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“Mi mundo se vino abajo por completo”, pensó una mujer al descubrir que su esposo estaba cometiendo delitos sexuales con niños . El matrimonio de más de un año se había quebrado luego de que supo cómo él acechaba a otras personas con fotografías explícitas.
Hayley Dunn , de 50 años, había conocido a James Kemp , de 45, por medio de una aplicación de citas en 2017. Quedó flechada por completo tanto que se casaron al poco tiempo. Todo parecía indicar que sería una relación sin sobresaltos, pues no tenía indicios de infidelidad.
El amor se esfumó en un instante. Dunn estaba en su vivienda tranquilamente hasta que tocaron a su puerta las autoridades de Child Protectors Scotland -organización defensora de los derechos de los menores-, afirmando que Kemp era un pedófilo.
El personal de la entidad había engañado a Kemp tras recibir una serie de denuncias. Se hicieron pasar por menores de edad para comprobar si él realmente compartía material pornográfico.
“Estaba físicamente enferma, lloré, me caí al suelo, estaba tan conmocionada y rota”, recordó la esposa para el diario británico ‘Daily Mail’.
En medio del drama, sólo le hicieron una petición: ver unas fotos explícitas del hombre, en las que se podía apreciar su pulsera, reloj y otros: “Fui yo quien reconoció la ropa y reconocí su miembro viril. Era ciento por ciento él”.
No había lugar a dudas. Así que Dunn, madre de dos hijos y paciente de fibromialgia y artritis, empezó a atar cabos sobre el vínculo marital. “Nunca tuvimos una vida sexual, pero siempre pensé que era porque él no quería lastimarme, era considerado cuando sabía que yo tenía dolor”, expresó.
Las actitudes anormales de Kemp hicieron mella en la cabeza de Dunn: en varias ocasiones prefería no dormir a su lado; optaba por chatear en las noches. Las dudas no cesaron, pues a Dun la atormentaba que su esposo también hubiera accedido violentamente contra su pequeña hija.
“Mi primer pensamiento fue ‘¿ha tocado a mi hija?’ ya que estaba cerca de ella. Él siempre la estaba abrazando y le decía que quería adoptarla. Sentí que él me preparó y podría haber tratado de prepararla a ella”, sentenció para el diario citado.
Con total desespero y evidente ira, la mujer solo tuvo palabras para ayudar a que las autoridades lo detuvieran y lo pusieran a disposición de la justicia.
Condena por pedofilia
La última vez que la británica vio a su marido fue cuando estaba sentado frente al juez. Ahí, con total conmoción, presenció la condena que le impartieron por delitos sexuales: 18 meses de cárcel.
Como la pena no fue mayor, Dunn ha buscado el divorcio, pero él no está dispuesto. Ahora teme que él acuda a la venganza: “Sabe dónde vivo, tengo visiones de él viniendo a la casa. Lo peor de todo es que seguimos casados, es la peor sensación de estar casada con un pedófilo. Él no me dará el divorcio”.
“Tengo demasiado miedo de que no pueda confiar en nadie. Las únicas personas en las que confío son mi papá, mis dos hijas y mis mejores amigos; no hay nadie más", concluyó.
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