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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó ayer a los líderes del Partido Demócrata de no querer dar una solución a los miles de dreamers, en su mayoría de origen mexicano, al rechazar su propuesta de extender el periodo de protección para ellos a cambio de 25 mil millones de dólares para el muro, y aseguró que utilizan este tema con fines políticos ante los próximos comicios.
Con todas las miradas ya puestas en las elecciones legislativas de noviembre, en las que se va a renovar un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, Trump insistió en la necesidad de la construcción de un “muro” en la frontera con México para “mantener fuera [de EU] las malditas drogas”.
La financiación de la prometida barrera física es una de las batallas eternas de la actual guerra política en Washington. Los demócratas sólo estarían dispuestos a dar fondos para la valla a cambio de una solución para los soñadores; sin embargo, según Trump, en realidad sólo quieren “guardarse el DACA” con fines electorales.
“No quieren que aprobemos [el DACA]. Recuerden lo que dije, que no lo quieren aprobar, que lo quieren para que forme parte de su campaña. Pues bien, nosotros también lo usaremos como parte de la campaña, y ganaremos, porque vamos a ganar en estos temas”, aseguró Trump, quien insiste en que estaría dispuesto a aceptar un trueque entre fondos para su prometido muro —hace justo una semana vio los prototipos en San Diego— y una solución para los dreamers, pero las posiciones aún están distantes.
Según pudo saber EL UNIVERSAL de fuentes cercanas a la negociación, el domingo la Casa Blanca ofreció a los demócratas un parche temporal para el DACA de dos años y medio a cambio de 25 mil millones de dólares para el muro en la frontera con México.
Los demócratas presentaron una contraoferta: la totalidad de fondos solicitados a cambio de un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de dreamers. La propuesta fue rechazada por la administración Trump, y las negociaciones quedaron encalladas.
El gobierno de Trump ha dilapidado cualquier opción presentada hasta el momento, descartando hasta cuatro propuestas de ley que pretendían resolver el asunto de los soñadores. Si el programa de alivio a la deportación sigue en pie, es gracias a la justicia, que frenó el intento del presidente de fulminar el programa y lo mantiene en respiración asistida, a la espera que las sentencias de las cortes se apelen en tribunales superiores.
Trump habló sobre el DACA en medio de un discurso para presentar su plan para reducir la adicción a los opiáceos en Estados Unidos, problema declarado “emergencia de salud nacional”. Para el presidente, el prometido muro debe servir para frenar la llegada de drogas, ya que según sus datos, 90% de la heroína que se consume en el país llega a través de la frontera sur, la de México.
En su plan para disuadir la llegada de droga a EU, Trump confirmó su intención de aplicar “pena de muerte” a los narcotraficantes, siguiendo su idea de ser “más duros” contra el tráfico de drogas. Una filosofía que tiene tintes a la política de ejecuciones extrajudiciales que se aplica en Filipinas, y que ha sido duramente criticada por la comunidad internacional.
Esta medida podría convertirse en un tiro por la culata para Trump, ya que no podría aplicarse a casos de narcotraficantes extraditados como Joaquín el Chapo Guzmán. Como condición para su envío hacia EU, y con base en un tratado binacional de 1978, se deja claro que la fiscalía estadounidense no buscará la pena capital al no ser una condena reconocida por el gobierno mexicano, algo que comparten varios países.