenta que deberá pagar Londres para cubrir sus obligaciones financieras asumidas como socio de derecho.

Queda pendiente el reto de definir las relaciones futuras, incluyendo el ámbito comercial.

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