México y EU celebran elecciones este año, cada uno con sus tensiones, expectativas y propias dosis de caos. La posibilidad del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca enciende las alertas de los demócratas que se encuentran con un liderazgo menguado y una administración acorralada entre la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto en Israel y la seguridad fronteriza con México; forman parte de un cocktail electoral que será explotado por Trump quien, a pesar de los procesos judiciales en su contra, ha demostrado su consistencia política y su arrastre electoral. La respuesta de Biden ha sido emular políticas de mano dura en los tres casos.
Por otro lado, México avanza hacia el último tramo de una elección en la que, de manera sorpresiva, aparecen dos supuestas investigaciones sobre el vínculo del presidente López Obrador con el crimen organizado. López Obrador, sin estar en la boleta, es colocado como principal objetivo de estos reportajes que fueron desmentidos por el gobierno de EU y demuestran una endeble base sobre la que fueron construidos. De momento, en ambos países parece prevalecer una apuesta por el caos por ciertos actores donde el llamado a las urnas puede convertirse en el antídoto para minar intentos de injerencismo y desestabilización.
Emerson Segura Valencia. Periodista