Los Ángeles. Estudiantes y maestros de regresaron a clases el jueves al inicio del nuevo año académico bajo una nube de aprensión tras un receso de verano con redadas de agentes de inmigración y en medio de preocupaciones de que las escuelas se conviertan en blanco en la ofensiva agresiva del gobierno del presidente .

El superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, Alberto Carvalho, ha instado a las autoridades dea no realizar actividades de control dentro de un radio de dos cuadras de las escuelas, comenzando una hora antes que inicie el día escolar y hasta una hora después que terminen las clases.

“Los niños hambrientos, los niños con miedo, no pueden aprender bien”, afirmó Carvalho en una conferencia de prensa.

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Anunció varias medidas destinadas a proteger a los estudiantes y las familias, incluyendo la adición o modificación de rutas de autobuses para el traslado de más . El distrito también distribuirá un paquete de preparación familiar que incluye información sobre sus derechos, actualizaciones de contactos de emergencia y consejos sobre cómo designar a un cuidador suplente en caso de que un padre sea detenido por agentes de .

El extenso distrito, que abarca más de dos docenas de ciudades, es el segundo más grande del país, con más de 500 mil estudiantes. Alrededor de 30 mil alumnos son inmigrantes, y se estima que una cuarta parte de ellos no cuenta con estatus legal, según el sindicato de maestros.

Preocupa la aplicación de la ley de inmigración federal cerca de escuelas

Aunque los agentes de inmigración no han detenido a nadie dentro de una escuela, un joven de 15 años fue sacado de un automóvil y esposado fuera de la Escuela Secundaria Arleta en el norte de Los Ángeles el lunes, subrayó Carvalho.

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Sufre de discapacidades considerables y fue liberado luego que un transeúnte interviniera en el caso de “identidad equivocada”, dijo el superintendente.

“Este es el tipo exacto de incidente que traumatiza a nuestras comunidades; no puede repetirse”, añadió.

Los administradores de dos escuelas primarias previamente negaron la entrada a agentes del (DHS, por sus siglas en inglés) en abril, y se ha visto a agentes de inmigración en vehículos fuera de las escuelas.

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El DHS no respondió de momento a un correo electrónico solicitando comentarios.

Carvalho dijo que aunque el personal y los agentes de la policía del distrito no pueden interferir con la aplicación de la y no tienen jurisdicción más allá de la propiedad escolar, han sostenido conversaciones con agentes federales estacionados frente a las escuelas que resultaron en que se retiraran.

El distrito está colaborando con las fuerzas del orden en algunas ciudades y formando una red de “respuesta rápida” para difundir información sobre la presencia de agentes federales, dijo.

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Educadores preocupados por inasistencia

Los maestros dicen que les preocupa que algunos estudiantes no se presenten el primer día.

Lupe Carrasco Cardona, una profesora de estudios sociales e inglés en el Centro de Aprendizaje Roybal, dijo que la asistencia disminuyó en enero cuando el presidente Trump asumió el cargo.

Las redadas aumentaron en junio, justo antes de las graduaciones, afectando las ceremonias. Una redada en un cerca de MacArthur Park, un área con muchas familias inmigrantes de Centroamérica, tuvo lugar la misma mañana que una graduación de octavo grado en una secundaria cercana.

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“La gente estaba llorando. Para la en sí, apenas había padres allí”, comentó Cardona.

La semana siguiente, en la graduación de su secundaria, la escuela alquiló dos autobuses para transportar a los padres a la ceremonia en el centro. Al final, muchos de los asientos lucieron vacíos, a diferencia de otras graduaciones.

Una estudiante de 11mo grado, que habló con la condición de que su apellido no se publicara porque vive en sin autorización legal y teme ser detenida, dijo que tiene miedo de regresar a la escuela.

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“En lugar de sentirme emocionada, realmente lo que siento es preocupación”, expresó Madelyn, una joven de 17 años de Centroamérica. “Estoy muy, muy asustada, y hay mucha presión”.

Agregó que toma el para ir a la escuela, pero teme ser detectada en el autobús por agentes de inmigración debido al color de su piel.

“Somos simplemente jóvenes con sueños que queremos estudiar, avanzar y contribuir a este país también”, dijo.

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Madelyn se unió a un club que brinda apoyo y comunidad para y dijo que tiene la intención de perseverar en ese trabajo.

“Planeo seguir apoyando a otros estudiantes que lo necesitan mucho, incluso si siento miedo”, dijo. “Pero tengo que ser valiente”.

Algunas familias que decidieron que el riesgo es demasiado grande para presentarse en persona han optado por el aprendizaje en línea, según Carvalho, con un aumento del 7% en la inscripción virtual este año.

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El distrito también ha contactado al menos a 10 mil padres y visitado a más de 800 familias durante el verano para proporcionar información sobre recursos como transporte, apoyo legal y financiero, y están desplegando a mil trabajadores de la oficina central del distrito el primer día de clases a “áreas críticas” que han visto redadas de inmigración.

“No queremos que nadie se quede en casa como resultado de los miedos”, dijo Carvalho.

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