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Miami, Florida
Si las cuentas cuadran, el próximo martes los demócratas habrán cambiado el panorama político de Estados Unidos con la ayuda de mexicanos, hondureños, salvadoreños y otros integrantes de la comunidad hispana.
En las presidenciales de 2016, el voto latino fue silenciado por la aplastante participación de los estadounidenses blancos, que hallaron en Donald Trump un eco a sus frustraciones.
Pero por su carácter local y regional, en las legislativas del 6 de noviembre el apoyo latino será fundamental, principalmente donde forman el grupo minoritario más importante y las contiendas son reñidas, como es el caso de Texas y Florida, fuertes bastiones de los republicanos. El martes estarán en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 176 se encuentran en distritos en donde hay al menos 50 mil votos latinos potenciales.
“En aquellas contiendas en las que haya una carrera cerrada el voto latino tiene la posibilidad de hacer la diferencia”, dice Enrique Fernández Toledo, experto del Center for American Progress, a EL UNIVERSAL.
Para ilustrar su análisis pone el caso de Texas, en donde existe una reñida contienda para el Senado estadounidense entre el congresista demócrata de El Paso, Beto O’Rourke, y el senador republicano de origen cubano Ted Cruz. Afirma que de triunfar O’Rourke se deberá al despertar del “gigante dormido” que forman los 3 millones de habitantes de origen mexicano.
La comunidad latina en la Unión Americana, compuesta por 58 millones de habitantes, no es un monolítico, pero la mayoría se identifica como demócrata, señala Fernández. “El trabajo demócrata luce mejor porque el republicano es prácticamente inexistente”. El contingente favorable a los republicanos es de 23%, aunque no todos respaldan a Trump.
“Está por verse qué cifra de ese 23% va a sentirse motivado a salir a votar por los candidatos que apoya Trump”, dice. La clave para que el voto latino tenga un efecto protagónico en las legislativas dependerá del número de personas que salga a votar, sostiene Ana María Archila, codirectora ejecutiva del Center for Popular Democracy. Los hispanos suelen restarle importancia al ejercicio democrático que se celebra dos años después de las presidenciales, como ocurre con la salvadoreña Sonia, cajera en un comercio en Miami Beach. “Para presidente sí voto, es el que importa. El resto es más de lo mismo, puro negocio. Ni tengo tiempo”, indica.
Archila explica que el desinterés no es reflejo de indiferencia o apatía, sino resultado de la incomprensión sobre ejercicio de los distintos niveles de poder y las consecuencias de los nombramientos. En las elecciones intermedias de 2014 la participación hispana fue de 27%. Toledo prevé que esta edición registre un aumento, que podría superar 35%.
“Ciertamente sigue siendo una participación baja, pero el crecimiento en carreras cerradas puede hacer la diferencia y definir cinco o 10 contiendas, lo cual sería significativo, podría darle el margen de escaños a los demócratas para tomar control de la Cámara. La participación de los hispanos es muy importante en estas elecciones, tiene que ver con el futuro, si se procede con una política migratoria humanista o en la línea del presidente Trump, una política antiinmigrante”, menciona.
Archila pronostica que el bloque latino supere las expectativas de participación por el hecho de que los comicios del martes son vistos como un referéndum de la gestión del republicano.
“Son un referéndum a los impactos de sus políticas en nuestras comunidades, a la negligencia con la que actuó ante la tragedia de los huracanes que golpearon Puerto Rico, al encarcelamiento de migrantes en la frontera y la separación de familias, y al impacto de sus políticas para restringir derechos a las comunidades migrantes. La gente tiene la gran oportunidad de responder de manera contundente y demostrar que la agenda de Trump representa los últimos vestigios del viejo poder arraigado en la idea de que la jerarquía humana tiene a los hombres blancos en la cima”, señala.
Es posible que los latinos que votaron por Trump para presidente ahora le den la espalda. “Creyeron que lo que decía contra los latinos era mentira, pero esas personas se han dado cuenta que no sólo no estaba mintiendo, sino que estaba alistando el poder para aterrorizar a la comunidad”.