Tucson, Arizona.— Es el desierto fronterizo entre México y Estados Unidos, los fuertes vientos de las bajas temperaturas que se registran en la zona hacen volar las hojas de los pequeños matorrales que hay, pero también vuelan docenas de hojas de pasaportes de todo el mundo y credenciales del Instituto Nacional Electoral (INE).
En un recorrido hecho por EL UNIVERSAL en la zona fronteriza de Sásabe, Arizona, encontró que del lado mexicano, a solo un par de metros del muro divisorio, docenas de pasaportes e identificaciones de diversos países del mundo son destruidos y mutilados previo a ingresar ilegalmente a territorio estadounidense con el objetivo de solicitar asilo y al carecer de documentos de identidad, es probable que se retraten sus procesos y por lo tanto su estancia en este país.
Otro de los motivos por los cuales algunos migrantes destruyen sus pasaportes y documentos de identidad es con el objetivo de hacerse pasar por ciudadanos de naciones a las cuales el gobierno de Estados Unidos les otorga asilo político, de Nepal, Camerún.
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Junto a una botella de agua vacía, un pasaporte de Camerún muestra que la mayor cantidad de hojas han sido arrancadas de manera intencional, y solo sobrevive, por ser de un plástico fuerte, la hoja en donde se detalla que este documento perteneció a Lauryn Chao, en donde se indica que es una estudiante de 24 años.
Se indica que este pasaporte camerunés fue obtenido en 2021 en la capital Yaounde. Hoy este documento está tirado en la frontera mexicano-estadounidense siendo testigo del paso diario de personas, que como su dueña, buscan poder vivir y trabajar en este país.
A solo unos centímetros, se encuentra también otro pasaporte. Es el que perteneció a Resham Bahadur, un migrante de Nepal, también de 24 años, que cruzó a Estados Unidos, pero antes, destruyó este documento, pero también rompió en cuatro pedazos una especie de identificación de su país, el cual se localiza a cerca de 12 mil 881 kilómetros de este punto fronterizo.
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Como si fuera una película del viejo oeste, el aire hace volar un pequeño pedazo de otro pasaporte. Es de otro nepalí, pero sólo se lee el nombre: Paudel, originario de Katmandú, capital de Nepal.
En este mar de documentos internacionales de identidad rotos, también hay varias credenciales de mexicanos del Instituto Nacional Electoral (INE) de diversos estados de la República Mexicana.
Entre estas credenciales está al de Mariluz Gómez Jiménez, y Guzmán Hernández Leona, ambas originarias de Ocosingo, Chiapas.
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También sobre restos de barras de chocolates, bolsas de galletas hay credenciales de elector del Estado de México, en donde los nombres de los titulares no se puede leer pues el paso del tiempo lo ha borrado.
Otra credencial tiene restos de haber sido quemada.
En el muro fronterizo, del lado mexicano, la Patrulla Fronteriza ha colocado un anuncio exhortando a los migrantes a no romper su pasaporte.
En español, inglés, chino, árabe, entre otros, y reforzándolo con un pictograma, las autoridades fronterizas tratan que los migrantes no rompan sus documentos de identidad.
“Conserve su pasaporte, cuide sus papeles, conserve su identidad”, se lee en el anuncio colocado en el muro fronterizo.
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Judy Bourg, voluntaria de Tucson Samaritans, organización que apoya a migrantes entregándoles agua y alimentos, indica que otro de los objetivos de eliminar sus pasaportes es que puedan hacerse pasar por ciudadanos de países con los cuales Estados Unidos les da asilo.
En entrevista señala que durante más de 20 años de acudir a la frontera casi diario a apoyar migrantes ha visto en esta zona de Sásabe siempre pasaportes mutilados y credenciales destruidas.
“Siempre, siempre, hay muchos pasaportes que algunos migrantes rompen para poder hacerse pasar por ciudadanos de naciones a los cuales el gobierno de Estados Unidos les da asilo político.
“Pero en cualquier día que vayas en esa parte del muro siempre ves esos pasaportes rotos”, dijo.