Más Información
Cerca de 200 elementos de la Guardia Civil en Michoacán buscan a empresario secuestrado; familiares marchan por la paz
Tendré que pedir un amparo contra usted en su CNDH, responde Sabina Berman a Rosario Piedra; solicita desmentir cifras
Rosa Icela se reúne con Guadalupe Taddei y consejeros electorales del INE; encuentro es a favor de la democracia, afirma
Avanza en Diputados supersecretaría de Seguridad Pública; SSPC recibiría facultades para investigar delitos
Guerra en Ucrania EN VIVO; aumenta tensión con Rusia tras ataque ucraniano, sigue el minuto a minuto
"Dr. Oz", la polémica apuesta de Trump; del quirófano a la televisión y ahora al mando de Medicare y Medicaid
Él es Howard Lutnick; el férreo crítico de China nombrado por Trump para liderar políticas comerciales
EU reconoce a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela; "el pueblo venezolano se pronunció"
Bluesky alcanza 20 millones de usuarios en medio de fuga masiva de X; consideran la red de Elon Musk “máquina de desinformación"
Decenas de miles de manifestantes marcharon ayer en Boston para denunciar el racismo y a la extrema derecha, en una protesta plagada de choques con la policía —que dejaron 27 detenidos— bajo un clima de tensión en Estados Unidos, tras la violencia en Charlottesville del sábado pasado y la polémica reacción del presidente Donald Trump, quien condenó tanto a supremacistas como a los contramanifestantes.
“No hay lugar para el odio” o “váyanse, nazis” se leía en las pancartas empuñadas en el cortejo por unos 40 mil manifestantes, de acuerdo con cifras de la policía, que llegaron a este bastión demócrata para contrarrestar una congregación cercana convocada oficialmente en favor de la “libertad de expresión”, pero que aglutina a militantes de extrema derecha.
Los organizadores de la manifestación invitaron a varios oradores de extrema derecha, quienes quedaron confinados a un pequeño espacio habilitado por la policía en el histórico parque Boston Common para mantener separados a ambos grupos.
La manifestación de los de ultraderecha no superó más de unas pocas docenas de personas y no se pudo escuchar lo que decían los oradores debido a los gritos de los contramanifestantes y al fuerte cordón de seguridad. El mitin se terminó cerca de una hora antes de lo previsto.
Manifestantes contra el discurso del odio rodearon a personas que habían asistido al mitin de los derechistas, gritando consignas y lanzándoles ocasionalmente botellas de plástico.
Posteriormente miembros del movimiento Black Lives Matter (La Vida de Los Negros Importa) realizaron una protesta en el Common, donde fue quemada una bandera de la Confederación y los manifestantes golpearon los costados de una patrulla.
Al final de la marcha, manifestantes antiracistas fueron violentamente reprimidos por la policía, que arremetió contra ellos usando garrotes y equipos antimotín, de acuerdo con un fotógrafo de AFP.
El departamento de policía de Boston tuiteó que los manifestantes les estaban arrojando botellas, orina y piedras, y exhortaron a la gente para que se abstuviera de hacer eso.
Se realizaron en total 27 arrestos, informó el comisionado William Evans, quien afirmó que no hubo ningún herido “grave” que lamentar tras el enfrentamiento.
En un primer momento, el presidente Donald Trump condenó vía Twitter lo que llamó “agitadores opuestos a la policía en Boston” y felicitó a la policía que, afirmó, “¡luce firme e inteligente!”.
Luego, cambió el tono. “Quiero aplaudir a los numerosos manifestantes de Boston que se expresan contra la intolerancia y el odio. Nuestro país estará pronto unido”, tuiteó. Destacó que “nuestro gran país ha estado dividido por décadas. A veces se necesita protestar para sanar y nosotros sanaremos y seremos más fuertes que nunca”.
Luego de una semana de alta tensión en Estados Unidos, con derribamientos apresurados de monumentos confederados percibidos por muchos como símbolos del racismo, la policía de Boston había desplegado a 500 policías, incluyendo a muchos que iban en bicicletas, pusieron barricadas y grandes camiones blancos de basura en calles a lo largo del parque para evitar ataques con automóviles como los registrados en Charlottesville y Europa.
Protestas menores contra el racismo también se registraron ayer en Nueva York, en el sur de California y en Canada. Estos actos cerraron una semana de críticas a Trump por haber defendido a los participantes de la marcha de neonazis en Charlottesville que terminó con una mujer muerta y 19 heridos, luego de que un supremacista embistiera con su auto a los contramanifestantes. Trump dijo que la culpa de lo ocurrido era de “los dos bandos” y se negó a condenar sin ambajes el supremacismo blanco.