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"Tranquilidad dentro de la preocupación" es el estado de ánimo de varios latinoamericanos residentes en Ucrania entrevistados por BBC Mundo.
Viven en el país que mantiene en vilo al mundo por la posible invasión de Rusia, aunque ven como algo distante un conflicto a gran escala y esperan que la situación se resuelva por la vía diplomática.
"No creo que vaya a haber una escalada, que entre Putin bombardeando y destruyendo todo. Eso sería la Tercera Guerra Mundial", le dice a BBC Mundo el cubano José Luis Fernández desde Kiev, la capital ucraniana.
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La relación entre Ucrania y Rusia vive horas de máxima tensión desde que este lunes Putin reconoció la independencia de las regiones rebeldes de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, y autorizó el envío de tropas para "mantener la paz".
Occidente y Ucrania entienden que la decisión de Putin puede ser el preludio de una invasión y por ello han reaccionado imponiendo duras sanciones económicas contra Rusia.
"Toda la vida atada a este lugar"
José Luis Fernández lleva en Ucrania desde 1988.
Sus ojos están habituados al caos de las antiguas repúblicas soviéticas. Ha sido testigo de la desintegración de la Unión Soviética, la independencia de Ucrania y el conflicto con Rusia desde la anexión de Crimea en 2014.
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Reconoce que la situación a día de hoy, al menos en las calles de Kiev, es de normalidad.
"Incluso tenemos amistades en la zonas calientes, en Mariúpol y en Luhansk, y dicen que por allá todo está tranquilo también", le comenta a BBC Mundo.
Pero en medio de la tranquilidad, no puede evitar sentirse preocupado.
"Tenemos toda la vida atada a este lugar. Trabajamos aquí, estudiamos, tengo a mi familia y a mis hijos. Rezo para que todo llegue a un acuerdo y consigan entenderse. Tenemos la esperanza de que todo se calme".
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Tratando de mantener la calma
Por su parte, Arturo Condori Romero, un peruano que lleva 20 años viviendo en Ucrania, admite que el país vive días de "mucha tensión", pero en parte lo atribuye a "la información que llega por todos lados y que genera preocupación".
Hasta hace unos cinco días, cuenta, había bastante normalidad en las calles de Kiev, la ciudad donde reside y trabaja. Aunque añade que la gente trata de mantener la calma y actuar con la cabeza fría.
"Todavía es temprano para ver las consecuencias de las últimas acciones de Putin", dice.
De foma similar opina Silvia Cristina Mercado, ingeniera mexicana, quien lleva siete años viviendo en Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, situada en el noreste del país.
A Mercado le sorprende cuando desde su país le preguntan si hay escasez y si la gente ha entrado en pánico, ya que asegura que, al menos en su ciudad, todo continúa con normalidad.
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"Aquí todo está muy tranquilo, muy en calma. Hasta ayer seguía paseando con mi hija. Las actividades en la calle siguen normal. La gente trabaja, los niños juegan en los parques, no se siente una situación de tensión", le cuenta Mercado a BBC Mundo.
Sin embargo, la tranquilidad a la que se refiere Mercado podría estar en peligro con los últimos acontecimientos de la crisis.
Escalada de tensión
El reconocimiento de Putin de la independencia de Donetsk y Luhansk, dos regiones prorrusas del este de Ucrania, ha sido el colofón a las tensiones acumuladas durante varias semanas.
Rusia ya había desplegado más de 190.000 soldados en las fronteras con Ucrania, mientras que Estados Unidos y sus aliados europeos y de la OTAN han estado ofreciendo apoyo material y diplomático a Kiev ante lo que han calificado como una "amenaza inminente" a su integridad territorial.
Este martes, EE.UU. y la Unión Europea impusieron sanciones a bancos, empresas y políticos rusos. Alemania anunció la cancelación de la aprobación del polémico gaseoducto Nord Stream 2 que une Rusia con Alemania.
Occidente teme que el reconocimiento de la independencia de Donetsk y Luhansk sirva ahora de pretexto a Rusia para invadir ambos territorios, con la excusa de defender a la población rusófona.
Pocas horas después de la declaración de Putin, Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, aseguró "no tener miedo de nada ni de nadie".
Preparados
A pesar de la "calma" con la que intentan vivir los últimos días, y aún creyendo que desde la prensa internacional se ha exagerado la situación que se vive en Ucrania, los latinoamericanos entrevistados por BBC Mundo han imaginado el peor escenario: un conflicto a gran escala que ponga en riesgo su seguridad.
Arturo Romero trabaja con el centro cultural peruano y el club de enseñanza de español de la escuela Nazca. Tiene contactos con varios latinoamericanos de otras nacionalidades. Explica que hay diferencias entre cómo sus conocidos están viviendo el conflicto.
"Los antiguos, que conocen bien el país y tienen experiencias pasadas, no están muy afectados. Los últimos que han llegado -algunos colombianos, ecuatorianos, argentinos y mexicanos-, están más afectados porque para ellos esto es totalmente nuevo", dice Condori.
"Muchos me han llamado desesperadamente diciendo que se quieren regresar ya mismo, que les oriente y les ayude a salir urgentemente del país", añade.
Condori cuenta que, en cualquier caso, él y otro grupo de peruanos ya han valorado hasta tres planes de contingencia en caso de que estalle un conflicto armado.
Si las cosas se ponen peor, "habrá que buscar una salida del país", dice Romero, aunque si todo sigue en el "nivel diplomático y mediático", prefiere quedarse y seguir ayudando en lo que se requiera.
Silvia Mercado, aunque insiste en que está "tranquila", también tiene planeado "irse a México si la cosa se pone más difícil".
Por ahora, dice, intenta darse tranquilidad con una conocida mexicana.
Ambas están casadas con ucranianos y cada información o rumor que escuchan lo contrastan con sus esposos.
"Pero justo ayer estuve con una familia ecuatoriana y ellos sí están un poco más nerviosos. Se quieren ir a una ciudad más al sur o a otro país", comenta.
"Otros mexicanos, con gastos cubiertos por la embajada, también han solicitado trasladarse y algunos ya están en México. Pero algunos han decidido quedarse y continuar con sus vidas. Hay de todo", agrega.
Vínculos con Ucrania
Los años que Romero, Fernández y Mercado llevan en Ucrania les han marcado lo suficiente como para crear un vínculo especial con el país que les acoge.
No nacieron allí, pero comprenden muchas de las frustraciones y aspiraciones de los ucranianos.
"Los ucranianos han sido golpeados tantas veces en su historia que han aprendido y aprenden a defenderse por sí solos. Desconfían de todo. La comunidad internacional dice que les dará apoyo, pero los ucranianos no ven algo tangible", dice Romero.
El peruano critica que, a pesar de que Occidente y Estados Unidos condenan las acciones de Putin, muchos gobiernos retiraron rápido a sus diplomáticos y pidieron a sus ciudadanos abandonar el país.
Fernández, por otra parte, piensa que hay mucha hipocresía y que así no se puede llegar a ningún acuerdo.
Por eso aplaude la llegada de sanciones contra Rusia. "Europa debe cerrar filas. Si no, casi que es mejor dejar que Putin haga lo que quiera", dice.