tachó de "abominación repugnante" el megaproyecto de ley presupuestaria que el presidente estadounidense impulsa en el Congreso para que lo apruebe. La Casa Blanca respondió que las críticas del exasesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) "no cambian" la posición del mandatario.

Musk, dueño de Tesla, X y SpaceX, posteó en su red social: "Lo siento, pero ya no lo soporto".

Señaló que "este proyecto de ley de gastos del Congreso, masivo, escandaloso y electoralista, es una abominación repugnante. Debería darles vergüenza a quienes votaron a favor: saben que lo han hecho mal. Lo saben".

"Aumentará masivamente el ya gigantesco déficit presupuestario hasta 2.5 billones de dólares (!!!) y cargará a los ciudadanos estadounidenses con una deuda aplastantemente insostenible", añadió.

Cuestionada sobre las declaraciones de Musk, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que "el presidente ya sabe la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley; esto no cambia su opinión. Es un proyecto de ley grande y hermoso, y se mantiene firme en eso".

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Un proyecto polémico

La "ley grande y hermosa", como llama Trump a su megaproyecto presupuestario, que incluye un alivio fiscal colosal e impuestos a las remesas, será objeto de arduos debates en el Senado debido al temor de que aumente la deuda de Estados Unidos.

Es el eje central de la agenda de política interna de Trump que podría definir su segundo mandato en la Casa Blanca, tras un primero de 2017 a 2021.

El proyecto de ley reduce drásticamente el presupuesto para financiar una extensión de sus recortes de impuestos de 2017.

Los detractores aseguran que los recortes privarán de cobertura sanitaria a millones de estadounidenses con bajos ingresos.

La propuesta incluye un impuesto a las remesas del 3.5%. Se aplicaría a unos 40 millones de personas, entre titulares de tarjetas de residencia, trabajadores temporales y migrantes en situación irregular, calcula el Centro para el Desarrollo Global.

Los republicanos moderados son reacios a recortes de gastos por valor de 1.5 billones de dólares, mientras que los halcones fiscales lo consideran una bomba reloj de la deuda.

El senador Ron Johnson, uno de los republicanos opuestos al proyecto de ley, declaró a la CNN: "Tenemos suficientes (opositores) para detener el proceso hasta que el presidente se tome en serio la reducción del gasto y del déficit".

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Varios análisis independientes han llegado a la conclusión de que incluso teniendo en cuenta el crecimiento añadirá entre 2.5 y 3.1 billones de dólares a los déficits de la próxima década.

La Oficina Presupuestaria del Congreso, de carácter no partidista, concluyó que conllevará una transferencia de riqueza del 10% más pobre al 10% más rico.

El 22 de mayo, los republicanos lograron que la Cámara de Representantes aprobara la medida por un solo voto.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ruega ahora al Senado que no modifique demasiado el proyecto, porque cualquier retoque tendrá que volver a la Cámara Baja.

El Senado quiere que el proyecto de ley llegue al escritorio de Trump antes del 4 de julio, Día de la independencia de Estados Unidos, un plazo ambicioso dada la estrecha mayoría de tres votos de los republicanos y las fisuras abiertas.

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