Más Información

Pilotos exigen al gobierno rechazar contratación de personal extranjero en aerolíneas mexicanas; SICT sostiene legalidad de arrendamiento

Ernestina Godoy se reúne con nuevo fiscal en materia de Delincuencia Organizada; resalta su “capacidad técnica”

Sheinbaum lamenta fallecimiento de madre de Clara Brugada; expresa su solidaridad a la jefa de Gobierno
brehcaMiami.— En Estados Unidos, hablar hoy de la epidemia de VIH/Sida es hablar de desigualdad y brechas raciales. Los datos más recientes corresponden a 2023 y revelan 39 mil nuevos casos concentrados en hombres jóvenes, afroamericanos y latinos, la mayoría conectados con el sur de la Unión Americana como epicentro de la transmisión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en su informe HIV Diagnoses, Deaths, and Prevalence 2019–2023 (Diagnósticos, Muertes y Prevalencia del VIH), publicado en abril de 2025.
Estadísticas de VIH por estado 2025 y Estadisticas Globales VIH/Sida en Estados Unidos 2025 confirman que la estabilización de la epidemia convive con brechas raciales, regionales y generacionales.
La expansión del tratamiento antirretroviral y de la profilaxis preexposición (PrEP, por sus siglas de profilaxis preexposición) ha permitido reducir contagios y transformar el VIH en una condición crónica manejable para quien accede a la terapia en Estados Unidos.
Lee también Rusia prohíbe a Human Rights Watch en su territorio; la considera organización "indeseable"
Nuevos fármacos de acción prolongada, como el lenacapavir, un inyectable preventivo con una eficacia cercana a 99.9%, han sido saludados por ONUSida como herramientas que podrían cambiar las reglas del juego, aunque su precio y la escasa producción limitan hoy el acceso en los países más pobres. Esta contradicción de una ciencia capaz de cerrar la epidemia y un sistema económico que la mantiene abierta es el telón de fondo de cualquier crónica sobre el Sida en 2025.
A nivel global, de lo que se habla es del impacto que está teniendo la decisión del presidente Donald Trump de suspender la financiación de programas internacionales contra el Sida. El informe mundial SIDA, crisis y el poder de transformar, señala que en 2024 había un millón 300 mil nuevas infecciones y unas 630 mil muertes relacionadas con el Sida en el mundo. La organización habla de “una crisis de financiación que pone en riesgo décadas de avances frente al VIH”, un mundo “al borde del retroceso” en el que el progreso de 15 años puede deshilacharse en cuestión de cuatro.
En la Unión Americana se encienden las alertas este 1 de diciembre, al conmemorarse el Día Mundial del Sida, una fecha establecida en 1988 como el primer día de salud global por la Organización Mundial de la Salud, (OMS) y asumido después por Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ese mismo día, en casi todos los continentes, se repite el ritual que ONUSida, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) define como un momento para “unirse para apoyar a las personas que viven con el VIH y recordar a las que han fallecido por enfermedades relacionadas con el Sida”. El lema de este año es “Superar las interrupciones, transformar la respuesta al Sida”.
Lee también Trump confirma que tuvo una conversación telefónica con Maduro; se niega a dar detalles
La Casa Blanca vive el Día Mundial del Sida como una jornada de memoria y de mensaje político; el listón rojo vuelve a colgar de su fachada, como desde 2007, cuando se instauró esta tradición para simbolizar el compromiso de Estados Unidos con la lucha contra el VIH, mientras el presidente firma y difunde la proclama oficial que, año con año desde 1993, marca la posición de Washington frente a la epidemia. Dentro del complejo presidencial, la Oficina Nacional de Política sobre el Sida, conocida como ONAP (Office of National AIDS Policy) e integrada al Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca, coordina la presencia de activistas, sobrevivientes, científicos y funcionarios en un acto que busca mostrar continuidad con la Estrategia Nacional sobre el VIH/Sida 2022-2025, el programa marco elaborado por esa misma oficina para reducir nuevas infecciones y desigualdades.
El impacto del retiro de ayuda
ONUSida describe una “crisis de financiación histórica” que amenaza con desbaratar los avances logrados y recuerda que la asistencia internacional representa alrededor de 80% de los programas de prevención en los países de ingresos bajos y medios. En Estados Unidos, durante dos décadas, su programa Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR), ha sido la columna vertebral de la respuesta mundial, hasta el punto de representar, según ONUSida y diversos análisis, en torno a 73% de toda la ayuda externa destinada al VIH.
El problema es que ese andamiaje se está resquebrajando. En un comunicado del 10 de julio, ONUSida advierte que la retirada y congelación de fondos de Estados Unidos ha provocado la suspensión de servicios cruciales y que, si los programas de tratamiento y prevención financiados por Washington colapsan por completo, “ONUSida estima que podrían producirse 6 millones de nuevas infecciones por VIH y 4 millones de muertes adicionales relacionadas con el Sida entre 2025 y 2029”.
“No se trata de una hipérbole militante, sino de proyecciones basadas en modelos epidemiológicos que incorporan datos de mortalidad, cobertura de tratamiento y tasas de transmisión”, explica a EL UNIVERSAL el doctor en Epidemiología, Jesús Vázquez Chabolla. Los medios de comunicación han traducido esos números en titulares que, por primera vez en mucho tiempo, “hablan de un riesgo real de regresar a la época en que el Sida arrasaba comunidades enteras”, subraya Vázquez.
