No cree en la pandemia y considera las restricciones la esclavitud de una humanidad que delegó su responsabilidad en el “sistema”. Willem Engel, profesor de danza y voz de los negacionistas en Países Bajos , trata de bloquear en los tribunales cada estrategia contra el , que no ve más peligroso que una gripe, y se postula, con pocas posibilidades, a primer ministro.

En una entrevista con Efe en su estudio de danza en Róterdam, Engel celebra su último éxito contra el Ejecutivo en funciones: logró derribar en un tribunal el toque de queda, en un fallo que, aunque no confirma su percepción de lo que ocurre, le puso en primera línea y le permitió explicar su escepticismo hacia la versión oficial.

El Gobierno recurrió esa sentencia y la Justicia le permitió mantener el toque de queda hasta el viernes, cuando decidirá si la restricción está legitimada en una ley de emergencia especial, o se tendrá que recurrir a otra base legal para mantenerla en vigor.

“No hay pandemia. Es una tormenta en un vaso de agua. Claro que la gente enferma, pero ¿qué puedes hacer más allá de hurgarles en la nariz y decirles: ‘vale, has dado positivo, pero no hay tratamiento’? Eso no ayuda, da más miedo e inseguridad. Puedes hacer que se centren en lo que pueden manejar por sí mismos y eso nos lleva a la crisis real: esto no es una pandemia, es un sistema podrido”, describe.

Engel, que lidera la fundación Viruuswaarheid (La Verdad del Virus, en neerlandés), es ya un rostro inconfundible en Países Bajos: de distintivas rastas y con estilo de hippie indulgente, desencaja en un tribunal ocupado por abogados con argumentos legales. El “activista” llevó su debate a las pantallas y su foto a la portada de los periódicos.

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Foto: EFE

LA VERSIÓN OFICIAL CONTRA OTRAS TEORÍAS

La imagen rozaba el surrealismo: Engel y los abogados del Estado defendían afirmaciones incompatibles entre sí. Un disidente contra la versión oficial; un abolicionista de las restricciones frente a la estrategia del gobierno; el líder de un “culto” con 55 mil seguidores en Facebook, contra el Estado; Y no fue en la terraza de un bar, sino en tribunales.

Con esas ideas lleva la contraria al Ejecutivo también en protestas que a veces desembocan en enfrentamientos, como pasó a finales de enero.

“Eso no fue pacífico. No tenemos nada que ver, pero empezó con una protesta que fue brutalmente dispersada y eso provocó mucho resentimiento contra el gobierno y la policía. Además, probablemente ellos lo han teledirigido todo porque, una semana después, introdujeron el toque de queda, lo que no se hizo desde la Segunda Guerra Mundial, eso fue la última provocación”, especula.

Fueron los peores disturbios que vivió Países Bajos en 40 años: grupos de jóvenes se amotinaron contra el toque de queda y atacaron a agentes, saquearon comercios, y destruyeron mobiliario.

Tiene 12 casos contra las medidas aplicadas en pandemia, como la exigencia de entrar a Países Bajos con una PCR negativa. Mañana denunciará la campaña de vacunación, que considera “un experimento de terapia genética a gran escala”. Engel abandonó hace 12 años su doctorado en biofarmacia.

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UNA SOCIEDAD ALTERNATIVA

Alterna críticas “al sistema”, con conspiración sobre un presunto plan secreto para coartar las libertades. Es la voz de los más escépticos. “Estamos trabajando en la creación de una sociedad alternativa: no vamos a luchar físicamente contra el gobierno, sino en el espíritu de (Mahatma) Gandhi de no violencia: no toleramos y no vamos a cooperar”.

Ahora trata de hacerse hueco en la política y el Parlamento que tanto critica, aunque está enfrentado a los que eran sus aliados, Países Bajos Libre y Social (VSN), un partido registrado en los comicios del 17 de marzo, aunque las encuestas no le auguran éxito para entrar a las instituciones, y menos en su aspiración a dirigir Países Bajos.

“¿Aceptaría ese rol para limpiar el caos? Sí. ¿Creo que tenemos que cambiar la forma en la que este país funciona? Sí. Así que quizás debemos gobernar”, subraya.

Quiere ser diputado para cambiar el sistema desde dentro. “Me veo en el Parlamento como detective, quiero hacer preguntas y tener acceso a la información, para crear casos (judiciales). Creo que esta gente debe enfrentarse a un juicio por crímenes de lesa humanidad”, añade.

El Coordinador Nacional de Contraterrorismo y Seguridad advirtió sobre el "trasfondo extremista" del movimiento, y verificadores de información aseguran que está “cada vez más apegado a teorías de la conspiración” contra una pandemia que se ha cobrado la vida de casi 2,5 millones de personas y ha contagiado a 112,3 millones.

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