Pese a las peticiones de organizaciones de defensa de los derechos humanos, de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), e incluso del gobierno mexicano, Texas insiste en que mañana ejecutará al mexicano Rubén Ramírez Cárdenas.

El gobernador de ese estado, Greg Abbott, es quien todavía puede aplazar la ejecución en un acto de clemencia ejecutiva.

De no ser así, Ramírez Cárdenas, de 47 años de edad y originario de Guanajuato, sería ejecutado a las 18:00 horas de mañana miércoles en la cámara de la muerte de la Unidad Walls, en Huntsville, Texas.

El hombre fue condenado a la pena de muerte en febrero de 1997 por la violación y homicidio de su prima de 16 años. Sin embargo, se ha cuestionado la forma en la que se obtuvo su confesión autoincriminatoria y las evidencias en su contra.

En Estados Unidos la pena de muerte se reinstauró en 1977 en los estados del país, y desde 1988 se autorizó al gobierno federal imponer esa pena. Actualmente, es legal en 32 estados, de un total de 52 más el Distrito de Columbia.

Texas fue el primer estado en aplicar una inyección letal después de la reinstauración de esa pena, el 7 de diciembre de 1982, y hoy es el único método de ejecución que puede usar.

De acuerdo con información de la organización , para aplicar la pena de muerte, hasta 2009, casi todos los estados utilizaban la inyección de tres sustancias:

-Un anestésico (usualmente tiopentato de sodio, y a partir de 2010, también se comenzó a utilizar Pentobarbital)

-Un agente paralizante (bromuro de pancuronio, comumente llamado Pavulon)

-Y cloruro de potasio

Con este método, detalla DPIC, la muerte se provoca por una sobredosis de sustancias y un paro cardíaco, lo que sucede mientras el preso se encuentra inconsciente.

La inyección letal es aplicada de la siguiente manera:

-Se ata al interno en una camilla, y un miembro del equipo de ejecución le conecta varios monitores cardíacos en la piel.

-Luego, le colocan dos agujas, una de seguridad, en una vena utilizable, regularmente del brazo. Esta aguja está conectada a sondas que salen de un agujero por la pared y lo primero que comienza a fluir es una solución salina.

-Después, levantan una cortina para exponer al preso a los testigos que se encuentran en una habitación contigua.

-Es en ese momento se le inyecta el Tiopentato de sodio, que pone al preso a dormir; luego comienza a fluir el bromuro de pancuronio que paraliza el sistema muscular y detiene su respiración, y finalmente fluye el cloruro de potasio que detiene su corazón.

De acuerdo con informes de DPIC, en Texas se utiliza una sola dosis letal de anestésico (petobarbital) para cumplimentar la pena de muerte.

La información disponible de la organización detalla que durante 2017 han sido ejecutados 21 presos en Estados Unidos, seis de ellos, en Texas.

En la mayoría de las 32 entidades donde es legal la pena de muerte se utiliza o prioriza la inyección letal para cumplimentar esta condena. Sin embargo, hay otros estados donde tienen estos métodos autorizados para dar cumplimiento a esta pena:

-Silla eléctrica: Alabama, Arkansas, Florida, Kentucky, Mississippi, Oklahoma, Carolina del Sur, Tenessee, Virginia. En estos nueve estados, la inyección letal es el método primario; mientras, las cortes supremas de Georgia y Nebraska han dictaminado que el método de electrocución viola las prohibiciones constitucionales de su estado.

-Cámara de gas: Arizona, California, Mississippi, Missouri, Oklahoma y Wyoming.

-Ahorcamiento: Delaware, New Hampshire y Washington.

-Fusilamiento: Mississippi, Oklahoma y Utah.

Por ejemplo, en Mississippi se tienen permitidos además de la inyección letal, la silla eléctrica, la cámara de gas y el fusilamiento para cumplimentar la pena de muerte.

De acuerdo con la información de DPIC, en ese estado si la inyección letal se considera anticonstitucional o no está disponible, se autoriza el uso de hipoxia de nitrógeno. En caso de que este método tampoco esté disponible o sea considera inconstitucional, se da paso a la silla eléctrica, y en último de los casos se autoriza el fusilamiento.

En su reporte anual de 2016 de Pena de Muerte, la organización detalla que en 2015, 28 presos fueron ejecutados, mientras el año pasado fueron 20, lo que significó una caída a mínimos históricos del uso de la pena de muerte en los estados.

En 2015, Texas ejecutó siete presos; un año antes a 13.

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