Durante este año han ocurrido grandes protestas de jubilados en Argentina, que han puesto de relieve la crisis del sistema de pensiones que se vive en la región, donde las personas mayores tienen el gran reto de lograr jubilarse y tener un retiro digno.

“Los sistemas de en todo el mundo están en crisis”, afirma Javier Curcio, director del Departamento de Economía de la Universidad de Buenos Aires a la cadena DW. En la región los problemas de sostenibilidad generalizados se unen otros particulares, como los altos niveles de informalidad en la economía y de corrupción política.

Alcanzar la jubilación es un desafío en la región y se estima que una de cada tres personas mayores de 65 años aún laboran en Latinoamérica y el Caribe, de acuerdo con información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

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Según un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (), para 2050, 18.9% de la población de la zona la conformarán personas mayores de 65 años, “aproximadamente el doble de lo observado en 2024 (9.9%)”.

La edad a la que los latinoamericanos pueden pasar al retiro varía mucho: en Bolivia, por ejemplo, los hombres pueden jubilarse a los 58 años, mientras que las mujeres con tres o más hijos nacidos vivos es de 55 años. En El Salvador, las mujeres se pueden retirar a los 55 años y los hombres a los 60, siempre que hayan contribuido al sistema de pensiones durante al menos 25 años. En Perú, en cambio, la edad de jubilación para hombres y mujeres es de 65 años, igual que en México. Cada retraso en la edad para pensionarse ha enfrentado feroz resistencia.

Un reto clave es la informalidad. “Es una característica estructural de muchos países, con raíces profundas y complejas”, dice Santiago Levy, investigador principal en el Brookings Institute en el artículo El gran fracaso: las pensiones de jubilación en América Latina. Alberto Arenas de Mesa, director de División de Desarrollo Social de la Cepal, concuerda y añade que “en la región, según datos de la Organización Internacional del Trabajo y la Cepal, uno de cada dos trabajadores es informal”.

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El principal desafío de los gobiernos es construir políticas de consenso, sostenibles y legitimadas desde el punto de vista social, acordes a las realidades económicas y laborales de cada país, dice a la DW Fabio Bertranou, director de la oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina. En cuanto a las opciones que se dan en la región para el retiro están los que son “un sistema de reparto y capitalización colectiva, que son fondos comunes gestionados por una entidad estatal, pero también existe un sistema de capitalización individual, gestionado por entidades privadas, conocidas en distintos países como AFPs, un modelo creado en Chile en los 80”, como dice Fernando Cuadros, experto en economía laboral de la Universidad del Pacífico de Perú.

Los países mejor posicionados en la región es porque han estado migrando a sistemas complementarios en lugar de sólo optar por sistemas alternativos, es decir, el trabajador se afilia al sistema público común o al sistema privado de cuentas individuales, aunque ya en algunos países se han hecho reformas para que estos sistemas sean complementarios y se aporte en ambos fondos.

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