Lima.— Perú tomó una medida inédita ante el avance del coronavirus: nadie saldrá de casa los próximos dos domingos.

El resto de los días de la semana, estrictas medidas seguirán limitando la movilización. Los hombres podrán salir lunes, miércoles y viernes, mientras las mujeres martes, jueves y sábado entre las cinco de la mañana y las seis de la tarde. En cinco regiones con elevado número de desobedientes, sólo hasta las cuatro de la tarde. En el país andino hay mil 414 infectados y 55 muertos.

Están exentos los trabajadores de ambos sexos en actividades esenciales, como empleados de bancos, farmacias y mercados de alimentos.

El presidente Martín Vizcarra precisó el jueves que las restricciones se cumplirán hasta el 12 de abril.

En Brasil, el país más impactado por el Covid-19 y donde ayer el número de fallecidos llegó a 299 y el de contagiados a 7 mil 910, a la preocupación por la pandemia se sumó otra: la de la violencia doméstica.

Las denuncias durante el periodo de aislamiento aumentaron 18%, según la Defensoría del Pueblo del Ministerio de la Familia, la Mujer y los Derechos Humanos. Hasta el 25 de marzo el número de llamadas diarias del “Ligue 180”, la línea de atención a la violencia doméstica, subió a 3 mil 303, frente al promedio de 3 mil 5 registrado entre el 1 y 16 de marzo, para un incremento de 8.47%. En el mismo comparativo, pero incluyendo también los datos del “Disque 100”, la línea de atención a violaciones de los derechos humanos, se presentó un aumento de 2.97%, al pasar de un promedio diario de 10 mil 161 llamadas hasta el 16 de marzo a las 10 mil 463 del día 25, cuando ya varios Estados habían decretado cuarentena.

Totalizando las llamadas recibidas por las dos líneas, las denuncias aceptadas por las autoridades entre el 17 y el 25 de marzo registraron un promedio diario de 978, 17.97% más que el de 829 presentado en los primeros 16 días del mes.

El presidente Jair Bolsonaro, reacio a las medidas de aislamiento, defendió ayer la necesidad de reabrir el comercio y reprendió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, de quien dijo que le falta “humildad” para gestionar la crisis.

El mandatario instó a los brasileños a volver a trabajar y defendió la reapertura del comercio en las ciudades “a partir del lunes” próximo, ya sea por una “decisión de los gobernadores o del presidente”.

Aseguró tener listo “un decreto para ser firmado, en caso de que sea necesario, considerando como actividad esencial toda aquella ejercida que sea indispensable para llevar el pan a casa”.

En Nicaragua, donde el gobierno también ha sido reacio a tomar medidas para contener la pandemia, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, anunció la suspensión de clases y decretó 18 días de vacaciones de Semana Santa para el Estado y la empresa privada, tras insistentes llamados de expertos que han alertado sobre una inminente propagación del coronavirus y la falta de medidas preventivas del gobierno.

En Chile el número de casos ascendió a 3 mil 404 y 18 fallecidos. Pese a estar lejos del pico de la pandemia, el ministro de salud, Jaime Mañalich, reportó que hay 168 personas conectadas a ventiladores mecánicos, en medio de la preocupación sobre la disponibilidad de éstos. Mañalich dijo que hay más de 3 mil 300 en todo el sistema público y privado. El país decretó cuarentena total obligatoria para todos los centros de adultos mayores.

Bolivia, con 132 contagios y 19 muertes, recibió donaciones de China —suministros médicos, reactivos y cinco respiradores— y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que otorgó 13 laboratorios para pruebas.

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