Lee también Trump justifica indulto a expresidente hondureño Orlando Hernández: "Biden le tendió una trampa"
En África, el mayor golpe
El comunicado de ONUSida sobre la crisis de financiación dice que, como resultado de los recortes de Estados Unidos, “sólo en Mozambique, más de 30 mil profesionales sanitarios se vieron afectados”. Muchos eran enfermeras, consejeros y promotores comunitarios pagados con fondos del PEPFAR que un día recibieron cartas de rescisión de contrato.
ONUSida añade que en Nigeria “el inicio de la PrEP se ha desplomado de 40 mil a 6 mil personas al mes”, una caída que ilustra cómo los recortes financieros se traducen en menos prevención, más infecciones y, en el mediano plazo, más muertes. Programas de prevención combinada para adolescentes y mujeres jóvenes de 15 a 24 años han tenido que suspender actividades en varios países africanos, según han documentado organizaciones especializadas en la conferencia científica IAS 2025: “La generación a la que se prometió crecer sin miedo al Sida se encuentra ahora, de nuevo, con un virus que avanza más rápido que los presupuestos”, señala Vázquez Chabolla.
El organismo destaca que, al mismo tiempo que la financiación se desploma, “el número de países que criminalizan a las poblaciones con mayor riesgo de VIH ha aumentado por primera vez” desde que empezó a recogerse ese dato. Los recortes han obligado a cerrar centros comunitarios que ofrecían pruebas, condones, jeringas estériles y espacios seguros para trabajadores sexuales, personas trans y usuarios de drogas inyectables. La combinación es explosiva: menos dinero, más criminalización, más riesgo de que el virus vuelva a circular precisamente allí donde siempre encontró terreno fértil.
Lee también Patricia Bullrich renuncia como ministra de seguridad de Argentina
El análisis de The Lancet HIV que estimó hasta 2 millones 930 mil muertes adicionales incorpora escenarios tan concretos como: ¿qué ocurre si se interrumpe durante 90 días el suministro de antirretrovirales financiados por el PEPFAR en siete países del África austral y oriental? La respuesta es un “rendimiento global que costará millones de vidas”, con decenas de miles de fallecimientos adicionales, aunque el recorte fuera temporal. Lo que ONUSida describe como una “bomba de tiempo” tiene, en realidad, la forma de una cadena de suministro rota.
La propia Actualización Global sobre el Sida 2025 recoge ejemplos de países que, ante la retirada de Estados Unidos, han empezado a aumentar sus presupuestos internos o a introducir impuestos específicos para salud, intentando sostener parte de lo que antes financiaba el PEPFAR. El problema es que la balanza está lejos de equilibrarse; un análisis de El País sobre el informe de ONUSida recuerda que “25 países aumentarán presupuestos nacionales, pero otros 35 los mantendrán o disminuirán”, justo cuando la deuda, la inflación y las crisis climáticas comprimen el espacio fiscal.
Mientras tanto, ONUSida y sus socios llevan la discusión al terreno ético. Estados Unidos presume, con razón, de que el PEPFAR ha salvado alrededor de 26 millones de vidas desde 2003, al financiar tratamiento y prevención en más de 50 países, pero “el mismo país que encendió la luz en los años más oscuros de la epidemia se plantea ahora apagarla en nombre de prioridades internas y pulsos partidistas”, dice el científico.
Lee también Votantes suizos rechazan servicio nacional obligatorio para mujeres y nuevo impuesto sobre herencias
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH) recordaba, al repasar la historia del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que la propia Asamblea General de la ONU pidió “no dejar a nadie atrás” en los esfuerzos por poner fin al Sida. La pregunta es quién queda atrás cuando el principal financiador decide retirarse.
La directora ejecutiva de ONUSida, Winnie Byanyima, ha señalado que las infecciones diarias “han pasado de 3 mil 500 por día a 5 mil 800 desde enero” y advertía que, si no se corrige el rumbo, podrían acumularse millones de nuevas infecciones adicionales para 2029. Otros artículos cifran ese potencial retroceso en 6 millones 600 mil nuevas infecciones y 4 millones 200 mil muertes adicionales para finales de la década, si la combinación de recortes y desinterés se mantiene.
“La falta de fondos en la lucha contra el VIH es letal”, ha resumido Byanyima, condensando en una frase lo que los modelos matemáticos muestran en gráficos.
Todo esto ocurre, además, en un momento en que el propio concepto de Día Mundial del Sida vuelve a adquirir un sentido fundacional. Naciones Unidas recuerda que la fecha, establecida en 1988, fue “el primer día dedicado a la salud en todo el mundo” y que su objetivo sigue siendo crear conciencia, hon- rar a quienes han fallecido y movilizar recursos para la prevención y el tratamiento: “Treinta y siete años después, la humanidad tiene, por primera vez, las herramientas científicas para poner fin a la epidemia como amenaza de salud pública, pero las está poniendo en duda por decisiones presupuestales y su voluntad de usarlas”, concluye Vázquez Chabolla.
En este contexto, la situación del VIH en Estados Unidos funciona como una metáfora en dos direcciones: por un lado, muestra que es posible reducir nuevas infecciones y estabilizar diagnósticos con una combinación de ciencia, políticas públicas y movilización comunitaria; por otro, expone cómo, aun en un país rico, las desigualdades raciales, geográficas y de orientación sexual mantienen vivo el virus. Lo que ocurra con la financiación internacional dirá si esa metáfora se extiende al resto del mundo como historia de éxito compartido o como cuento moral sobre el abandono.
Más Información
Noticias según tus intereses
ViveUSA
[Publicidad]




















