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Bruselas.— A nueve meses de la invasión rusa, no hay cifras oficiales que muestren un aumento del número de víctimas ucranianas que hayan caído en las garras de la trata, como las agencias humanitarias preveían al inicio del conflicto armado.
Pero esto no significa que las redes especializadas en prostitución, pornografía y trabajo forzado no estén haciendo negocio con la vulnerabilidad de mujeres y niñas desplazadas por el conflicto. Si bien muchos riesgos se redujeron con la política de puertas abiertas de la Unión Europea (UE) a ucranianos, la realidad contrastaría con cifras. En el fondo, hay un problema de registro y de identificación de posibles víctimas, coinciden las instancias involucradas en afrontar el fenómeno al interior y fuera del país.
“Debemos abrir los ojos ante esta dramática realidad que destruye la dignidad de las personas, la cual está cubierta, tapada, el reto es transformar lo invisible en visible, no vemos lo que está pasando, es necesario localizar y luchar [contra] las redes que se benefician de la trata”, afirma Margarita de la Pisa Carrión, del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, y miembro del partido radical español Vox.
Suzanne Hoff, de la Plataforma para la Cooperación Internacional sobre Migrantes Indocumentados (PICUM, por sus siglas en inglés), afirma que su organización, con presencia en 24 países europeos, ha seguido la situación desde el primer día de la guerra y a la fecha no reporta un estallido en el número de casos de explotación sexual. “Las cifras son extremadamente bajas, hasta ahora todos nuestros miembros han gestionado 15 casos de tráfico de ucranianos en Europa”, informó a los eurodiputados miembros de los Comités del Parlamento Europeo responsables de la cartera de los derechos de la mujer y de las libertades civiles.
Afirma que no se ha identificado ni siquiera un solo caso en los países vecinos, concretamente en Polonia, Rumania o Moldavia. Tampoco los estudios realizados entre las agencias europeas especializadas en prostitución callejera, muestran indicadores al alza, con excepción del enlace en Rusia que sí reportó un incremento de hombres ucranianos prestando servicios sexuales.
Sí hay un alza de incidentes de explotación laboral de ucranianos, particularmente en Holanda y Alemania. También hay señales en la UE del aumento de los casos de explotación sexual de mujeres originarias de Afganistán, Siria, Rusia y Bielorrusia. La Oficina de la Fiscalía General de Ucrania reporta en los nueve meses del presente año 104 casos abiertos por trata, mientras que el organismo encargado de la asistencia social clasificó a 25 personas como víctimas de tráfico humano.
Kateryna Cherepakha, titular de la ONG local La Strada-Ukraine, sugiere tomar con cautela los datos por la falta de capacidad de las autoridades para recaudar estadísticas. Denuncia la existencia de zonas grises en donde hay impunidad absoluta y resulta imposible saber lo que ocurre sobre el terreno. Otro factor que refuerza la tesis de la subestimación de la problemática es la dimensión digital.
Valiant Richey, representante especial para el combate al tráfico de seres humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), afirma que la demanda de hombres por servicios de prostitución y pornografía con mujeres ucranianas ha aumentado exponencialmente en la red. Asegura que la búsqueda global en línea de frases como “escort ucraniana”, “refugiada ucrania porno” y “ucraniana violada”, crecieron entre 200% y 600% veces en comparación con los meses anteriores a marzo. Sostiene que esto muestra que una de las primeras reacciones en Europa a la guerra en Ucrania fue el intento de hombres de tener acceso a mujeres que escapaban del conflicto.
Ilias Chatzis, jefe de la sección de Trata y Tráfico Ilícito de Migrantes en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, afirma que los conflictos armados son aprovechados por las redes criminales.
El movimiento de refugiados dentro y fuera del país, la destrucción de la infraestructura, el colapso de la economía, la campaña militar en curso y el crudo invierno que se avecina, “exigen ver este conflicto a través de una nueva perspectiva”, dijo Chatzis. Los expertos proponen reducir la vulnerabilidad a través de un proceso regulatorio que obligue a las empresas privadas a reducir los contenidos en línea dirigidos al reclutamiento engañoso y la prestación forzada de servicios sexuales.
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