Austin, Texas
.- Un jurado del condado de Dallas, en Estados Unidos , declaró este martes culpable de asesinato al ex policía blanco que en abril del año pasado abrió fuego contra un vehículo en el que se encontraban cinco adolescentes afroamericanos desarmados, provocando la muerte de uno de ellos.
Roy Oliver
, expulsado del Departamento de Policía de Balch Springs tras el incidente, argumentó frente a la Corte que vio moverse el vehículo hacia su compañero y " creyó que estaba en peligro ", por lo que abrió fuego e impactó contra Jordan Edwards, de 15 años , que estaba sentado en el asiento del copiloto.
Una patrulla de policía había acudido al lugar de los hechos ante la advertencia de una fiesta en la que los menores estaban consumiendo alcohol.
Tras disolver la reunión, oyeron unos disparos que, días más tarde, las autoridades confirmaron que se produjeron en una residencia de ancianos cercana al vecindario.
Precisamente fue la pareja de patrulla de Oliver , Tyler Gross , quien desmontó la teoría del peligro, ya que en su testimonio dijo que " nunca " temió por su vida ni sintió la necesidad de utilizar su arma.
La fiscalía describió al acusado en su informe como una persona fuera de control, que estaba buscando "una razón para matar" , por lo que determinaron que su disparo al automóvil no era razonable.
En el instante en el que el juez dictaminó el veredicto, la familia del menor suspiró y se mostraron "agradecidos" por la decisión del jurado.
"Ha sido una batalla muy larga", resumió el abogado defensor de la familia Edwards , a la espera de conocer la condena definitiva.
En la sesión, el expolicía fue absuelto de dos cargos menores de asalto agravado y asalto con arma mortal.
El gobernador de Texas , el republicano Greg Abbott, fue criticado en aquel momento por su silencio pero hoy escribió en su cuenta de Twitter personal: "Esta es una vida que nunca debió haberse quitado".
Este caso se une a una extensa lista de incidentes raciales en los que está envuelta la policía de Estados Unidos , como la muerte de otro joven afroamericano, ocurrida en marzo, en la ciudad de Sacramento, California , a manos de dos agentes que creían que portaba una pistola.
Sin embargo, Stephon Clark, de 22 años, realmente sostenía su teléfono móvil en el momento en el que le dispararon por la espalda, aunque la versión inicial de la Policía de Sacramento afirmó que el joven se acercó a los policías antes de morir.
La autopsia determinó que Clark fue impactado por ocho balas; seis en la espalda, una en el cuello y otra en el muslo, y que murió en un intervalo de entre tres y 10 minutos.
agv