La familia, los amigos o la pareja: son grupos en quienes se deposita el amor y la confianza más grande que tiene un ser humano.
Sin embargo, hay historias en las cuales esas personas se convierten en los villanos de quienes los aprecian, ya que, lo que en un momento comenzó como el inicio de un idilio de amor o una relación incondicional, finalizó en algo trágico.
Este es el caso de Eloá Cristina Pimentel, una joven brasileña que a sus 15 años estuvo secuestrada durante 101 horas por su exnovio en un apartamento.
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¿Cómo inició el secuestro?
Los hechos ocurrieron el 13 de octubre de 2008 en Brasil , luego de que Cristina y sus compañeras estuvieran realizando un proyecto de Geografía en la casa de la joven. Esa tarde, sorpresivamente la expareja de ella, con quien recién había terminado una relación de dos años, en un acto de celos y desesperación amenazó a todas con un arma y las sacó de la casa, excepto a Eloá Cristina y a su mejor amiga, Naiara Rodrigues Vieira.
Ante dicha situación, la amiga de la víctima no dudó en contactar a las autoridades para solucionar el hecho; fue ahí en donde la policía tomó cartas en el asunto y se acercó a la residencia.
De hecho, las autoridades intentaron negociar a través de los medios de comunicación brasileños con Lindembergue Fernandes Alves, el exnovio de Eloá Cristina, para que no cometiera un delito con la joven.
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No obstante, el martes 14 de octubre Naiara, la mejor amiga de Eloá Cristina, fue liberada por Lindembergue, lo cual fue sorprendente para los medios.
Una justicia poco efectiva fue el comienzo de una trágica muerte
Sin embargo, aunque esta parte suena como el fin de la historia, en realidad es el inicio de todo, ya que al día siguiente, las autoridades le pidieron a Naiara que regresara al apartamento para que el secuestrador firmará un acuerdo con ellos y de esa manera liberara a su amiga.
Según Naira, Lindembergue Fernandes Alves, durante la relación con su amiga, era posesivo con ella , tanto así que no le importaba ser visto por la policía y grabado por los medios de comunicación con el fin de tenerla cerca.
De hecho, para que su exnovia no escapara del hogar, el joven aprovechaba la ventana del apartamento para botar las bolsas de basura y no tener que salir de ahí.
Ante dicho comportamiento, la policía pidió que las escuelas cercanas al conjunto residencial se cerraran y que la prensa no hiciera más transmisiones.
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El 15 de octubre, Naiara ingresó al apartamento para cumplir con el acuerdo que habían establecido las autoridades, ella y el secuestrador.
Sin embargo, Lindembergue no respondió a los acuerdos. Al siguiente día, un fiscal se acercó a la residencia para hacerle firmar un documento, en el que se le garantizaba que no iba a sufrir ningún daño cuando él entregara a la mujer.
¿Quién tuvo la culpa?: el día que finalizó el caso
Sin embargo, según una de las autoridades que se encontraban en un apartamento cercano al de Lindemberg, a las seis de la tarde del 18 de octubre de 2008, cuando la policía estaba organizando una conferencia de prensa para hablar sobre las negociaciones, se escuchó una explosión, razón por la cual, el Grupo de Acciones Tácticas Especiales (Puerta) voló la puerta y detuvo a Lindemberg.
Cuando la policía ingresó al hogar, encontró a la joven con una herida en la cabeza y otra en la pierna. Fue llevada al Hospital de Santo Andre, una ciudad cercana a Sao Paulo, Brasil, en donde, el 19 de octubre, los médicos informaron que Cristina había fallecido a causa de una muerte cerebral. Según dijo la policía a los medios locales, después del delito, el secuestrador fue condenado a 30 años de cárcel.
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El exitoso documental sobre el caso peor manejado de la historia
Debido a que Eloá fue grabada por varios medios de comunicación, la foto, en donde estaba llorando a través de la ventana por la terrible situación que estaba viviendo en el momento, se convirtió en el símbolo de uno de los secuestros peor manejados por parte de la policía en la historia de Brasil.
Gracias a ello, la directora y productora de cine brasileña, Livia Perez, realizó un documental llamado ‘Who Killed Eloá’, o ‘Quién mató a Eloá’, en el que cuenta con un estilo de crónica cómo sucedió el secuestro de la joven. Pero no haciéndole entrevistas a las personas cercanas de la víctima, sino que por el contrario, quiso enfocar su historia en analizar el papel que jugaron los medios y la policía durante la tragedia.
El documental fue publicado en el año 2016 y estuvo en varios festivales del mundo como por ejemplo en Uruguay, México y Corea del Sur. De hecho, la directora aseguró en una entrevista para el programa ‘Global Voices’ que el motivo por el cual desarrolló su proyecto, fue porque quería dar a conocer la situación que viven muchas niñas en Brasil frente a los feminicidios.
Además, en la misma entrevista, la mujer aseguró que la noticia le permitió ser crítica con la forma en la que los medios llevaron a cabo ese tipo de noticia.
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“En mi opinión, hubo muchas irregularidades, empezando por la difusión de la noticia del secuestro que, con el pasar de los días, hizo que el secuestrador se sintiera más poderoso”, dijo la mujer.
La directora también aseguró que uno de los errores que tuvo la prensa en ese momento fue el haber romanizado la situación y no aprovechar las oportunidades para salvarla.
“Entre todos los disparates, como el periodista que dijo ser ‘amigo de la familia’ y el abogado que esperaba que ‘todo terminara bien y con una boda’ entre la víctima y su secuestrador, creo que lo más problemático fue que los medios hubiesen logrado una comunicación telefónica con el secuestrador, porque terminaron como mediadores en una situación de riesgo para la cual no estaban capacitados”.
Por otro lado, fue crítica con los medios tradicionales al asegurar que: “También fue muy nociva la construcción de una narrativa romántica en torno al crimen y el enaltecimiento de la personalidad criminal que hicieron los medios para captar o mantener a la audiencia”.
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asf