Madrid. España y la Unión Europea rindieron homenaje este lunes a las 192 víctimas de 17 nacionalidades asesinadas hace 20 años en un atentado con bombas en Madrid que dejó además casi 2 mil heridos y que fue el primero de una serie de grandes ataques islamistas en Europa.

La ceremonia oficial, presidida por los reyes de España, Felipe VI y Letizia, empezó a las 11:15 GMT en la Galería de las Colecciones Reales, un museo al lado del Palacio Real, en el centro de la capital española.

La fecha de los atentados dio pie a la instauración del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, y el acto estaba organizado por la Comisión Europea.

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"Quien haya conocido de cerca aquella manifestación extrema de violencia jamás podrá olvidarla, como nunca lo olvidarán ciudades como Nueva York, como Londres, París, Oslo, Barcelona, Niza, Bruselas y tantas otras", dijo el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en el discurso que abrió la ceremonia.

Fue "un día que fracturó nuestras vidas de forma irreparable", aseguró, por su parte, Ana Cristina López Royo, que perdió a su marido en los atentados de Madrid, y que era una de las tres víctimas, o familiares de víctimas de atentados, que intervenía en el acto.

A lo largo del día se sucederán los actos de recuerdo de la matanza de Atocha. El primero tuvo lugar a las 09:00 locales en la céntrica plaza de la Puerta del Sol, con la participación del alcalde de la ciudad y la presidenta de la comunidad autónoma madrileña, que depositaron una corona.

En el lugar donde las bombas estallaron hace 20 años, los familiares de las víctimas, pero también ciudadanos anónimos, depositaron flores, velas, o retratos de quienes perdieron la vida.

En la estación de Atocha, epicentro de los atentados, los transeúntes presentaban sus respetos ante un monumento conmemorativo subterráneo de color azul cobalto inaugurado la víspera, en sustitución de uno anterior que había sido desmantelado a causa de las obras de ampliación de una línea de metro.

El 11 de marzo de 2004 (11-M), diez bombas con temporizadores colocadas en cuatro trenes suburbanos con destino a la estación de Atocha estallaron con unos minutos de intervalo, causando 192 muertos y casi 2.000 heridos, en el atentado yihadista más sangriento del siglo XXI en Europa.

Un antes y un después

Enfrentada desde hacía años a la violencia de la organización armada independentista vasca ETA, España estaba habituada a los atentados, pero el del 11-M superó cualquier magnitud previa.

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Los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, que dejaron cerca de 3 mil muertos, habían tenido lugar dos años y medio antes, pero en el primer momento no se pensó que los atentados de Madrid fueran responsabilidad de Al-Qaeda, la organización de Osama bin Laden.

"El 11 de marzo de 2004, hace ahora 20 años, el terrorismo islamista golpeó masivamente a Europa por primera vez", recordó este lunes en la localidad francesa de Arras el primer ministro francés, Gabriel Attal.

"Esta fecha, permanece como un antes y un después para nuestro continente. Nos dimos cuenta de que nosotros también éramos objetivos. Lo comprendimos por las malas, muy por las malas", añadió, durante una ceremonia de homenaje a las víctimas de terrorismo.

El atentado de Madrid se produjo en un ambiente político caldeado, en la recta final de una campaña electoral hacia unas legislativas previstas tres días más tarde.

En ese momento, el conservador Partido Popular del presidente del gobierno saliente, José María Aznar, era favorito frente al Partido Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Un año antes, España se había unido a Estados Unidos para participar en la invasión del Irak de Sadam Husein, pese a la oposición de la opinión pública.

ETA, el culpable que no era

Una vez ocurrido el atentado, el gobierno de Aznar acusó a ETA de estar detrás de la masacre, y siguió insistiendo en ello pese a acumularse los indicios que apuntaban al yihadismo.

La hipótesis de ETA se desinfló rápidamente. Los investigadores localizaron tres bombas en mochilas que no explotaron, que los pusieron sobre la pista de los autores, y la misma noche del drama descubrieron siete detonadores y una grabación de versículos del Corán en una camioneta robada en Alcalá.

Dos días más tarde, se encontró una cinta de video en la que Al-Qaeda reivindicaba los ataques en "respuesta" a la participación de España en la guerra de Irak.

El domingo 14, los españoles votaron masivamente y le dieron la victoria a los socialistas, un triunfo explicado en buena parte por la mala gestión de comunicación de la catástrofe por la derecha, según observadores.

Tres semanas después del atentado, siete miembros del comando que puso las bombas se inmolaron con explosivos cuando estaban cercados por la policía en su apartamento de Leganés, en las afueras de Madrid.

Después de tres años de instrucción, otros 29 acusados, varios de ellos marroquíes, fueron juzgados en un largo proceso en 2007.

Tras el proceso y las posteriores apelaciones, la justicia española condenó a 18 personas.

Solo tres personas siguen en prisión, dos marroquíes y el español que les suministró los explosivos. Estarán tras las rejas en principio hasta 2044.

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