San José.— La crisis por el éxodo masivo de venezolanos es monumental y sólo finalizará cuando haya democracia y libertad en Venezuela, aseguró ayer el presidente de Colombia, Iván Duque, durante su reunión con el italiano Filippo Grandi, jefe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Tras una reunión con Duque, Grandi pronosticó que el conflicto migratorio con los venezolanos que huyen de las profundas dificultades políticas y socioeconómicas de Venezuela se prolongará por más tiempo.

ACNUR “seguirá colaborando” con Bogotá “en la protección de personas desplazadas en Colombia y en la búsqueda de soluciones para un periodo más largo”, dijo.

En la primera escala de una gira que esta semana le llevará a Ecuador y Perú, Grandi adujo que el proceso colombiano para regularizar a los venezolanos “es un ejemplo para toda la región”, ya que las tareas de “registro y documentación” garantizan una “estadía legal de todas las personas”.

Destacó la actitud del gobierno y de comunidades receptoras de Colombia “por su rápida y pragmática respuesta humanitaria a las necesidades de casi un millón de refugiados y migrantes de Venezuela, así como para los 300 mil colombianos que han retornado a su país desde Venezuela y a muchas familias que ingresan temporalmente para abastecerse de alimentos y medicinas”.

El mandatario, por su parte, insistió en que la migración “sólo se detendrá cuando haya una transición a la democracia y libertades en Venezuela”.

Es importante buscar en el “entorno regional con otros países” establecer un “estatus migratorio temporal que permita absorber ese flujo entre varios”, afirmó, en alusión a que Colombia es el mayor receptor de venezolanos.

Datos de instituciones multilaterales internacionales revelaron que unos 2.3 millones de venezolanos huyeron en los últimos años de su país y que sus principales destinos son Colombia, Brasil, Ecuador y Perú.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, negó en las últimas semanas que haya una crisis por el flujo de venezolanos, atribuyó los hechos a una campaña contra su gobierno, a una “guerra económica” de EU y alegó que su país es uno de los mayores receptores de migrantes especialmente colombianos.

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