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Activistas por los derechos de los animales interrumpieron la audiencia semanal del papa Francisco en el Vaticano, portando pancartas que reclamaban el final de las corridas de toros.
Dos activistas de PETA, una organización internacional que defiende los derechos de los animales, gritaron varias consignas al comienzo de la audiencia, antes de ser escoltadas por las fuerzas de seguridad.
"Las corridas son pecado", se leía en las pancartas que llevaban en inglés e italiano, mientras que en sus camisetas ponía "dejen de bendecir las corridas".
Las corridas de toros son una tradición controvertida que se practica en España y en varios países de América Latina, al igual que en algunas regiones del sur de Francia y Portugal.
Cada año, miles de toros son sacrificados en las arenas del mundo entero, según PETA.
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La protesta de este miércoles es una de las numerosas que han tenido lugar en los dos últimos años para pedir al papa argentino que tome partido contra las corridas de toros.
En el siglo 16, el papa Pío V prohibió las corridas por ser "crueles" y contrarias a la "piedad y caridad cristianas".
Si bien, los sacerdotes católicos continúan oficiando ceremonias religiosas en las corridas y recibiendo a los toreros dentro de las capillas construidas en el interior de las plazas, declaró PETA.
Aunque son consideradas una tradición cultural en España, las corridas de toros son un deporte sanguinario que consiste en herir y matar al toro con una espada.
Dos hombres a caballo debilitan primero al toro hiriéndolo con una larga pica y después otros le clavan banderillas en el lomo.
Finalmente, el matador se enfrenta a un toro debilitado y desorientado con una serie de pases delante de él y le da el golpe final con su espada, aunque a veces son necesarios varios golpes para matar al animal.
mcc