San José. – Tras conocer que las fuerzas de derecha triunfaron en las elecciones al Parlamento Europeo, el presidente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei, pareció recurrir una vez más a una aparente inmodestia.
En lo que podría ser engreimiento o petulancia, el gobernante argentino intentó mostrarse en su cuenta de X (antes Twitter) como la luz que irradió a los europeos y reposteó un mensaje de uno de sus seguidores acerca de que en Europa se repitió el “efecto Milei”.
En la misma sintonía, en España ya surgió un movimiento para emular las políticas de seguridad o anticrimen del presidente de El Salvador, el derechista Nayib Bukele. Con la estrategia extremista de Bukele como palanca o al amparo de proponer construir una mega cárcel para delincuentes políticos, el partido español ultraderechista Se Acabó La Fiesta logró tres escaños europarlamentarios.
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Las tendencias radicales de Milei, en economía, y de Bukele, en seguridad, que rompieron los esquemas de las clases políticas tradicionales en Argentina y El Salvador, buscarían afianzarse y ganar espacios internos con los resultados de los comicios eurolegislativos.
Millones de europeos acudieron a votar del 6 al 9 de este mes para elegir a los 720 miembros del Parlamento Europeo, una de las instituciones fundamentales de los 27 países de la Unión Europea. La derecha y la extrema derecha o ultraderecha ganaron o ratificaron su poder en Italia, Francia, Austria, Bélgica y Hungría y avanzaron en Alemania y España.
“Efecto Milei en Europa. Aplastante derrota de la izquierda”, posteó un usuario de X y Milei, un anticomunista recalcitrante que describió a los socialistas como “una basura, un excremento humano”, retuiteó el mensaje.
Al subrayar en X que hubo “tremendo avance de las nuevas derechas en Europa”, Milei recalcó que “las nuevas derechas han arrasado en las elecciones europeas y le han puesto un freno a todos aquellos que empujan” variadas agendas políticas y reiteró una alerta que lanzó este año acerca que “de continuar este rumbo Occidente se encaminaba a su extinción”.
“Occidente debe recuperar las banderas que lo convirtieron en el proceso civilizatorio más próspero de nuestra historia: la defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los individuos”, ratificó.
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Para el politólogo argentino Leandro Querido, presidente de Transparencia Electoral, organismo no estatal de Argentina que promociona la democracia en América, “hay cierta retroalimentación entre América y Europa y los líderes que surgen lo hacen por el trasfondo de descontento ciudadano que existe”.
“Es cierto: Milei y su discurso han generado un impacto en Europa en realidad en España, pero también en Italia y ha dado bríos a expresiones políticas relacionadas con una fatiga de electores (…) ignorados por políticos profesionales”, describió Querido a EL UNIVERSAL.
“Aunque resulte insólito, (el presidente del gobierno español, el socialista) Pedro Sánchez apeló a una campaña del miedo sobre los electores que dependen de los favores del Estado agitando la figura de Milei como amenaza real. Algo muy extraño que evidentemente no resultó”, precisó.
“Hoy las derechas se reestructuran a partir de los fracasos de las políticas progresistas. Sobre todo, las vinculadas con inmigración descontrolada e inseguridad en Europa”, adujo.
Milei derrotó en 2023 en las urnas a la izquierda en Argentina y, al asumir ayer exactamente hizo seis meses, prometió derrumbar todos los vestigios de las políticas socioeconómicas de carácter estatista, proteccionista o benefactor y ejecutó un severo plan ultraliberal de ajuste fiscal y de recortes sociales, sanitarios y educativos.
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Con el saldo electoral en Europa, Milei intentó mostrarse como poseedor de las recetas correctas y sumarse a las corrientes triunfalistas de sus colegas políticos y partidistas de derecha, extrema derecha y ultraderecha de Europa.
“Hay que mirar con lupa el resultado de las elecciones europeas. No hay que ver el árbol y olvidar el bosque. Lo que más llama la atención son los resultados a favor de la extrema derecha en Alemania y Francia”, advirtió el historiador y relacionista internacional brasileño Ricardo Seitenfus, ex diplomático de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Hubo una pérdida de confianza del elector en los gobiernos de turno en Europa. Hubo desgaste del poder: es esencialmente esto, que confirma también lo que pasó en Argentina y en Brasil, porque si no (Jair) Bolsonaro habría sido reelecto”, dijo Seitenfus a EL UNIVERSAL.
Tras vencer en los comicios presidenciales de 2018 en Brasil, Bolsonaro asumió en 2019 y gobernó cuatro años con técnicas radicales anticientíficas similares a las promovidas por Se Acabó La Fiesta en España: minimizó el golpe en 2020 de la pandemia del coronavirus, desconoció el valor de las vacunas antivirus e ignoró los protocolos para prevenir los contagios.
Bolsonaro defendió el rearme de la población, atacó factores cruciales de la institucionalidad brasileña y perdió en 2022 frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en el poder. En una furiosa reacción como expresidente, en enero de 2023 atizó a sus turbas de ámbitos partidistas, militares, policiales y paramilitares para que ocuparan violentamente los predios del Congreso (Legislativo), el Supremo Tribunal Federal (Judicial) y el Palacio de Planalto (Ejecutivo o Presidencia) en Brasilia.
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“No veo en América Latina y el Caribe una extrema derecha fuerte internamente. Puede vocalizar (hacer mucho ruido) y lo hace por las redes sociales sobre diferentes temas”, aseguró Seitenfus.
Entre lo que hoy son las excolonias en América de España y Portugal, presidentes de derecha y centro—derecha gobiernan en Argentina, El Salvador, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Perú y República Dominicana, frente a los de izquierda y centro—izquierda en México, Guatemala, Honduras, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Chile, Nicaragua y Cuba.
